En 2009 el país superó a Estados Unidos como el mayor fabricante de autos del mundo. Además, fabrica aviones para competir en forma agresiva con Boeing y Airbus.
En los últimos años, casi sin que se advirtiera en el exterior, China dio otro gran salto adelante: ahora es líder mundial en rieles de alta velocidad.
Los trenes de alta velocidad eran coto privado de Japón, con su “tren balaâ€, y de Francia, con su TGV. Sin embargo, los trenes de China son los más rápidos del mundo, su red ferroviaria la más extensa y sus planes de expansión, los más ambiciosos.
Para 2012, sólo cuatro años despuíés de su primer servicio de pasajeros de alta velocidad, China tendrá más vías de trenes de alta velocidad que el resto del mundo combinado.
Despuíés de años de masiva inversión en autopistas, China invierte ahora miles de millones en la más avanzada red de trenes y metros orientada a impulsar las exportaciones y revolucionar el flujo de bienes y personas en la economía de más rápido crecimiento del mundo.
“Así como nuestra inversión en el sistema carretero en los años 1950, y en el ferroviario a fines de 1800, esto rendirá enormes dividendos para China†en los próximos años, afirmó Tim Schweikert, presidente de General Electric Transportation en China, que el año pasado cerró un trato para invertir en la expansión ferroviaria de este país, a cambio de usar trenes y tecnología china para licitar en los proyectos de rieles de alta velocidad en Estados Unidos.
Funcionarios chinos señalan que exportar a Estados Unidos es parte de su objetivo por convertirse en el principal abastecedor de trenes de alta velocidad del mundo. En su búsqueda del mercado estadounidense, China ofrece financiamiento a bajo interíés. Además, para superar resistencias a la incursión china en el negocio ferroviario, el trato con GE estipula que los componentes de las locomotoras serían 80% estadounidenses y 20% chinos, y todo el ensamblaje final se haría en Estados Unidos.
Muchos de los trenes de alta velocidad chinos se fabrican en Qindao, ciudad industrial frente al Mar Amarillo, en una planta con más de 7,000 trabajadores, incluyendo unos 2,000 ingenieros de investigación y diseño.
La planta fabrica al año 200 blancos y brillantes trenes bala, cada uno capaz de viajar a 350 kilómetros por hora.
En un taller que los empleados llaman “secretoâ€, está en desarrollo el tren de próxima generación, que viajará aún más rápido, a 380 kph.
El año próximo, cuando se inaugure (con un año de anticipación) la nueva línea de alta velocidad Pekín-Shangai, esos veloces trenes reducirán a cuatro horas el tiempo de viaje del recorrido de 965 kilómetros entre las dos ciudades más importantes de China.
Los trenes están creando competencia a las aerolíneas: Despuíés de que el año pasado se abrió una ruta de trenes de alta velocidad entre Zhengzhou y Xi'an, las aerolíneas cancelaron todos sus vuelos entre esas ciudades. Los pasajeros preferieron un viaje de dos horas en tren, que cuesta 57 dólares, a un vuelo de 40 minutos, que costaba 73 dólares.