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Autor Tema: Vampirismo Psí­quico.  (Leído 1318 veces)

Scientia

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Vampirismo Psí­quico.
« en: Diciembre 08, 2007, 09:56:34 pm »

 
Un sistema del aura poco desarrollado y con recursos energíéticos deficientes tiende a crear un patrón de comportamiento de adaptación que suele invadir el sistema del aura de otras personas y absorber su energí­a. Este fenómeno se llama vampirismo psí­quico y tiene como resultado un aumento en las reservas de energí­a del vampiro psí­quico y el desgaste o agotamiento energíético de la otra persona.

A pesar de que una interacción vampí­rica dura sólo algunos minutos, los efectos residuales sobre la ví­ctima pueden notarse durante varios dí­as. La falta de energí­a, los mareos, la tensión muscular, la dificultad de concentración, los dolores de cabeza y las náuseas son algunos de los efectos más comunes sentidos por las ví­ctimas; sin embargo, sucesivos ataques vampí­ricos pueden producir fatiga crónica, desarreglos del sueño, irritabilidad, depresión e incluso enfermedad fí­sica.

Todos hemos estado con personas que parecí­an dejarnos sin energí­as, y es muy probable que todos conozcamos individuos que suelen agotar o deprimir a los que tienen a su alrededor. Incluso en un encuentro que dure tan sólo unos minutos, el vampiro psí­quico experimentado puede encerrarse dentro de nuestro sistema energíético y rápidamente agotar nuestras fuentes de energí­a. A pesar de que en ese momento no hayamos atribuido nuestro agotamiento energíético al vampirismo psí­quico, probablemente nos hayamos puesto en guardia inconscientemente frente a sus ataques.

Los vampiros psí­quicos presentan una gran variedad de rasgos personales y de patrones de comportamiento. Muchos de ellos adoptan el estereotipo bien conocido de “mosquita muerta” o comportarse de manera halagí¼eña. A menudo no tienen ningún escrúpulo y se valen de cualquier medio para lograr sus fines. Pueden parecer pasivos y reservados, ocultando cualquier inclinación al vampirismo, pero cuando la ocasión lo requiere pueden ser muy agresivos e incluso intimidatorios; pueden valerse de la vulnerabilidad de la otra persona, esperando el momento oportuno para golpear. En ámbitos laborales suelen ser personas con las que es muy difí­cil trabajar y cuyo rendimiento es muy dispar; a veces son altamente eficaces y otras totalmente inoperantes.

A pesar de los disfraces tras los que se ocultan, los vampiros psí­quicos son tí­picamente inseguros y vulnerables; si bien pueden adoptar un estilo autosuficiente, operan desde una posición de debilidad y no de poder. No suelen tomar consciencia de ellos mismo, pero son rápidos a la hora de emitir juicios sobre la gente que los rodea. Pese a estar totalmente centrados en ellos mismos y tratar a los demás en forma desconsiderada, a menudo se quejan de que el mundo es injusto con ellos. Sus relaciones personales son tí­picamente inestables. Puede decirse que muchas de estas personas presentan trastornos de la personalidad, con sí­ntomas tales como inseguridad emocional, dificultad para controlar la ira, baja autoestima, sentimientos de hostilidad reprimidos que estallan esporádicamente.

La interacción vampí­rica puede ser deliberada o espontánea por parte del vampiro, y consensual o no consensual por parte de la ví­ctima. El tí­pico ataque vampí­rico es espontáneo, por lo tanto, no requiere un esfuerzo consciente para iniciarlo ni para mantenerlo. En muchas interacciones de este tipo, ni el vampiro ni su ví­ctima son conscientes de que se está produciendo una transferencia de energí­a de uno al otro. Si bien la ví­ctima suele estar dentro del radio de visión perifíérica del vampiro, el ataque en sí­ puede llevarse a cabo incluso sin contacto ocular con los sujetos.

Una vez que se ha dado cuenta de sus tendencias vampí­ricas, muchos vampiros psí­quicos las racionalizan como una forma aceptable de satisfacer sus necesidades energíéticas y, por consiguiente, planean sus encuentros vampí­ricos como cualquier otro evento social. Sus tácticas están diseñadas para implicar a un socio totalmente inocente en una interacción espacial cercana durante la cual tiene lugar el ataque inesperado.

Un ataque casual no es tan visible como uno planeado, y normalmente la ví­ctima no se entera de lo que está sucediendo. Los resultados, sin embargo, son los mismos: el vampiro sale saciado y la ví­ctima experimenta un agotamiento energíético. Estos intercambios casuales pueden ocurrir en cualquier ámbito, en una clase, en un restaurante, en un avión, en un gimnasio o en cualquier sitio donde la gente se reúna.

Afortunadamente no estamos indefensos para protegernos de los ataques de los vampiros a nuestro sistema del aura. Se han desarrollado procedimientos que repelen los ataques y que tambiíén pueden interrumpirlos, evitando así­ una píérdida mayor de energí­a. Dado que los ataques vampí­ricos son normalmente muy cortos, pueden durar tan sólo unos segundos, una respuesta rápida es esencial para obtener resultados.

La tíécnica de trabar los dedos es muy eficaz a la hora de lograr estos objetivos. Es un procedimiento muy fácil de aplicar y que puede prevenir un ataque vampí­rico sobre el aura o interrumpirlo inmediatamente si es que ya ha comenzado.

Paso 1. GESTO DE TRABAR LOS DEDOS. Tan pronto como sospeche que un ataque vampí­rico es inminente (o que ya está sucediendo), junte la punta de los dedos pulgar y medio de cada mano formando dos cí­rculos. Junte las dos manos y traba un cí­rculo con otro.

Paso 2. PROTECCION ENERGETICA. Mantenga los cí­rculos trabados, cierre los ojos y visualice un escudo de energí­a poderosa que protege todas su aura y que repele cualquier invasión de fuerzas extrañas.

Paso 3. INFUNDIR ENERGIA. Visualice el centro más í­ntimo de su sistema energíético, vea cómo late pleno de poder mientras infunde esa energí­a a todo su ser.

Paso 4. AFIRMACION. Permita que la energí­a llegue a su clí­max y despuíés afirme: Estoy rodeado de un escudo de poder protector. Estoy seguro y a salvo.

La tíécnica de trabar los dedos sólo requiere unos segundos y puede usarse prácticamente en cualquier sitio. Si bien originariamente fue diseñada para repeler en forma instantánea el ataque de un vampiro, esta tíécnica puede utilizarse para dar energí­a al sistema del aura y protegerlo contra cualquier invasión externa de fuerzas negativas. Puede utilizarse para inducir un estado tranquilo y relajado, o para lograr un sueño reparador. Este procedimiento se puede adaptar para disminuir o eliminar la ansiedad producida por situaciones cotidianas tales como entrevistas de trabajo o presentaciones en público. 



lauramsagra

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Re: Vampirismo Psí­quico.
« Respuesta #1 en: Enero 25, 2011, 10:48:42 am »
Procuraremos tenerlos cerca el menos tiempo posible ó nada :023:
Si de todo aprendo, no hay paso equivocado.😉