La banca se decanta por depósitos mixtos para captar pasivo más barato y estable
Publicado por Ana Antón
En medio de la guerra que se ha abierto entre entidades para captar pasivo, los expertos coinciden en que remunerar el ahorro muy por encima de los tipos de interíés no es sostenible en el tiempo. «Deteriora los márgenes de intereses y, en un momento en el que el negocio bancario se está ralentizando y la morosidad presiona, es fundamental cuidar la cuenta de resultados», explican fuentes del mercado.
Sin embargo, cada entidad tiene su estrategia. Y, mientras algunos banqueros consideran que los depósitos altamente remunerados son un imán para ganar cuota de mercado y moderar la dependencia a la financiación en los mercados mayoristas, otros califican esta estrategia como «una práctica suicida».
Las entidades, en función de su estructura y necesidades, diseñan unos productos u otros y, actualmente, se han puesto de moda los depósitos estructurados. BBVA, Bankinter, Sabadell, Pastor, La Caixa, Caixa Catalunya, CAM, Can, CAI, Ibercaja o Bancaja, entre otras firmas, están apostando por soluciones de inversión con gancho para el cliente y que, al mismo tiempo, les permitan captar pasivo con un coste moderado y a más plazo.
Aunque estos productos siempre han estado presentes en los escaparates de la banca, la coyuntura actual es especialmente propicia para que las entidades pongan el foco en su comercialización.
Los depósitos estructurados vinculan imposiciones a plazo fijo con estructuras más complejas que ofrecen rentabilidades potenciales más elevadas.
Generalmente, una parte del capital se remunera a una tasa fija y el resto se coloca en una inversión cuyo rendimiento depende de la evolución de una serie de parámetros: el comportamiento del euribor, de un índice bursátil o de una cesta de valores cotizados. «La parte referenciada, cuya rentabilidad es variable, deja un margen para que la entidad pueda compensar el tipo de interíés pagado en la imposición a plazo», explican desde una entidad.
Estos productos constituyen una base de pasivo más estable para las entidades, ya que la parte de la inversión referenciada suele contratarse para plazos de entre tres y cuatro años y tiene pocas ventanas de liquidez.
Las entidades señalan que, puesto que la aversión al riesgo sigue latente en el mercado, los clientes contratan estos productos como un paso previo a tomar posiciones en inversiones más agresivas. «Son productos que garantizan el 100% y ofrecen la posibilidad de obtener remuneraciones superiores a las de los depósitos tradicionales», apuntan.
Fuentes de La Caixa subrayan el íéxito de su depósito Triple Ocasión Combinado. «Fue contratado por más de 20.000 clientes, por un volumen de 300 millones de euros. Este mismo mes ha obtenido una rentabilidad del 7%, un año despuíés de su contratación», apuntan. No obstante, Domingo Peña, director de recursos de Bankinter, entidad especialmente activa en la comercialización de estos productos, reconoce que «los productos estructurados tienen una acogida menor, en un momento en el que hay ofertas con tipos agresivos por la simple contratación de imposiciones a plazo fijo».
Los fondos sufren fugas de 1.300 millones en abril
Las campañas del pasivo han provocado nuevas fugas de inversores de los fondos en abril. Los partícipes de estos productos han retirado casi 1.300 millones de euros, con lo que los reembolsos netos (diferencia entre suscripciones y reembolsos) anuales ascienden ya a cerca de 5.000 millones, la mayoría de productos conservadores.
Las dos mayores gestoras (BBVA y Santander) acumulan gran parte de los reembolsos. BBVA sufre retiradas de capital de 527 millones, aunque sigue siendo la mayor gestora de fondos española, mientras que la firma de fondos de Santander registra unos reembolsos netos de 261 millones, informa J. Zuloaga.