La estatal Corporación del Cobre (Codelco) de Chile, la mayor productora mundial de ese metal, invertirá 3.278 millones de dólares en un proyecto que permitirá prolongar 47 años la vida útil de la mayor mina subterránea del mundo, informó hoy la compañía.
El proyecto, que deberá entrar en funcionamiento en 2017, prevíé generar una nueva reserva de cobre profundizando el actual nivel de explotación de las minas El Teniente, 120 kilómetros al sureste de Santiago, para hacer frente al agotamiento del mineral, dijo a los periodistas el presidente ejecutivo, Josíé Pablo Arellano.
El Teniente se compone de casi 2.400 kilómetros de galerías subterráneas, por lo que se considera la mina subterránea de metal rojo más grande del planeta.
"En algún momento, estimamos que en 2030, el mineral se terminará en la actual cota de explotación y por lo tanto necesitamos recuperar mineral más abajo", declaró a Efe el gerente de la mina, Andríé Sougarret, tras la presentación del proyecto en Rancagua, ciudad ubicada a unos 90 kilómetros de Santiago.
La División el Teniente, que mañana cumple 105 años, se encuentra en el centro del país y a unos 2.500 metros sobre el nivel del mar, en la Cordillera de los Andes, mientras que el Nuevo Nivel Mina permitirá acceder a un lugar más profundo, situado a 1.880 metros de altura.
Según Sougarret, esto permitiría contar con una nueva reserva de 2.500 millones de toneladas de mineral, con una ley promedio de cobre de 0,84 por ciento, para explotar en el futuro.
El proyecto permitirá mantener la capacidad de tratamiento de mineral en las actuales 131.000 toneladas por día, que equivalen a una producción en torno a 406.000 toneladas de cobre fino al año.
Incluso, explicó Sougarret, a partir de 2025 se podría aumentar el nivel de producción en un 20 por ciento.
Además de hacer frente al agotamiento de las actuales minas, el proyecto pretende incorporar "la mejor tecnología del mercado" para automatizar la totalidad de sus faenas productivas y mejorar la eficiencia de la explotación cuprífera.
"Si invertimos en tecnología disminuiremos los costes y podemos apostar por tener mayores excedentes", señaló a Efe el superintendente de la mina, Juan Francisco San Martín.
Además la automatización de la mina abrirá las puertas a la operación a distancia.
"Un minero se demora dos horas en llegar a su puesto de trabajo. Con las nuevas tecnologías los tiempos van a ser mucho menores y la calidad de vida y seguridad de los operadores mayor", indicó Sougarret.
La etapa de construcción de la nueva mina, que durará 7 años, implicará grandes obras de infraestructuras para abrir un camino de 17 kilómetros, dos túneles de 9 kilómetros para el transporte del mineral y personal respectivamente y 70 kilómetros de galerías, que darán empleo a 2.400 personas