El crac bursátil que llegó en segundos
por Ana B. Nieto en Cinco Días
Fueron los minutos más intensos y dramáticos del mercado en una historia llena de vaivenes en los dos últimos años. "Un compañero me dijo que sabríamos que la situación era preocupante si en los próximos minutos veíamos a los jefes en la sala de operaciones", comentaba el jueves un empleado de Goldman Sachs a CincoDías. "Mi colega no les había visto pero llevaban ya tiempo en la sala". Entre las 14.30 horas y 14.50 del jueves los operadores de Bolsa, que durante toda la tarde estuvieron pegados a los monitores viendo las manifestaciones en Grecia, trasladaron su atención a lo que, de repente, estaba pasando en su propio mercado. Una caída a una velocidad nunca vista.
El Dow Jones estuvo a punto de rozar una píérdida de mil puntos. Luego llegó el rebote y una caída al cierre del 3,2% que se recibió con un alivio difícil de entender para quien llegara a ese último minuto de una jornada bursátil errática e irracional. Valores tan sólidos como P&G sufrieron una fuerte caída que fue histórica en el caso de la consultora Accenture. En un mercado racional su cotización no podría pasar de 40 dólares a un centavo en minutos a no ser que en ese espacio de tiempo se hubiera prohibido por decreto los servicios de consultoría. Es un escenario de ciencia ficción.
Para cuando los mercados cerraron ya se habían emitido varias notas por parte de la Bolsa de Nueva York, Nasdaq, el mercado de futuros de Chicago y Citi, diciendo que no había habido errores en los sistemas o humanos por la parte que les tocaba. El viernes, el "yo no he sido" seguía siendo la respuesta a las pesquisas sobre la raíz del problema.
En el caso de Citi, la especulación es que un operador se equivocó y puso una orden de billones en vez de millones. Aún está por determinar si ese fue el arranque de una reacción en cadena que se multiplicó en sus efectos por el hecho de que la mayor parte de la contratación en los mercados se hace de forma electrónica y casi el 60% está controlada por intermediarios que usan potentes ordenadores que operan con algoritmos en milíésimas de segundo. Se trata de los llamados high frequency traders o intermediadores bursátiles de alta frecuencia que ejecutan operaciones con extrema rapidez y son ya los primeros proveedores de liquidez del mercado.
Los responsables de la Bolsa de Chicago y Citi niegan la posibilidad del error. Lo que sí ocurrió es que muchos intermediadores de alta frecuencia cerraron sus operaciones en los momentos más críticos, a partir de los 450 puntos de caída, para evitarse más píérdidas porque los parámetros en los que se movía el mercado no están contemplados en los datos con los que funcionan sus modelos. Cuando esas firmas desconectaron, la liquidez y los compradores desaparecieron, haciendo más pronunciada la caída. En palabras de algunos de los operadores, 24 horas despuíés y a falta de respuestas concretas, lo que ocurrió el jueves se describe como una reacción de "pánico a la vieja usanza pero en la íépoca de internet, la alta velocidad y el algoritmo".
Los frenos que automáticamente saltan en los mercados en estos casos no funcionaron porque no está previsto que lo hagan a partir de las 14.30.
Barack Obama, a quien el secretario del Tesoro informó poco despuíés de las 15.00 horas del jueves, confirmó que las autoridades están estudiando "la inusual actividad del mercado" que hizo desvanecer, momentáneamente, un billón de dólares en los valores en cotización. Una comisión de la cámara de Representantes estudiará la debilidad que mostró el mercado el día 11 pero el viernes, un senador, Edward Kaufman, ya tenía un culpable y criticó el cambio más reciente en el modus operandi de los mercados. "La batalla de los algoritmos, que no se entiende ni remotamente por la SEC, debe ser revisada y puesta bajo una supervisión significativa inmediatamente", dijo.
La división en Westminster penaliza la cotización de la libra
El resultado de las elecciones de Reino Unido ha sido el esperado: malo. En el Parlamento de Westminster no habrá mayorías suficientes para impulsar con decisión el severo ajuste fiscal para atajar el creciente díéficit público. Y la libra se resiente; la moneda británica cayó el vieres a mínimos de 12 meses contra el dólar (1,477 dólares por libra).
La libra se ha depreciado un 13% frente al dólar desde máximos de agosto. En tres años, la moneda ha perdido un 25% frente a sus principales socios comerciales. Moody's ha advertido a Reino Unido que "no puede posponer más" el recorte fiscal, pero considera que el resultado electoral no amenaza de momento su rating de triple A. El diferencial de los bonos británicos a 10 años frente a los alemanes subió desde los 100,6 puntos básicos hasta los 103,5, su máximo desde finales de 2005. La Bolsa cayó un 2,6%.