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Autor Tema: La que se avecina: más deuda, más cara y mayor estancamiento  (Leído 340 veces)

Scientia

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La que se avecina: más deuda, más cara y mayor estancamiento

por Hernando F. Calleja

Desde el ojo del huracán es difí­cil ver con claridad, ni siquiera lo más inmediato. Los últimos acontecimientos por los que ha atravesado la economí­a española adquieren un cariz cada vez más preocupante para la comunidad de los acadíémicos y economistas prácticos.

"¿Cómo frenar la sobreactuación de los mercados y la actitud de los especuladores? ¿Cómo impedir que suba el coste de la deuda?". Son las preguntas que se formula Josep Comajuncosa, profesor de la escuela de negocios ESADE. "La única respuesta -se contesta a sí­ mismo- es generando confianza. Y la llave de la confianza es formular la voluntad de reformar y, además, convencer de que se está dispuesto a hacerlo".

Para el profesor Comajuncosa, el problema que tiene planteado el Gobierno es el ajuste presupuestario, que choca con la necesidad de actuar con prudencia en la retirada de los estí­mulos fiscales, para evitar que se frene el poco impulso que tiene la economí­a. Por otro lado, si esa expectativa de mí­nimo crecimiento se frena, la recaudación fiscal no serí­a la prevista y estarí­amos ante una mayor necesidad de financiación, con las consecuencias previsibles, afirma Comajuncosa.

Riesgo sistíémico
Josíé Antonio Herce, socio de Analistas Financieros Internacionales, manifiesta una inevitable decepción con los últimos acontecimientos: "Ahora que comenzábamos a ver el suelo del paro y que pensábamos que podrí­amos dejar atrás el periodo de recesión; ahora que pintaba menos mal para nosotros, surge el contagio incipiente con la situación griega que no se limita a España, sino que afecta a varios paí­ses del euro, salvo a Alemania, en la que se ha exacerbado el efecto refugio, y en menor grado a Francia, que se salva un poco. La desconfianza se ha adueñado de varios paí­ses y ya no sirve. Tampoco cuenta mucho lo que haga Grecia. La devaluación súbita del euro es lo más importante de lo que está sucediendo porque significa que está perdiendo su condición de moneda refugio (le sustituye la deuda alemana) y eso cuestiona el sistema. No es aventurado decir que el riesgo sistíémico se ha ampliado".

Mirando más a nuestro paí­s, Herce señala la decepcionante reunión de Rodrí­guez Zapatero y Rajoy, con un resultado magro, limitado a ratificar lo que la ley del FROB ya tení­a previsto. "No podí­an decir menos de lo que han dicho, pero lo más elocuente es lo que no han podido decir".

"La realidad -señala Herce- es que con un euro devaluado, con una diferencia con la deuda alemana superior a 130 puntos (que es de 250 puntos en el papel a dos años) se echa en falta que los lí­deres polí­ticos hubieran manifestado su voluntad conjunta de realizar un fuerte ajuste en las cuentas públicas. Los mercados pueden interpretar que esa voluntad no existe, y eso serí­a muy peligroso".

Perfil siniestro
"El perfil del medio plazo de la economí­a española es bastante siniestro", asegura el profesor Ramón Tamames. "No sólo nos encontramos en una encrucijada económica que exige serios ajustes, sino que además el Gobierno ha creado problemas polí­ticos donde no los habí­a y ha generado una inquietud institucional muy negativa".

"El estancamiento es el peor de los mundos porque el paro está desbocado y los sindicatos, que son los que mandan en la voluntad del presidente del Gobierno, como una especia de ministros sin cartera, carecen hoy con Míéndez y Toxo de la altura de miras que tuvieron Marcelino Camacho y Nicolás Redondo cuando se sumaron a los contenidos reformistas de los Pactos de la Moncloa".

La perspectiva polí­tica, además, cuestiona la capacidad del Gobierno para realizar un ajuste severo como el que tendrí­a que hacer en las cuentas públicas, afirma Tamames. "Tenemos por delante dos años electorales y para el poder, una economí­a estancada supone más paro y, por lo tanto, mayores dispendios presupuestarios. Es increí­ble que este Gobierno incompetente nos haya llevado a compartir los mismo problemas que Grecia".

Pendienstes de Grecia
En esa misma perspectiva polí­tica, Josíé Luis Feito, presidente del Instituto de Empresa, afirma que el "tapón polí­tico" de la situación económica es Rodrí­guez Zapatero. Lo que ocurra en los próximos meses, según Feito, depende de cómo se resuelva el caso griego en lo más inmediato, que es la reacción social y las huelgas, y tambiíén de lo que decida el Parlamento alemán en los próximos dí­as.

Fernando Eguidazu, vicepresidente del Cí­rculo de Empresarios, afirma que "los mercados son anglosajones y eso da un plus de credibilidad a determinados paí­ses y coloca a otros en una segunda división, que es el caso de España".

Con dosis de ironí­a, Eguidazu afirma que España tení­a desorientados a los mercados durante un tiempo en el que administraba con prudencia y obtení­a superávit fiscal " y ahora hemos vuelto a la normalidad ".

Colapso de la deuda
Las añagazas de los últimos dí­as en los mercados son, según Eguidazu, un tanteo, un primer aviso de lo que puede venir. "Y lo que puede venir -afirma- es un colapso de la deuda pública y privada española, especialmente de la pública porque hay un pico de vencimientos al que hacer frente en los próximos meses y el díéficit público no sólo no ha dejado de crecer, sino que se dan señales de que no hay nadie capaz de controlarlo".

Para Fernando Eguidazu el bloqueo polí­tico es un problema añadido que sólo podrí­a resolverse con una moción de censura pactada, con un único punto de acuerdo, la convocatoria inmediata de elecciones adelantadas.

Javier Quintana, director de Estudios del Instituto de Empresa Familiar, tiene, en algunos puntos, una visión más optimista. Por ejemplo, cree que el paí­s es más fuerte institucionalmente que en las crisis de los años 80 y de los 90. "Las empresas son otras, tenemos algunos gigantes internacionales", señala Quintana. La clave está en lo que se haga para que la especulación actual se desanime y, en ese sentido, en el corto y en el largo plazo, lo que prima es lo polí­tico y en el medio plazo, lo económico. No es suficiente que repitamos que esto no es Grecia, hay que presentar un plan coherente y global, antes de que alguien proponga que nos lo hagan otros.

Para ello, lo deseable es un acuerdo polí­tico entre los dos grandes partidos y mejor con los cuatro principales. Eso sí­ que recuperarí­a la confianza, que es la clave, al menos hasta que sean los datos en los que se fundamente esa confianza. "Entre tanto -señala Quintana- tenemos que hacer frente de la mejor manera posible a nuestros compromisos financieros, que se verán agravados por mayores costes".

La clave: el sistema financiero
Para el profesor Juan Velarde, la clave de la situación en los próximos meses está en el sistema financiero. "En estos momentos todo el mundo echa cuentas. ¿Es posible mejorar la competitividad? ¿Es posible un ajuste del sector público eníérgico y rápido? Son asuntos muy importantes, pero la clave es cuál es el estado del sistema financiero español. ¿Está clara la calidad de sus activos y tambiíén de su pasivo? El centro de atención real está en si se ha cumplido el reiterado que viene el lobo en el sistema del euro. Gran Bretaña puede estar mejor o peor que otros paí­ses europeos, pero puede hacer lo que quiera con la libra", afirma Juan Velarde.

"Los paí­ses del euro hasta ahora estaban más o menos tranquilos porque se creí­a que todos estaban cumpliendo rigurosamente las condiciones, pero hemos descubierto que no, y eso se traduce en varias cosas. La actual debilidad del euro es una manifestación de inseguridad. Los mercados no se fí­an porque no se sabe muy bien quiíén manda en estas circunstancias sobre el euro y de ahí­, a deshacer posiciones, a salir del euro para refugiarse en otras monedas, sólo hay un paso".

No quiere decir el profesor Velarde que el ajuste presupuestario español no sea imprescindible, aunque reconoce que es muy dificultoso porque el gasto está repartido entre el Estado, las comunidades autónomas y los municipios y "sólo desde la fortaleza de los partidos polí­ticos se podrí­a embridar, especialmente a las comunidades autónomas, que son las que mayor capacidad de gasto tienen".

"La situación es muy delicada -concluye Velarde- y lo puede ser crecientemente en los próximos meses si no se asienta la situación del sector financiero y si el euro sigue dando las mismas señales de debilidad que estos últimos dí­as".

El peor escenario
Una visión francamente pesimista es la de Lorenzo Bernaldo de Quirós, miembro del Consejo Editorial de elEconomista. Para Bernaldo de Quirós, "la coincidencia de una crisis financiera con una crisis de deuda configura el peor escenario posible. Grecia nos ha contaminado, como lo ha hecho con Portugal, y ahora estamos en la misma ruta".

Para este experto, España afronta un endeudamiento creciente con restricciones de liquidez y eso supone que a mediados de año nos podemos encontrar un default, "porque -afirma- hemos cruzado la raya de la falta de liquidez para situarnos en la insolvencia. La cuestión es si esa suspensión se hace de manera ordenada y con recursos del Fondo Monetario Internacional o no". Para Bernaldo de Quirós, los mercados ya han dictado la sentencia.

Más prudente es la opinión de Juan Josíé Toribio, profesor del IESE, que cree que las previsiones a corto plazo de la Unión Europea (publicadas el miíércoles) son suscribibles. "Sin embargo, a medio plazo considero que nos vamos a mover en un contexto de crecimiento más bien lento y, desde luego, sincopado".

Hay cuatro elementos determinantes. El primero es que "con el desempleo que tenemos, con el miedo de los que temen perder su trabajo, no es nada fácil que el consumo reaccione", afirma Toribio. Otra de las incertidumbres difí­ciles de despejar es la capacidad del sistema bancario, tanto en el sentido patrimonial como en su capacidad para generar beneficios, ya que sin ellos es muy difí­cil que fluya el críédito.

Hay una necesidad y urgencia de reducir el gasto público y al mismo tiempo mejorar la recaudación fiscal, pero una y otra variable van en contra del crecimiento.

Y, por último, pero no menos importante, es previsible un aumento de tipos de interíés, que de hecho ya ha comenzado con el incremento de los spreds de la deuda pública española, concluye el profesor del IESE.