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Autor Tema: Ni habrá una gran crisis ni se destruirá un millón de empleos en la construcción  (Leído 1114 veces)

Zorro

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"Ni habrá una gran crisis ni se destruirá un millón de empleos en la construcción"

Ruth Ugalde

Julián Nuñez es la voz de las grandes constructoras. Como director gerente de Seopan, la patronal de estas compañí­as, conoce hasta el último dato del sector, sus fortalezas y debilidades, la memoria histórica que otorga llevar dos díécadas cimentando este negocio y los retos que deberá seguir afrontando en el futuro. Un currí­culum vitae que le confiere la autoridad necesaria para hablar de esa crisis que tantos titulares está dando y tantos miedos despierta.

¿Realmente se va a destruir un millón de empleos en la construcción, como se está diciendo?

A mí­ me parece que no. ¡Serí­a tremendo para la economí­a! Además, hay que medir la píérdida de empleo en un año completo. En la crisis de 1992 a 1996, en el peor momento no llegamos a 200.000 píérdidas de empleo en el ejercicio completo, y entonces la construcción de vivienda se redujo a la mitad, la situación económica era durí­sima, cayó la obra civil... Hoy tenemos una posición mucho más fuerte.

¿Quiere decir que no hay crisis?

No veo que vaya a haber una gran crisis, una catástrofe, pero sí­ una desaceleración clara, sobre la que es preciso esperar a que termine este primer trimestre de 2008, que nos va a decir realmente cuál es la situación. Además, ante la duda, el mejor indicador es el consumo de cemento, cuya evolución es paralela a la gráfica de la población ocupada -afirma mientras enseña unos gráficos que respaldan sus palabras-. Y Oficemen -la patronal de las cementeras- prevíé una caí­da de su producción este año de entre el 5 y el 10%.

Entonces, por pura regla de tres, la construcción caerá entre el 5 y el 10%.

Eso podrí­a pasar. En concreto, este año va a ser un ejercicio de transición, con una ralentización que podrí­a llegar al 15% debido al parón de las elecciones. Por eso, el nuevo Gobierno deberá ponerse en marcha desde el primer dí­a; hace falta que en 2008 haya proyectos que puedan ponerse en marcha en 2009.

¿Cómo se van a financiar los proyectos ante la progresiva disminución de los fondos europeos?

La gran asignatura pendiente es la participación del capital privado en las infraestructuras porque, aunque el Estado mantenga su nivel de inversión (1,51% sobre el PIB nacional), la aportación de los fondos europeos se va a reducir a la mitad (del 0,42 al 0,24%). Por tanto, si queremos mantener los niveles de inversión, hace falta conseguir financiación para 21.300 millones de euros hasta 2012.

¿Y cómo van a conseguir esa financiación con la actual crisis crediticia?

Los bancos sí­ dan críédito a las infraestructuras, para ellos es una actividad de negocio fundamental, porque lo que financia la concesión es la propia concesión. Además, las entidades apostarán cada vez más por estas actividades, ya que al bajarles el críédito hipotecario necesitan una ví­a de escape.

¿La financiación privada tambiíén servirí­a para acelerar las obras del AVE, por ejemplo?

En el sector ferroviario es muy difí­cil la financiación privada. Los ferrocarriles británicos se privatizaron al cien por cien y han tenido serios problemas, porque cuenta con unos gastos de personal, mantenimiento tecnológico, etcíétera que no se pueden trasladar fuera del sector público. Otra cosa es que la infraestructura la construya y mantenga el sector privado.

La financiación privada debe enfocarse más hacia proyectos de carreteras, medio ambiente, sobre todo plantas desaladoras y depuradoras, e infraestructuras sociales, como colegios, cárceles, edificios públicos. Además, serí­a una alternativa a la posible recesión de la construcción: si los Ayuntamientos van a tener menores ingresos por viviendas, con la financiación privada tendrán menos gastos de inversión inicial para seguir afrontando las infraestructuras sociales que necesitan.

¿Quíé opina de la políémica desatada en Cataluña por las obras del AVE y la rescisión del contrato a OHL, miembro de Seopan?

Lo que ha ocurrido en Barcelona es un ejemplo de los problemas que ocurren cuando los fallos tíécnicos se llevan a la polí­tica. Hay que dejar que los tíécnicos hagan su trabajo. El grupo constructor (OHL) es ejemplar y tampoco creo que el Ministerio de Fomento haya querido echarle la culpa; pero los problemas tíécnicos existen.

¿Considera que deberí­a eliminarse el Ministerio de Vivienda?

Puede tener sentido si se le dota de competencias, aunque tambiíén podrí­a integrarse dentro de Fomento, como en su momento estaba Medio Ambiente.