El Fondo Monetario Internacional asegura que retirar los planes de estímulo a corto plazo puede ser peligroso para la recuperación del Viejo Continente, a pesar de que la crisis de la deuda pública puede aumentar, si no se vigila, y producir algún “contagio potencialâ€.
La institución dirigida por Dominique Strauss- Kahn mantiene su inquietud sobre la evolución futura de la economía europea. El FMI sostiene que el PIB volverá al crecimiento en 2010, con un avance del 1,6%, dejando atrás la contracción experimentada el año pasado (4,5%). Esta díébil mejora económica será moderada y desigual entre los distintos países, porque el desempleo “creceráâ€. Además, “las dificultades del sector financiero pueden restringir el críédito, por lo que “el consumo y la inversión†permanecerán díébiles. Así lo asegura el FMI en el informe Perspectivas sobre Europa, presentado esta mañana.
Por este motivo, el Fondo teme que todavía sea demasiado pronto para retirar los planes de estímulo decretados por los Gobiernos de Europa, a pesar de que estos esfuerzos han contribuido a la escalada de la deuda pública. El FMI cree que esta carrera alcista debe frenarse, pero no a corto plazo.
"Dados el riesgo de una recaída en la recesión y la magnitud de la contracción fiscal necesaria, no es factible ni deseable tratar de estabilizar la deuda pública en el corto plazo", asegura la institución, que no obstante, admite que "la inquietud de los mercados sobre la crisis de liquidez y solvencia en Grecia, si no se vigila, puede conducir a una deuda pública más grande y aun potencial efecto de contagio".
El FMI vuelve a cargar contra el sistema financiero español y contra las cajas de ahorros, que todavía están "sufriendo" y que parece que continuarán "altamente dependientes" del apoyo público, hasta que se produzca una adecuada "reestructuración, consolidación y recapitalización".
El Fondo insta al Gobierno español a continuar con su "existente plan de consolidación fiscal".
La institución está abierta a que los estados de Europa creen "bancos malos" para adquirir los activos tóxicos del sector financiero y considera que la política monetaria debe seguir siendo "acomodada", siempre que las presiones inflacionistas sigan "bajo control".