Metrovacesa no gana para sustos. La inmobiliaria se ha encontrado con un nuevo problema para refinanciar la deuda de casi 5.800 millones que arrastra. Se trata de la venta de un paquete de deuda impagada de unos 300 millones de euros en manos de Hypo Real Estate, que está intentando colocarla a fondos distress o 'buitres'.Entre los compradores está Cerberus, accionista de referencia de Chrysler.
Así lo han confirmado fuentes financieras conocedoras de la negociación, las cuales señalan que la operación de venta de esa deuda podría cerrarse con un descuento aproximado del 40% sobre el valor facial. En un principio, los interesados ofrecieron hacerse con ese paquete de default con descuentos que partían del 60% y que se rebajaron en una segunda negociación al 50%.
Hypo Real Estate, que tuvo que ser rescatado por el Gobierno alemán al aportarle más de 100.000 millones de euros, ha mantenido contactos con fondos como Cerberus, JP Morgan y Oaktree para venderles parte de su posición. Cerberus es conocido para haber conseguido en un primer momento evitar la quiebra de Chrysler, mientras que Oaktre fue el fondo que inyectó 140 millones de euros para salvar la fábrica de vidrio de La Granja de San Ildefonso (Segovia), en manos del grupo francíés Saint Gobain.
El grupo alemán es uno de los mayores acreedores de Metrovacesa. La empresa, participada ya en más de un 77% por la banca, acumula una deuda de casi 5.800 millones de euros al cierre del primer trimestre del año. De esa cantidad, algo más de 3.200 millones se corresponden a un príéstamo sindicado en el que están inmiscuidos cerca de 30 entidades financieras.
Las que lideran las negociaciones con Metrovacesa son Barclays, Royal Bank of Scotland y el propio Hypo Real Estate. Por parte de la inmobiliaria trabaja Goldman Sachs, que lleva ya dos años contratado sin apenas progresos en las conversaciones. Hasta el pasado mes de febrero tambiíén colaboró en busca de un acuerdo Sigrun Partners, el banco de inversión creado por un grupo de ejecutivos de RBS en España en 2009.
El objetivo de la compañía presidida por Vitalino Nafría, ex directivo de BBVA, era cerrar el acuerdo de refinanciación el pasado mes de febrero. Sin embargo, las negociaciones se rompieron tras la negativa de la banca a aceptar ciertas exigencias de Metrovacesa y el silencio de la inmobiliaria al plan de ajuste propuesto por los acreedores.
Metrovacesa era la inmobiliaria que más adelantados llevaba los trabajos de refinanciación, por delante de Colonial y de Reyal, que, sin embargo, ya han conseguido el visto bueno de la banca. De hecho, había un principio de acuerdo para canjear deuda operativa del grupo por acciones por un importe que oscilaba entre los 1.500 y los 1.800 millones de euros. Ese acercamiento no terminó de concretarse y ahora se habla de que la situación puede dilatarse hasta el mes de julio.
Desplome de la acción
“La venta de ese paquete de deuda puede dificultar aún más la refinanciación porque caerá en manos de un fondo de distress al que sólo le importan los pagos y que suele hacer poco caso a las peticiones de sacrificoâ€, explican fuentes conocedoras del proceso. Algo similar ocurrió en su día con Reyal, que se vio afectada porque Morgan Stanley había colocado parte de su príéstamo sindicado a un fondo de reestructuraciones. Lo mismo le está pasando hoy en día a Bodybell.
La banca controla ya el 77% del capital de Metrovacesa despuíés de que La Caixa tomara un 5,18% y Barclays un 7% al ejecutar el príéstamo que las dos entidades habían concedido a la familia Sanahuja. El resto de las acciones está en manos de Santander, BBVA, Banesto, Caja Madrid, Sabadell y Popular, La compañía ha hecho un esfuerzo en reducir su deuda con la venta de activos, como hizo este año con la filial de aparcamientos por 120 millones.
Las acciones de Metrovacesa se han desplomado un 35,44% en lo que va de año y un 44% en los últimos doce meses. Cotizan por debajo de los 10 euros, un precio que no se veía desde septiembre de 2001. La capitalización se ha reducido a tan solo 682 millones de euros.