Metafísicamente, dividimos los pensamientos en dos clases: positivos y negativos. Los pensamientos positivos siembran en nuestro subconsciente un semillero maravilloso y esas vibraciones luminosas que salen de nuestro cuerpo mental van a tocar las mentes del prójimo, estimulándolas en el sentido positivo. Es muy importante saber que con la mente gobernamos las cíélulas de nuestro cuerpo. El cuerpo físico manifiesta salud y belleza y energía, que es lo que ocurre en nuestro cuerpo mental, como si fuera un espejo.