Fumata blanca para la que podía haber sido la segunda mayor quiebra de la historia de España por detrás de Martinsa-Fadesa. Reyal Urbis, la inmobiliaria de Rafael Santamaría, cerrará hoy la firma de la refinanciación de su deuda de casi 5.000 millones de euros por parte de las 59 entidades financieras acreedoras, salvo sorpresa mayúscula de última hora. Una refinanciación que permitirá a la empresa seguir viva durante tres años más con la esperanza de que, para entonces, el mercado inmobiliario español le permita devolver todo ese dinero.
La refinanciación debería haberse alcanzado en diciembre, pero la enorme cantidad de entidades implicadas ha ido retrasando la fecha hasta ahora. El paso definitivo fue el acuerdo de los 10 principales acreedores, el llamado steering committee, alcanzado en marzo despuíés de vencer las reticencias de BBVA, que era la entidad menor proclive a salvar la empresa. Desde entonces, este comitíé ha estado trabajando para convencer a las otras 49 de entidades para aceptar el acuerdo, que rubricarán hoy en una notaría de Madrid.
Fuentes de la negociación muestran su escepticismo sobre la capacidad de Santamaría de hacer frente a sus compromisos dentro de tres años, pero señalan que "lo que nadie quiere ver ni en pintura es un concurso de acreedores tan grande justo ahora, con el año tan difícil que estamos vivienda y con la tormenta que viven los mercados".
Los principales puntos del acuerdo de refinanciación, al que ha tenido acceso El Confidencial, son los siguientes:
1. Una novación del príéstamo sindicado de 3.200 millones durante tres años, en los que no habrá amortizaciones de principal y se capitalizarán los intereses, es decir, se añadirán al grueso de la deuda.
2. Una aportación de liquidez adicional que finalmente será de sólo 40 millones de euros frente a los 150 millones que se plantearon inicialmente. La magnitud de esa cantidad ha sido el principal obstáculo que ha tenido que vencer el proceso, y ha sido posible reducirla gracias a la adquisición de activos de la compañía por parte de varias de las entidades acreedoras. No todas están dispuestas a aportar su parte proporcional -entre las que se niegan se encuentran Hypo y Royal Bank of Scotland, según las fuentes consultadas-, pero las demás se harán cargo de la diferencia.
3. Una novación similar para los críéditos bilaterales de los diferentes bancos y cajas con la empresa de Santamaría, con la novedad de que, quien lo desee (normalmente las entidades que tienen un críédito por un importe muy cercano al valor de las garantías) podrá capitalizar los intereses de esta deuda bilateral dentro del críédito sindicado.
4. Una compra de activos de Reyal por unos 700 millones de euros a cambio de reducir la deuda, con lo que se reduce el importe de la refinanciación. En esta adquisición participarán BBVA, Sabadell, Caixa Galicia, Caixa Manresa y, como gran novedad, Santander, el principal acreedor con una deuda total en torno a 470 millones. Tambiíén están estudiando comprar activos Barclays, Caja ívila, Cajastur, Bancaja y Caixanova; según los tíérminos del acuerdo,se abre una ventana de tres meses para que tomen la decisión y puedan salirse del sindicado en los mismos tíérminos que el resto.
De esta forma, la deuda de Reyal quedará reducida a un importe de entre 4.200 y 4.300 millones. Según las fuentes, el acuerdo que se firmará hoy quedará pendiente de dos condiciones:
1. Que Hacienda (con quier la inmobiliaria tiene una deuda de 170 millones) díé un calendario de pago acorde con el plan de negocio, para lo que tiene un plazo de siete días hábiles. En todo caso, el primer pago no podría producirse antes de 2013.
2. Que el experto independiente nombrado por el Registro Mercantil (Ernst & Young) díé un informe "limpio" sobre la refinanciación, en el que considere que el nuevo plan de negocio es realizable y que las garantías son proporcionales a las facilidades ofrecidas por los bancos.
Una vez que se cumplan ambas condiciones, se perfeccionarán los acuerdos, esto es, se realizarán todas las transacciones que implica la refinanciación. El acuerdo tambiíén contempla, como adelantó en su día El Confidencial, la suspensión de toda la actividad promotora de Reyal y el nombramiento de una especie de controller que supervise todas las operaciones de Santamaría, papel para el que ha sido elegido PriceWaterhouseCoopers.
Las dos últimas operaciones que se han allanado el camino para la firma de hoy han sido la decisión de sacar fuera de la empresa el proyecto Castellana 200, cuya construcción parcial financiarán varios acreedores y que sale de la refinanciación, y la reestructuración de la deuda de Inveryal, la patrimonial de Santamaría en la que se incluían los puts (opciones de venta) que tenían varios empresarios que entraron en el accionariado de Reyal y a las que el citado constructor no pudo hacer frente cuando se desplomó la acción en bolsa.