La semana pasada pudo ser mucho más importante de lo que parece. En medio del hundimiento de Grecia, del escándalo Goldman y del derrumbe de Europa, Wall Street aguantó perfectamente el temporal e incluso se vino arriba el viernes. Lo cual es una señal de fortaleza en medio de una tendencia que no ha dado apenas muestras de debilidad desde hace más de un año.
En consecuencia, supone esperanza para lo alcistas de que cualquier posible corrección no sea demasiado grave. Ahora bien, Nueva York lleva ocho semanas consecutivas de subidas, así que un descanso parece inevitable a corto plazo.
Y eso es lo que ocurre en Wall Street, no en Europa, donde las cosas son muy distintas: aquí el peligro de Grecia y el derrumbe del euro están pasando una dura factura, en especial a los países en situación más peligrosa, como el nuestro. Por tanto, es posible que se agrave la descorrelación entre los dos lados del Atlántico.
A favor de la recuperación de Wall Street, la semana pasada tuvimos los resultados empresariales, que en general superaron las expectativas; en algunos casos, como Apple, las destrozaron. Esta semana continuará la publicación de cuentas, y tambiíén tendremos una buena tanda de datos económicos relevantes.
Hoy lunes no habrá datos importantes y sólo Caterpillar y Texas Instruments en los resultados. Mañana martes tendremos el índice Case-Shiller de precios de vivienda, el índice de confianza del consumidor y una comparecencia de Goldman Sachs en el Congreso, así como las cuentas de 3M, UPS y DuPont. El miíércoles concluirá la reunión de la Fed, en la que habrá nuevas pistas sobre la estrategia de retirada de los estímulos.
El jueves tendremos las demandas semanales de subsidios y las cuentas de Exxon, y el viernes llegará la estrella de la semana: la primera estimación del PIB del primer trimestre, para el que se espera un crecimiento del 3,5% despuíés del 5,6% del cuarto. Tambiíén conoceremos el índice de confianza de la Universidad de Michigan y el PMI de Chicago, junto a Chevron y Procter & Gamble.