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Autor Tema: El ítomo Nous  (Leído 2671 veces)

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El ítomo Nous
« en: Mayo 17, 2010, 07:57:17 pm »
EL ATOMO NOUS
En el ventrí­culo izquierdo del corazón, mora el átomo principal; el diminuto modelo al
cual el cuerpo fí­sico debe, con el tiempo, amoldarse en su progreso. Es un cuerpo giratorio
que vive en su propia atmósfera; se lo llama el Maestro Constructor, porque tiene a su cargo
todos los principios constructivos de nuestro cuerpo fí­sico. Como general en mando, tiene
ejíércitos de constructores e ingenieros atómicos, que trabajan bajo su dirección. Estos son los
átomos Aspirantes, que buscan al Intimo, igual que nosotros. Este Maestro Constructor tiene
su personal de inspectores, los cuales, con frecuencia, sacrifican su propio desenvolvimiento
en favor de quienes están menos desarrollados que ellos.
Nuestra primera práctica consiste en atraer la atención de este Maestro Constructor o
ítomo Nous, utilizando para ello a los átomos Aspirantes que nos armonizan con su propia
inteligencia.
El organismo fí­sico es como tierra extranjera para estos bien dispuestos átomos, cuya tarea
consiste en poner tal organismo a tono con sus posibilidades espirituales más elevadas.
El Maestro Constructor mora en la sangre más pura del corazón, con autoridad absoluta
sobre los átomos que le obedecen. Esta corriente sanguí­nea puede hacer presión sobre estos
trabajadores, estimulándolos así­ a mayor actividad. La presión acrecentada exige de ellos mayor
resistencia, pues el cuerpo ha de ser reparado, sin consideración a los deseos del obrero.
Estas mirí­adas de obreros, a los cuales ni prestamos atención, ni ayudamos, se sienten,
con frecuencia, desalentados, y al parecer, incapaces a causa de nuestros excesos en el trabajo
y en el uso de estimulantes. El estudiante puede alentarlos cada mañana, practicando el siguiente
ejercicio: Parado sobre las plantas de los pies, hágase una respiración profunda, dando
palmaditas sobre la punta del hí­gado y enviando, al mismo tiempo, amor y pensamientos de
aliento. El centro nervioso, en ese punto, es vitalizado por nuestro pensamiento y amor; porque
allí­ está el asiento de la imaginación, y una sana imaginación hace un cuerpo sano.
Estos átomos respetan a la mente honrada; pues la falta de honradez en nuestros tratos causa
desorden en su atmósfera; por lo que tratan de esquivarse en lo posible. De manera que, únicamente,
la aspiración pura puede ponernos en contacto con su conciencia. Ellos, tambiíén, traen las
influencias del Intimo a nuestras mentes ilusionadas, aprisionadas en los mirajes de este mundo.
Entre el hombre y la Naturaleza existe un gran vací­o, el cual muy pocos han salvado.
Muchos artistas chinos nos han mostrado estos grandes conceptos, los cuales tratan de las realidades
elementales, que unen la mente a la conciencia de la Naturaleza.
El átomo Nous o Maestro Constructor fuíé quien respondió al llamado de la Realidad,
cuando se lo llamó a servir y encarnar en las capas inferiores del mundo, antes del advenimiento
del sol a la mente.
El cuerpo fí­sico, únicamente, parece sólido. Cuando se lo observa desde adentro, aparece
como envoltura gaseosa, y constituye una pantalla protectora para el Intimo; pues impide la
invasión de substancias extrañas como gíérmenes. La penetración de nuestros propios pensamientos
puede causar grandes sufrimientos a estos fieles obreros atómicos, dentro de nosotros,
si tales pensamientos son de intenso odio, malicia o envidia; por cuanto estos sentimientos
son mucho más destructivos de lo que creemos.




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Re: El ítomo Nous
« Respuesta #1 en: Mayo 17, 2010, 07:58:20 pm »
Nuestra educación nos enseña a pensar hacia afuera; esto impide que nuestras mentes
piensen hacia adentro. Los pensamientos, que creemos son propios, no provienen de nuestro
Intimo; de consiguiente, no son nuestra propia verdad individual.
El átomo Nous nunca demandará de nosotros nada malo. Por el contrario, nos sugerirá,
únicamente, cosas que ayuden a nuestro desenvolvimiento interno. Su obra es libertarnos de
nuestra prisión en este mundo ilusorio. Como somos los arquitectos de nuestro propio destino,
la decisión hemos de tomarla nosotros mismos.
A medida que el estudiante se desarrolla, se pone en contacto con los perí­odos en que el
hombre estaba envuelto en una atmósfera cargada de sabidurí­a divina; recuerda de nuevo el
plan que habí­a decidido poner en práctica, al encarnar en este mundo; plan que olvidó, al descender
a la materia densa de este planeta.
En aquellos antiguos tiempos, sabí­amos que estábamos compuestos de átomos, poseedores
de cualidades diferentes; estábamos todaví­a rodeados de un poderoso resguardo protector,
en cuya conciencia debemos entrar de nuevo.
Al recibir iluminación durante nuestra práctica, ayudamos a nuestros átomos, infundiíéndoles
la misma aspiración y ayuda que recibimos. Unicamente, cuando estamos sumergidos
en nuestros propios planos internos, nos damos cuenta del dolor y sufrimiento que causamos a
los obreros del átomo Nous; porque, entonces, experimentamos nosotros mismos su sufrimiento
y así­ decidimos que, en lo futuro, mantendremos una mente sana y normal y un cuerpo
sano y limpio.
Cuando el Maestro Constructor o átomo Nous abandona el cuerpo, íéste se desintegra.
El átomo Nous desea establecer leyes que traigan la unidad de las naciones del mundo.
El hombre, en la actualidad, está desarrollado solamente en sus cuatro síéptimas partes;
pero, cuando el átomo Nous y sus obreros responden a nuestras prácticas, se nos enseña a estimular
varias secciones del cuerpo, aparentemente atrofiadas por falta de uso.
El cuerpo se compone de dos clases de átomos, buenos y malos. Por medio de ellos volvemos
a experimentar el bien y el mal de nuestras vidas pasadas.

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Re: El ítomo Nous
« Respuesta #2 en: Mayo 17, 2010, 07:59:19 pm »
Los átomos se parecen a sus dueños; quienes poseen átomos firmes y sólidos tienen
cuerpos fuertes; los que tienen átomos díébiles son de cuerpo díébil
Al entrar en nuestros estados intermedios, desarrollamos nuestros sentidos ocultos de
percepción y nos damos cuenta de inteligencias desencarnadas; por lo que hemos de tener
cuidado de no confundir nuestras intuiciones con las comunicaciones de tales inteligencias.
A fin de conocer la diferencia entre la voz verdadera y la falsa, hemos de sentir una vibración
que nos díé la sensación de victoria y quietud; algo así­ como el final de una gran decisión.
Nuestra inclinación a mantenernos alerta y sanos nos atraerá la constante reverencia de
los átomos Aspirantes; por lo tanto, no deberí­amos comer alimentos impuros y debemos ser
moderados al tomar estimulantes.
La presión sanguí­nea incrementada es el origen de apetitos y deseos anormales y estimula
a nuestras naturalezas inferiores a mayor actividad, a la vez que se opone a nuestra penetración
en los mundos internos. Esta presión destruye los nervios, que abren y cierran las cíélulas
del cerebro. Al respirar, estos nervios abren las cíélulas, que dejan pasar la energí­a por el cuerpo;
pero si están cerradas, a causa de presión anormal, resultante de esfuerzo repentino, hacen
que los centros inferiores se mantengan alerta y activos y nos cierran los mundos internos, a la
vez que, impiden recibir las instrucciones de los mismos.
De consiguiente, hemos de emplear un míétodo mediante el cual podamos dejar fuera las
influencias de nuestra naturaleza inferior. Existe en el corazón una pequeña válvula que abre y
cierra la entrada a interrupciones procedentes de los centros inferiores de conciencia. Más tarde,
vamos dándonos cuenta, poco a poco, de que el Intimo utiliza un sistema de canales de
irrigación, por los cuales fluye la hermosa substancia que fertiliza nuestro crecimiento y la
comprensión de nuestras propias posesiones.

No respiramos solamente con los pulmones, sino que cada cíélula cerebral está provista
de lo que podemos considerar como pasajes pulmonares que recogen átomos para que nos inculquen
su inteligencia.
Con frecuencia los átomos aspirantes están sumergidos en substancias que destruyen sus
medios de comunicación con el átomo Nous. Esta destrucción se debe a los átomos indolentes.
Nuestras mentes son coleccionadoras de atmósferas en descomposición del pasado, cargadas
con la podredumbre que genera el gusto por la guerra y otros grandes vicios. En nuestra
práctica, estas decadentes condiciones cederán su lugar a una fuerza solar que las quemará.
Este fuego destruirá los parásitos, que nos abruman con sus cargas, y nos limpiarán para que
nuestras mentes se manifiesten.
En todas las íépocas de la historia, ha aparecido un Salvador del Mundo, al fin y al principio
de cada Era. Cuando seamos capaces de leer nuestros libros internos del recuerdo, sabremos
quíé iluminación trajo cada Instructor para nosotros y para el mundo; ellos podí­an
hacer milagros, gracias a la manipulación mágica de sonidos vocales; su obra ha consistido en
poner al hombre a tono con vibraciones superiores, puestas en libertad por estos átomos.
Hemos tenido el mismo átomo Nous en cada vida y en algunas de íéstas obedecimos sus
instrucciones.
El mundo cree que, cuando el hombre se convierte en yogui y entra en retiro, malgasta
su vida. Es verdad que, posiblemente, pocos lo conocen; sin embargo, el yogui genuino tiene
su lugar en el desenvolvimiento de la humanidad; el poder del mismo aumenta a medida que
se retira de la atmósfera del mundo, en que está aprisionada la humanidad. El verdadero yogui
posee gran poder y manipula las ondas mentales de la humanidad como el músico manipula
su teclado.

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Re: El ítomo Nous
« Respuesta #3 en: Mayo 17, 2010, 07:59:54 pm »
Al pasar el estudiante por los planos astral y mental, en su viaje hacia adentro, muchos
de los seres subnormales, que pululan por esas regiones (algunos inclinados a la tierra), escuchan
con frecuencia sus pensamientos y tratan de perturbar y distraer su mente.
Los átomos aspirantes nos ayudan a hacer nacer la energí­a latente en nosotros; es decir,
la fuerza dormida cerca del centro del ombligo, que nos libera de nuestra esclavitud. Esta
fuerza, similar a electricidad estática, es evocada y dirigida hacia arriba por el canal espinal y
abre grandes centros o escuelas ocultas; porque en el sistema nervioso central está la inteligencia
solar de nuestro universo en miniatura, en el cual el hombre alcanza unidad con la Realidad.
Entonces nos ponemos bajo la dirección de una corriente más potente de inteligencia, la
cual nos ayuda a salir de nuestros cuerpos y obtener información, sin acudir a los míétodos
normales. Si somos observadores, podemos examinar el horizonte de toda empresa y acostumbrarnos
a vivir, internamente, sin tener en cuenta el conocimiento del mundo y participar
así­ del conocimiento interior que, externamente, rechazamos.
En nuestro sistema central, encontramos ciertos átomos que representan la conciencia de
los grandes lí­deres de la humanidad. Estos átomos forman una estructura atómica de la cual
uno de ellos descenderá, una y otra vez, a la atmósfera densa de nuestros cuerpos y nos pondrá
en contacto con las inteligencias atómicas que han seguido sus enseñanzas. Ellos, tambiíén,
proyectarán ante nosotros, como en pantalla cambiante, nuestras experiencias pasadas, y de
nuevo traerán al estudiante lo que ha sufrido antes; o sea, la sensación de haber conquistado y
de haber sido conquistado. El estudiante, despuíés de haber presenciado sus obras buenas y
malas, procurará vivir para que no moren en íél los átomos que se hayan rebelado contra su
Señor.
Ningún gran administrador ha empleado nunca las normas de su íépoca; sino que ha
creado ideales y ha utilizado su imaginación para producir cambios progresivos en la civilización.
Las naciones han pasado por perí­odos de iluminación, en los cuales el valor moral del
individuo se consideró un haber nacional. Los Griegos comprendieron este ideal.

Los órganos de generación son de gran importancia, en estas enseñanzas; por cuanto el
poder creador de los mismos no es para satisfacción personal únicamente, sino tambiíén para
la creación de normas ideales, mediante el empleo de la imaginación.
La poderosa energí­a, que penetra en nosotros, tiene varios ramales y cada uno de íéstos
vibra de acuerdo con una división distinta de nuestro sistema nervioso.
Al observarlos, internamente, estos centros radí­an diferentes ondas luminosas, como ascuas
resplandecientes en una noche obscura.
La energí­a de nuestro sistema central nos mantiene despiertos; pero cuando dormimos,
ella tambiíén descansa y otra forma de energí­a toma su lugar. Esto es similar al trabajo de un
ingeniero, que reajusta la maquinaria despuíés que los obreros se han ido; porque esta energí­a
repara los tejidos rotos y destruye todo cuanto sea de naturaleza malsana. Cuando despertamos,
esta energí­a cesa de funcionar y las fuerzas atómicas anteriores reanudan sus tareas.
Las inteligencias gobernantes de cada colonia atómica resisten, con toda su fuerza, cualquier
influencia de afuera, que intente cambiar su actitud de una hacia la otra.
Es necesario estar alerta para captar cualquier mensaje del átomo Nous. Hay un antiguo
dicho hermíético: “Está atento a la voz de tu Maestro, como El lo está a la tuya”.
Cuando somos capaces de responder al Intimo, podemos remediar males pasados, vivir
vidas más profundas y nobles y ser iniciados en los Misterios Menores.

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Re: El ítomo Nous
« Respuesta #4 en: Mayo 17, 2010, 08:00:50 pm »
ATOMOS DESTRUCTIVOS
Como hemos dicho en el capí­tulo precedente, hay en el hombre dos fuerzas, buena y mala.
Los ocultistas llaman, a veces, al átomo Nous el principio blanco o bueno del corazón.
Ahora hablaremos del opuesto de aquíél; o sea, del átomo obscuro o Enemigo Secreto. En muchos
respectos, las actividades de íéste son similares a las del átomo Nous, porque tiene bajo
su mando legiones de entidades atómicas; pero íéstas son destructivas y no constructivas. Este
Enemigo Secreto reside en la sección inferior de la espina dorsal; los átomos del mismo se
oponen a los intentos del estudiante para unirse con su Intimo. El Enemigo Secreto tiene tanto
poder en la atmósfera de este mundo, que puede limitar nuestros pensamientos y aprisionar
nuestras mentes. Cuando tratamos de mantener la mente en una cosa, íél intentará inmediatamente
desintegrarla. Como dijo un Instructor, en una ocasión: “Si pudiíérais mantener un pensamiento
prí­stino durante sólo tres segundos, podrí­ais llegar a ser amos del mundo”.
Estos átomos evocan todo cuanto malo hay en nosotros; en la historia del mundo tienen
perí­odos de poder en que devienen grandemente destructivos. La última guerra fuíé uno de
tales perí­odos.
Como los poderes de estos átomos predominan en este mundo, durante nuestra práctica
de Yoga, nos es más fácil ponernos en contacto con sus escuelas, por cuanto, desde la infancia,
se nos ha enseñado a pensar hacia afuera y no hacia adentro; es en los cuerpos externos en los
que estos átomos se manifiestan con mayor facilidad; de manera que es fácil entrar en el reino
del Infierno; pues en el reino de los Cielos sólo se puede entrar a la fuerza.
Consideramos oportuna aquí­ una observación sobre la fe. Los iniciados dicen que el significado
de la misma ha sido mal comprendido. La fe, tal como la emplea el mundo, carece de
naturaleza espiritual; aunque, en el sistema secundario, significa poder y energí­a aplicados a
la acción. Todo íéxito en Yoga proviene de esta aplicación; por cuanto, la cualidad real de la fe
es una fuerza solar, que ilumina la mente y atrae a íésta átomos de poder y energí­a.
Muchos más desastres humanos, de los que podemos imaginar, son resultados de conceptos
erróneos acerca de esta cualidad. Al emplear Jesús la palabra Fe en la sentencia: Si tuvierais
fe como un grano de mostaza, quiso dar a entender que uno podrí­a realizar milagros, si
poseyera la energí­a atómica contenida en un grano de mostaza. Pero, en este mundo de ilusión,
este significado se ha invertido y el hombre díébil se siente tranquilo, y cree que todo le vendrá
si tiene fe. Esta no es una fuerza que deba aplicarse únicamente a las creencias religiosas. Es
un poder del Intimo que actúa a travíés de las densidades de nuestros cuerpos y cuanto más
respondamos a ella, más grandes serán nuestros poderes. De paso diremos que, el estudiante
debe saber que, cuando penetra en un sistema secundario, se produce una inversión en las cosas.
Por ejemplo, aquí­ decimos El hombre corre; pero en la división interna de la frase leerí­amos
corre el hombre.
Al Enemigo Secreto nunca se le ha permitido penetrar en las esferas superiores de nuestro
ser. En el principio, cuando el mundo estaba en estado í­gneo, sus átomos se negaron a responder
al llamado del Absoluto y se rebelaron contra su Señor. Despuíés siguieron las corrientes
de los átomos blancos y encarnaron. La nueva oportunidad, para responder al llamado,
les llegará al producirse la creación de un nuevo Universo.

Cuando el estudiante vuelve a experimentar las vidas pasadas, en que estuvo dominado
por el mal, experimenta tambiíén las vidas siguientes, en que paga ese mal, mediante muchos
sufrimientos. Será una ayuda para quienes, en la actualidad, sufren mucho en pobreza y con
dolor, saber que están pagando la penalidad de acciones anteriores, por cuanto el Intimo en
ellos es su juez.

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Re: El ítomo Nous
« Respuesta #5 en: Mayo 17, 2010, 08:01:37 pm »
Una vez que el estudiante es capaz de equilibrar estas dos clases de átomos, los blancos
y los negros, los poderes de íéstos quedan bajo su dominio y, entonces, puede ingresar en las
escuelas superiores. En terminologí­a oriental, esto significa que: Ha alcanzado a la mitad de
su Sendero. Entonces ya no está bajo la juridiscción ni del bien ni del mal.
Al penetrar nosotros en las esferas más obscuras de nuestra naturaleza, encontramos inteligencias
orientadas hacia la tierra, las cuales se adherirí­an a nosotros, si se lo permitiíéramos.
Más tarde, hemos de enfrentarnos con el cuerpo compuesto de nuestro mal pasado (una forma
mental de nuestra propia creación), al cual hemos dado elementos de nuestra alma; porque,
sin saberlo, todos somos creadores. Este llamado Guardián del Umbral se nos enfrenta y es
una fuerza dinámica viviente. Como es elemental, puede tomar cualquier forma de horror con
la cual quiera impresionarnos y, usualmente, toma forma femenina. Si permitimos que este
mal llegue a dominarnos, aunque sólo sea un momento (pues es hipnótico) causará una peligrosa
sacudida en el sistema nervioso, especialmente, en aquellos que no estíén iniciados en su
verdadera naturaleza. Pero si, en tal momento, invocamos a la Realidad, para que nos proteja
y nos díé comprensión, se desintegrará como la ceniza de un cigarillo. Una vez este elemental
quede destruí­do, desaparecerán las impresiones subconscientes de temor que los niños, lo
mismo que los adultos, experimentan en sus sueños.
En algunos misterios griegos, se evoca a este Guardián y el neófito queda libre de íél.
Existe tambiíén el opuesto de tal Guardián, que encontramos en planos más elevados; o sea, el
cuerpo compuesto de nuestros ideales y del bien del pasado. Este es una inteligencia divina,
imponente en su apariencia de brillantez y esplendor. Se lo llama el Intercesor. De íéste hablaremos
en capí­tulos subsiguientes.
Tambiíén volvemos a experimentar en las escuelas inferiores, los estados animales de
nuestra evolución, y descubrimos como tales estados influencian y controlan al hombre, todaví­a
en gran medida.

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Re: El ítomo Nous
« Respuesta #6 en: Mayo 17, 2010, 08:02:18 pm »
Como este mundo está estrechamente relacionado con el Enemigo Secreto, es mucho
más fácil para el estudiante obtener un conocimiento del aspecto maligno de la naturaleza más
que del bueno; por cuanto, la magia operativa trata con la densidad de la materia más fácilmente
que con las fuerzas sutiles de la naturaleza.
La sabidurí­a del Enemigo Secreto, es aparentemente mucho más grande que la del átomo
Nous. Como dijo una vez un gran profeta: “Los hijos de este mundo son, en su generación,
más sabios que los hijos de la Luz”.
Nuestra atmósfera es húmeda, y cuando atraemos un mal pensamiento a ella, este mal
pensamiento nos envuelve con átomos de naturaleza similar, que giran a nuestro alrededor,
como un enjambre de abejas. En el exterior del cuerpo mental, existen centros de conciencia
que atraen ciertos tipos de pensamientos buenos y malos. Tales átomos difieren en grado de
inteligencia, y algunos pueden darnos falsos conceptos de las cosas, lo mismo que de las personas.
Los estudiantes se han de adaptar a su medio ambiente y aprender a gobernar sus pensamientos.
Haciíéndolo así­, acrecientan su energí­a, y sienten mayor seguridad y más el poder
de la atmósfera del átomo Nous. Se ha de tener presente que los ambientes difieren, y que los
lugares del mal están cargados de átomos destructivos.
El Intimo nos juzga por la atmósfera que atraemos. El Sol enví­a una gran fuerza purificadora
a la atmósfera. Se puede notar esto en la primavera, cuando la vida y vitalidad nuevas
se dejan sentir en todas partes. Esto es porque los átomos del Sol estimulan el sistema nervioso
central.


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Re: El ítomo Nous
« Respuesta #7 en: Mayo 17, 2010, 08:03:01 pm »
Es interesante notar que las personas impregnadas de átomos del Enemigo Secreto no
pueden resistir la luz solar por la mañana, cuando el Sol es más vitalizador. Las personas dominadas
por sus antepasados y que viven en habitaciones magnetizadas por los pensamientos
de íéstos, prefieren tambiíén, generalmente, vivir recluí­das. Pero, en lo futuro, las gentes no vivirán
más en las secciones sucias, congestionadas de las ciudades, donde flotan átomos ancestrales
en proceso de desintegración; porque las vibraciones de la Aurora de Juventud alejará a
los jóvenes de tales condiciones hereditarias.
Quienes construyen con materiales viejos, deberí­an recordar que el vino nuevo no se debiera
guardar en viejas botellas. Nuestros cuerpos se han de construir con la nueva energí­a y
se han de hacer sanos; asimismo, las condiciones deben ser clarificadas.
Cada persona tiene una atmósfera individual y una inteligencia tambiíén individual.
Cuando respondemos a la nueva energí­a y nos revestimos de nuestras individualidad propia,
no tenemos afinidad con otras atmósferas mentales. Esta separación hace que los estudiantes
encuentran dificultad, al principio, para comprender a los demás; por cuanto, una vez hollamos
el Sendero, somos diferentes en pensamiento, lo mismo que en ideas. Somos, de nuevo,
como niños que entran en otro mundo, rodeado de esos átomos puros que vinieron y permanecieron
con nosotros en los primeros años, despuíés de nuestro nacimiento; como niños, ni
resistimos ni atraemos a los átomos del Enemigo Secreto. De esta manera, estamos protegidos
contra el mal. Incidentalmente, se ha de saber que la oposición al bien es la causa real del malestar.
La clase peor de átomos que nos enfrenta, en la actualidad, viene del remoto perí­odo
lemuriano. En aquella lejana íépoca, antes de que este planeta alcanzara un nivel superior de
evolución, nuestros cuerpos eran de naturaleza animal, divorciados de su mente divina y sumergidos
en una atmósfera no muy diferente de la actual. Estábamos, constantemente, envueltos
en guerra, sacrificábamos ví­ctimas a nuestros dioses de destrucción y comí­amos de su
carne.
Nuestras diversiones consistí­an en poner animales frente a frente, los que comí­amos
despuíés. Como, en el calor de batalla, la sangre se transforma instantáneamente y adquiere las
malas cualidades de los combatientes, ello ayudaba al Enemigo Secreto a acumular, profusamente,
en los cuerpos, sus átomos destructivos, y así­ adquirió poder más grande sobre los
cuerpos fí­sicos.
Fuíé en este perí­odo lemuriano que partimos pan, por primera vez. Los seres más altamente
desarrollados cosechaban un grano similar al mijo; esto perturbó a los átomos animales
en ellos, y creó en los mismos el deseo de oponerse a quienes hací­an la guerra y comí­an a las
ví­ctimas; tambiíén, los indujo a unirse en una colonia y fraternidad, con el propósito de protegerse
entre sí­. Aquellos que escapaban de la tortura y de la muerte se unieron tambiíén.
En aquel tiempo, estábamos más evolucionados que los animales, puesto que podí­amos
recordar y repetir lo que habí­amos oí­do a los ancianos de dicha colonia, quienes podí­an dejar
fácilmente sus cuerpos y habí­an descubierto la manera de recibir instrucción de otra esfera; o
sea, de un globo superior. A veces, vení­an tambiíén seres de naturaleza semidivina, cuyas vibraciones
interpretaban y estimulaban nuestros cuerpos.
Estos seres solares enseñaron a los lemurianos un alfabeto similar al chino primitivo;
como tambiíén un arte perdido, conocido únicamente por los iniciados, el cual estaba relacionado
con los sonidos vocales de la Naturaleza. Cuando estos sonidos eran emitidos correctamente,
evocaban una respuesta audible, y gracias a la emisión se conocí­a el verdadero nombre
de una cosa.

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Re: El ítomo Nous
« Respuesta #8 en: Mayo 17, 2010, 08:03:59 pm »
Nuestros viejos átomos lemurianos son nuestros enemigos más destructivos; porque todaví­a
poseen la sabidurí­a heredada de antiguo, y los magos negros reciben instrucción de
ellos. En el ritual de los Hermanos leemos: Dominad a los magos negros dominando a sus
maestros de magia.
Los artistas, con frecuencia, sucumben ante el Enemigo Secreto y saturan sus obras de
una belleza maligna, que envuelve al observador con una atmósfera destructiva. Cuanto el
pensamiento crea, se compenetra de una atmósfera atómica y la belleza es, con frecuencia,
mancillada por los pensamientos proyectados sobre ella. En las esferas inferiores, se pueden
ver objetos de gran belleza, tanta que quedamos casi fascinados. Sin embargo, evocarí­an
nuestra naturaleza del mal, si permitiíésemos que aprisionaran nuestras mentes.
En este mundo, el Enemigo Secreto transforma lo creado por una mente de gran pureza,
en lo opuesto, debido a la crí­tica de mentes más obscuras dominadas por el Enemigo Secreto.
La Crí­tica de los poemas de Keats es un ejemplo. El genio juvenil es fácilmente lastimado y
algunas veces destruí­do, cuando los poderes de la obscuridad escriben, valiíéndose de la pluma
de un crí­tico.
El pasado de todo hombre duerme en la atmósfera de sus átomos constructivos y destructivos;
según sean sus pensamientos, los despierta y los puede transmitir a otros. No se da
cuenta de que, mediante la influencia de sus átomos enfermos, puede destruir; pues no se
siente siempre feliz ni normal, cuando evoca sus condiciones pasadas. A veces, cuerpos sanos
y positivos atraen átomos protectores, que los resguardan en presencia de fuerzas enfermizas.
Las gentes dominadas por los poderes del Enemigo Secreto descargan en la atmósfera
estas cualidades perniciosas, y las personas sensitivas no están inmunes de ello, si no poseen
mentes positivas y no están dotadas de cuerpos sanos.
La depresión y la ira son las dos puertas por las cuales penetran las influencias del Enemigo
Secreto; cuando esto ocurre, gíérmenes de enfermedad invaden el cuerpo. La ansiedad y
la alimentación deficiente destruyen, tambiíén, a nuestros átomos Aspirantes. De consiguiente,
nuestra salvación depende de que poseamos una atmósfera feliz y mentalmente equilibrada;
porque nuestra actividad y nuestras miserias son las de esos átomos Aspirantes.
El instinto, poder que poseí­amos cuando evolucionábamos por medio de elementos variables
y animales, y al cual el animal pide dirección en momentos de peligro, todaví­a persiste
en nosotros; este instinto despertará de nuevo en el perí­odo medio de la nueva Era. Este poder
nos protege y nos advierte contra sus mentes malignas, y quienes lo utilicen nada tendrán que
temer del Enemigo Secreto. Como el instinto viene del Intimo, la oposición no puede actuar
contra íél.
Si nos concentramos intensamente en el Enemigo Secreto, lo ayudamos y desarrollamos
sus poderes dentro de nuestra atmósfera.

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Re: El ítomo Nous
« Respuesta #9 en: Mayo 17, 2010, 08:05:45 pm »
El Enemigo Secreto tiene sus escuelas en las esferas inferiores de nuestra naturaleza; en
nuestra práctica nos vemos, frecuentemente, confrontados con alguno de sus sirvientes, el
cual promete satisfacer cualquier deseo material, si estamos dispuestos a asociarnos con los
poderes y principiados de su señor; pero, si consentimos, deberemos estar dispuestos a darle
posesión de nuestras almas. Esto es una gran prueba para el estudiante; porque los átomos
blancos nada nos ofrecen de naturaleza terrenal, salvo riqueza en sabidurí­a y la sensación de
seguridad interna.
Antes de la gran guerra, las mentes, que respondí­an a influencias malignas, encubrieron
su ideal de que Fuerza es Derecho, y sembraron las simientes de destrucción que libertaron al
Enemigo Secreto en el hombre. Los obreros del átomo Nous se rebelan ante cualquier perspectiva
de guerra o de destrucción, sea fí­sica o mental, y protegen a quienes se rinden a su
atmósfera.
En las esferas elevadas de la sociedad están apareciendo átomos de naturaleza demoní­aca
y ninguna nación puede asegurar la paz y la tranquilidad, si sus dirigentes están bajo tal
dominio.

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Re: El ítomo Nous
« Respuesta #10 en: Mayo 17, 2010, 08:07:00 pm »
Cada hombre tiene una marca de casta grabada en su frente, y el iniciado puede, de esta
manera, distinguir el carácter de cada uno.
El hombre tiene en su cuerpo varios puestos de observación, desde los cuales puede ver
las áreas del mundo, donde trabajan las fuerzas más obscuras.
El señorí­o de una nación se pierde cuando, en los campos, las guadañas sirven los propósitos
de los pocos, y la cosecha se distribuye en provecho de sólo una pequeña porción del
pueblo. La cosecha es abundante y puede alimentar a todo el mundo; pero los átomos de destrucción
monopolizan los mercados y las muchedumbres mueren de inanición.
La humanidad es como pluma lanzada a una corriente; vaga por la vida sin un propósito
real; aparte de evitar las cosas desagradables que amargan sus placeres. Cuando, en su práctica,
el estudiante profundice y mire al presente desde una íépoca futura, verá cuánta agoní­a pudo
el hombre evitarse y cuántos campos estíériles hay en el mundo.
Hoy el hombre ha de aprender a pensar y a convertirse en su propio Salvador, y no dejarse
guiar por unas pocas mentalidades, elegidas por el Enemigo Secreto, a las cuales elevamos
a los cargos del Estado, en la esperanza de que gratificarán nuestros placeres, sin pensar
en las consecuencias futuras.
El Enemigo Secreto trabaja, en todo sentido, para negarnos cualquier inteligencia que
ilumine nuestras mentes; trata de convertir al hombre en una máquina, maldecida por la similaridad,
y en una mente falta de todo poder creador. La mentalidad mecanizada del hombre
está modelada para servir únicamente como máquina; el progreso futuro de una raza queda,
así­, restringido; por cuanto, lo que no está impregnado por la actividad del pensamiento, pertenece
a un mundo de átomos muertos. La máquina podrá hacer al hombre útil a otros y darle
un modo de vivir limpio, pero lo empobrece en lo que respecta a su propia importancia, como
unidad de la gran Realidad.
Un gran dictador ha dicho: “Hay un trono vací­o en casi todos los paí­ses de Europa”. Esto
es verdad, si el pueblo no piensa, sino que se deja conducir por otras mentes, que asumen
los poderes de la dictadura.
El estudiante debiera saber que, en la envoltura astral, que rodea su cuerpo fí­sico (la envoltura
más tosca de pasión y deseo), sus pensamientos inferiores atraen, a su substancia flúida
y traslucente, inteligencias de naturaleza maligna; las que desorganizan el cuerpo mental,
imprimiendo sus pensamientos en íéste, y debilitan el carácter del inviduo así­ asaltado. Estos
espí­ritus pueden predecir muchas cosas interesantes y proporcionarnos información secreta, al
objeto de ligarnos a ellos; aunque en todo ello hay poco de verdadero valor. Sus flúidos astrales
emiten un olor muy desagradable, por cuanto segregan y se nutren de formas de la materia
enfermiza, que nosotros arrojamos.
En regiones todaví­a más bajas, encontramos formas similares a las del astral inferior; pero
sin la inteligencia de íéstas. Ellas se ciernen sobre los lechos de los moribundos y se mantienen
con materia en putrefacción. Son de la especie de los vampiros; los magos negros utilizan
esta substancia pútrida para dirigirla a la atmósfera de sus enemigos.
Al tratar de la naturaleza elemental, explicaremos cómo la contraparte inferior de la
misma está impregnada de estos átomos de destrucción; átomos que estimulan la ferocidad y
el odio en los animales.

Scientia

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Re: El ítomo Nous
« Respuesta #11 en: Mayo 17, 2010, 08:07:40 pm »
En lo futuro, la energí­a de esta nueva Era nos producirá una serie de desórdenes mentales;
por cuanto las mentes, que no respondan a la sabidurí­a y al poder de la misma, la rechazarán.
El Enemigo Secreto no tendrá el míétodo para desviar la fuerza, y quienes hayan atraí­do
esta nueva energí­a experimentarán perí­odos de ilusión y de depresión; pero el estudiante aspirante
no será afectado; estará a tono con la vibración y le rendirá homenaje y respeto.
Nos encontramos todaví­a bajo el encanto, en que los magos del pasado nos han envuelto.
Los hijos del Enemigo Secreto hablan de sus malas obras como si fueran grandes virtudes.
El hombre se degenera fácilmente, cuando se encuentra bajo el poder del Enemigo Secreto;
íéste lo devora en el horno ardiente de sus deseos; cuando el hombre se debilita, está
perdido y, a veces, no puede restablecer el contacto con su Intimo, durante dos o tres vidas, en
que agota el karma de sus malos deseos.
Nuestras fuerzas creadoras son para que las conservemos, no para disiparlas; pues la
energí­a acumulada es una riqueza capaz de ennoblecer nuestro carácter. Ha de tener cuidado
la persona que mancilla su apetito con pasiones y deseos insanos; pues, no sólo pone en peligro su propia salud, sino tambiíén la de cuantos le rodean. El Enemigo Secreto proporciona,
con frecuencia, a quienes llevan vida disipada, mayores oportunidades para propagar y extender
sus lacras; pues se los puede incitar, más fácilmente, a realizar malas acciones, a lo que la
mente normal y equilibrada nunca sucumbirí­a.
Este poder tenebroso consume, en lo posible, su ví­ctima por medio de enfermedades. Si
no os puede dominar cuando sois pobres, pero reconoce que poseíéis cualidades que responderán
a su dirección, os hará ricos; porque de esta manera podríéis sembrar más semillas de destrucción,
de mal, que perdurará durante generaciones despuíés. Muchos que han alcanzado
gran poder, fama y reputación han sido, con frecuencia, estimulados así­ y trabajan bajo la autoridad
del Enemigo Secreto.
Al objeto de reclutar sus instrumentos, las escuelas de magia negra han hecho del culto
al sexo una de sus enseñanzas principales.
El Intercesor, mencionado antes, es un átomo de gran inteligencia, que se mantiene
siempre en presencia de la Realidad. Si somos sinceros y fieles en nuestra aspiración de unirnos
con nuestro Intimo, una vez hemos entrado en nuestro sistema secundario y vuelto a experimentar
nuestro pasado, íél intercede para que se nos perdonen nuestras malas acciones pasadas.
Cuando esto ocurre el hombre vuelve a nacer.
Este Intercesor es un gran escudo protector para el estudiante sincero; pero, si lo deseamos,
nos permitirá trabajar para el Enemigo Secreto. Si lo hacemos así­, no podremos estar bajo
la protección del Intercesor durante esta vida. Somos nosotros los que hemos de elegir
nuestro Sendero; sea el de la derecha o el de la izquierda; el bueno o el malo.