Los osos hambrientos se están dando un buen atracón
Publicado por Josíé Antonio Fernández Hódar
La semana anterior decíamos en el titular que el Ibex estaba seriamente tocado. La que hoy se cierra me apetecía titular "Hundido", pero como vamos a vivir más episodios bajistas, nos quedaríamos sin adjetivos calificativos. La semana ha sido de las que no crean afición. Ponen los pelos de punta y quitan el sueño. Pero como todo no puede ser malo, los osos hambrientos están devorando todo lo que encuentran a su paso y se están poniendo rollizos. Luego no podrán correr y les llevarán a puntapiíés a la osera.
Hemos pasado de una crisis bancaria, que sigue en vías de solución, a otra en la que se teme que algunos estados no puedan hacer frente a los vencimientos de deuda pública emitida. El tema podría parecer mucho más grave, pero sólo es cuestión de sacar dinero de debajo de las piedras y prestárselo para que vayan saliendo del paso.
Luego, ya veremos cómo y cuándo lo devuelven, pero si continúan metiendo la cabeza debajo del ala, van a hipotecar el futuro de sus hijos y de sus nietos. Al margen de una segunda cuestión, ya que hay que decirles, uno a uno, y muy despacito para que lo entiendan: mira chaval, no has hecho los deberes. Yo te presto dinero, pero no para que te vayas de botellón. Te pones a trabajar de inmediato, porque si no, cuando te gastes estos euros, se han acabado las ayudas.
Se ha corrido mucho para hacer una Unión Europea que tiene mucho de lo segundo y bien poco de los primero. Y todo el mundo tdebe entender que si se está en este equipo, hay que cumplir unas normas. Y quien no ponga los medios para cumplirlas, ¡a la calle! Habrá tambiíén que cambiar de vigilante. Porque si el díéficit presupuestario ha de estar en el 3% del PIB, en cuanto alguien se sienta rumboso y lo suba al 3,5%, habrá que tirarle de las orejas y meterlo en orden, sin necesidad de esperar a que estíé en el 13%.
La economía y las empresas privadas están en la senda del crecimiento y ahora lo que toca es poner orden en las cuentas públicas
No síé si los griegos harán algo o volverán a revivir la Guerra del Peloponeso. Pero lo que no me creo es que el Gobierno de Zapatero vaya a disgustar a sus votantes reduciendo gastos y subvenciones. Nos crucificará a impuestos ante la mirada lánguida de la oposición y la actitud de su líder, al que el importa un rábano lo que digan los jueces. Hay que mandar un mensaje de aliento a quien se esfuerza por sacar adelante su pequeña o mediana empresa y decirle lo que al Cid ¡Dios, quíé buen vasallo, si tuviese buen señor.
Pero no todo es malo. Las economías están saliendo de la crisis. Los PIB, incluso el español, están creciendo y los resultados empresariales mejorando por encima de las previsiones. Las bolsas, que han exagerado las caídas, terminarán por separar estos mundos: el de la empresa privada y de las cuentas públicas. Cuando lo hagan, se darán cuenta que se ha hundido el precio de las primeras, y que el problema de las segundas se resuelve poniendo orden y dinero sobre la mesa.