Sudáfrica ha obtenido un príéstamos de 3.750 millones de dólares para lograr un suministro elíéctrico confiable y financiar a la vez algunas de las centrales de energía solar y eólica más grandes del mundo en desarrollo.
El príéstamo aprobado por el Banco Mundial (la primera operación crediticia del Banco con Sudáfrica desde la caída del apartheid, 16 años atrás) tiene el objetivo de beneficiar directamente a los pobres a travíés de los empleos que se generarán a medida que la economía se recupere de la crisis financiera mundial y de la capacidad de generación de energía adicional que permitirá ampliar el acceso a la electricidad.
El príéstamo se otorga a Eskom, la empresa de electricidad de Sudáfrica, y es producto de una serie de circunstancias únicas, entre las que se incluyen la crisis energíética sudafricana de 2007 y comienzos de 2008 y la crisis financiera mundial, que puso de manifiesto la vulnerabilidad del país a una crisis energíética y a sus graves consecuencias para la economía.
“Sin un mayor suministro de energía, en Sudáfrica los pobres enfrentarán penurias y el crecimiento económico será limitadoâ€, dijo Obiageli K. Ezekwesili, vicepresidenta del Banco Mundial para la región de ífrica. “El acceso a la energía es esencial para luchar contra la pobreza e impulsar el crecimiento, tanto en Sudáfrica como en la subregión. En nuestro apoyo a Eskom se combinan inversiones sumamente necesarias para incrementar la capacidad de generación a fin de que las empresas pequeñas y grandes crezcan, se genere empleo y se contribuya a sentar las bases para un futuro con energía limpia a travíés de inversiones en energía solar y eólicaâ€.
Mediante el proyecto de inversión en Eskom se cofinanciará una combinación de diversas tecnologías energíéticas, destinándose 3.050 millones a completar la central de Medupi, de 4800 MW y alimentada a carbón, en la que se usará por primera vez en el continente africano la misma tecnología supercrítica eficiente y probada que se utiliza en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
Tambiíén se prevíén usar 260 millones para poner en marcha en forma experimental un proyecto de energía eólica de gran escala de 100 MW en Sere y un proyecto de 100 MW de energía solar concentrada con almacenamiento en Upington.
Por último, se destinarán 485 millones a componentes de eficiencia energíética, entre los que figuran un ferrocarril para transportar carbón con menos emisiones de gases de efecto invernadero.
Al aprobar el proyecto, el Directorio Ejecutivo del Banco Mundial señaló el logro de Sudáfrica en la ampliación del acceso a la energía, que pasó de cerca del 30% de los ciudadanos a más del 80% desde la caída del apartheid en 1994. Destacó tambiíén su política de electricidad básica gratuita, con la que se brindan 50 kilovatios hora de electricidad gratuita por mes a las familias pobres.
El Directorio puso de manifiesto el papel central de Sudáfrica como generadora del 60% de la electricidad total consumida en el continente africano y la importancia de contar con un sector elíéctrico que funcione adecuadamente para generar empleo, progreso económico, bienestar humano y reducción de la pobreza.
Tambiíén se trataron los esfuerzos de Sudáfrica por diversificar sus fuentes de energía y hacer frente al cambio climático mediante sus escenarios de mitigación a largo plazo y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, a travíés de la cual ha confirmado objetivos ambiciosos de reducción de emisiones.
“El proyecto de Eskom constituye una oportunidad única para que el Grupo del Banco Mundial consolide su asociación con el Gobierno de Sudáfrica, Eskom y otras entidades de financiamiento y ayude al país a trazar el camino que lo conduzca a cumplir sus compromisos respecto del cambio climático y satisfacer a la vez las necesidades urgentes de su población en materia energíéticaâ€, dijo Ruth Kagia, directora del Banco Mundial a cargo de Sudáfrica.
El proyecto ha recibido un fuerte apoyo, tanto en Sudáfrica como en otras partes del mundo. En una carta dirigida al presidente del Grupo del Banco Mundial, Robert B. Zoellick, el presidente sudafricano, Jacob Zuma, señaló que el sector energíético de su país reviste “importancia estratíégica nacional†y que “lograr la seguridad energíética será un factor esencial para restablecer el crecimiento económico, tanto en Sudáfrica como en toda la subregión de ífrica meridionalâ€.
El presidente Zuma indicó tambiíén que su Gobierno se había “comprometido a reducir la huella de carbono del país y ampliar sus fuentes de energía en consonancia con los escenarios de mitigación a largo plazo aprobados por nuestro gabineteâ€, y expresó su reconocimiento por el hecho de que el proyecto incluyera “inversiones en tecnología supercrítica de última generación, que se instalará por primera vez en el continente africano, así como importantes inversiones en energía renovableâ€.