Francisco González, presidente de BBVA, ha decidido responder de forma contundente a la violenta ofensiva lanzada contra su banco desde su eterno rival, Santander, tanto en el pasivo (depósitos) como en el activo (críéditos). Si hace unas semanas daba orden a las oficinas de ofrecer una remuneración del 4% para aquellos clientes que vinieran desde la entidad de Emilio Botín, ayer anunció una hipoteca que pretende competir directamente con la exitosa oferta de Banesto en Internet, ya que ofrece sus mismos atractivos: un tipo de interíés notablemente inferior a la media del mercado y el pago de los costes de registro y notario, que suponen el principal obstáculo para que los clientes cambien su hipoteca de entidad.
Esta contraofensiva resulta sorprendente despuíés de que el consejero delegado de BBVA, íngel Cano, asegurara la semana pasada que la entidad ha captado 2.000 millones de euros en hipotecas en el primer trimestre, de los que una cuarta parte (500 millones) son 'robos', es decir, traspasos de críéditos desde otras entidades. "Si no les estuviera haciendo daño la competencia, no tendrían necesidad de lanzar ahora esta hipoteca tan agresiva", comenta un analista de banca que prefiere permanecer en el anonimato. En el caso de los depósitos, BBVA sí ha acusado la ofensiva, con una caída del 19% en el trimestre.
La llamada 'hipoteca smash' de Banesto ofrece euribor más un diferencial de 0,38 puntos, entre los más competitivos del mercado (Bankinter llega a 0,35), y además corre con todos los gastos de notario y registro, así como con la comisión de cancelación de la hipoteca antigua. Se dirige específicamente a aquellos que tienen suelo en su hipoteca -su eslogan es "acaba con el suelo de tu hipoteca"-, y se da la circunstancia, según fuentes conocedoras de la situación, de que la mayoría de los príéstamos de este tipo que concedió BBVA (y otras muchas entidades) en los años de la burbuja contienen esta cláusula, que impide que los intereses bajen de un determinado nivel aunque el euribor se encuentre muy por debajo, como sucede en la actualidad.
"Muchos clientes de BBVA estaban amenazando con llevarse su hipoteca a Banesto, con lo que al banco no le ha quedado más remedio que quitarles el suelo, con la consiguiente píérdida de margen", explica una de las fuentes consultadas. Ahora ha llegado la segunda fase, la del contraataque, con el lanzamiento de la 'hipoteca online', que pretende competir directamente con la de la entidad que preside Ana Patricia Botín. Algo que ya se aprecia en el propio hecho de que sea un producto pensado para Internet, que es la principal vía de distribución del producto de Banesto.
La hipoteca de BBVA ofrece un tipo de euribor más 0,49 puntos y, lo que es más importante, un regalo de 2.000 euros pensado precisamente para poder hacer frente a los gastos burocráticos del cambio de entidad. Además, ofrece una gran flexibilidad para el pago de las letras, con la posibilidad de contratarla a tipo fijo durante un período de tiempo para aprovechar los bajos intereses actuales, o la de suspender los pagos en caso de imprevisto.
Ahora bien, como todos estos productos -empezando por los depósitos de alta rentabilidad-, tiene truco: hay que contratar un montón de productos con el banco, concretamente "domiciliación de nómina, seguro vivienda, seguro de protección de pagos, tarjeta de críédito y plan de pensiones", según la publicidad del banco. Además, está limitada a importes superiores a 150.000 euros y con un tope del 80% de financiación sobre el valor de la vivienda (las entidades han aprendido de los disparates del pasado, cuando financiaban hasta el 120% de dicho valor).
Aprovechar la indignación de los hipotecados
En todo caso, esta agresiva respuesta de BBVA supone abrir una nueva guerra en la banca española: despuíés de la del pasivo (depósitos), que va a poner en jaque a más de una caja que no pueda financiarse a ese coste, llega la del activo, en un momento de contracción generalizada del críédito y de fuerte subida de los diferenciales frente al euribor para contrarrestar la caída de márgenes general del sector. Habrá que ver si el propio Santander (más allá de su filial Banesto) contesta al guante lanzado por FG.
Es previsible que esta guerra tenga íéxito, según los expertos, al igual que la de los depósitos: muchos hipotecados están indignados este año con la escasa bajada de su letra por culpa de los 'suelos' (recientemente, el presidente de Caixanova reconocía que, en su entidad, el 90% de las hipotecas tiene suelo). Y si les pagan los costes del cambio de entidad, no lo dudarán.
Hacer el trabajo sucio al FROB
Ahora bien, esta nueva guerra tiene su lado oscuro: los analistas internacionales, que a su preocupación por la enorme exposición al ladrillo de nuestras entidades han unido el temor a un hundimiento de los márgenes por la guerra de los depósitos, tienen otro motivo de alerta. Si se contraen los márgenes por la subida del coste de financiación, ahora tambiíén lo harán por la bajada de diferenciales en el lado del activo. Y las cuentas van a sufrir inevitablemente, por mucho que la vinculación (la venta de otros productos) compense en parte esa píérdida de margen.
Finalmente, la guerra de las hipotecas puede acabar por destrozar a las entidades más díébiles del sistema si se suma a la de los depósitos. Si sus clientes empiezan a emigrar en busca de estas ofertas, su volumen de negocio disminuirá y, como el margen que se aplica a ese volumen tambiíén ha caído, el resultado será una contracción enorme de sus ingresos. Y si deciden contraatacar, los precios que tendrán que pagar serán tan bajos que no podrán asumirlos en un entorno actual. Al final, Botín y FG pueden hacerle el trabajo sucio al gobernador Fernández Ordóñez y provocar con esta presión la necesaria reestructuración del sector financiero español.