Telefónica sigue buscando apoyos para hacer cambiar de opinión a Portugal Telecom (PT) sobre la idoneidad de la Oferta Pública de Adquisición (OPA) lanzada sobre Vivo. La compañía española ha pedido ayuda a Credit Suisse, cuyo presidente, Fernando Abril-Martorell, fue consejero de PT, para que actúe de mediador con los gestores del grupo luso, que se oponen de forma tajante a la operación. El banco es, además, accionista de la teleco portuguesa, con el 2% del capital.
La elección de Credit Suisse no es casual. Fernando Abril-Martorell fue consejero de Portugal Telecom hasta principios de 2008. El banquero entró en el consejo de la compañía portuguesa en 2001, cuando la multinacional española se hizo con el 10% del capital de su homóloga lusa. Aunque Abril-Martorell dejó sus funciones ejecutivas en Telefónica en septiembre de 2003, continuó en el consejo de PT hasta hace apenas dos años.
Fuentes financieras aseguran que Cíésar Alierta ha solicitado ayuda a Abril-Martorell, hijo del que fuera vicepresidente del Gobierno en la etapa de UCD, por las buenas relaciones que mantiene con gran parte de los miembros del órgano de gobierno del grupo portuguíés. Credit Suisse ha comunicado a sus clientes que no puede emitir valoraciones bursátiles sobre Telefónica y sobre Portugal Telecom por estar “restringidoâ€.
Esta definición es la que suelen utilizar los bancos de inversión para explicar a sus inversores que no pueden opinar sobre determinadas compañías por estar contratado en ese momento por dichos grupos. Fuentes próximas a Telefónica aseguran que ha habido contactos con Credit Suisse, pero matizan que no hay firmado ningún mandato relativo a la operación con el banco suizo. La entidad helvíética no ha respondido a la llamada de este medio para confirmar la información, mientras que la operadora española ha declinado hacer ningún comentario oficial.
Abril-Martorell conoce muy bien a PT y tambiíén a Telefónica. Fue director financiero durante la etapa de Juan Villalonga y presidente de TPI-Páginas Amarillas. Se fue de la compañía a mediados de 2000 por un enfrentamiento con el políémico directivo de la operadora. Tres meses despuíés, tras la llegada de Cíésar Alierta (agosto de 2000), el ejecutivo maño lo rescató y lo nombró consejero delegado. Pero en el cargo apenas estuvo tres años, ya que lo abandonó en septiembre de 2003 de forma inesperada.
Aunque en aquel momento se habló de discrepancias con Alierta, lo cierto es que el presidente de Telefónica lo mantuvo como consejero de Portugal Telecom hasta principios de 2008. Además, contrató los servicios de Credit Suisse en varias ocasiones, como cuando lanzó la OPA de absorción sobre Telefónica Móviles.
Valoración de treinta y dos veces beneficio
Ahora, Telefónica cree que Credit Suisse puede ser un buen aliado para conseguir su objetivo. En una reciente nota a sus clientes, Andrew Campbell, analista del broker suizo, señaló que la combinación de los negocios de móviles de Telefónica con Vivo podría suponer unos ahorros de costes de 3.000 millones de euros al año. Según sus cálculos, los 5.700 millones de euros ofrecidos por el grupo español suponen pagar 32 veces el beneficio de Vivo estimado para 2010.
Un ratio elevado con el que Telefónica quiere convencer a los accionistas institucionales de PT. Aunque los portugueses, como Ongoing, Visabeira o Banco Espirito Santo han cerrado filas en torno al Gobierno local y han rechazado por unanimidad la oferta, Alierta confía en conseguir el apoyo del fondo Brandes Investments, que tiene el 7,89% del capital, de Barclays (5,1%), BlackRock (2,3%) y Credit Suisse (2%). Ayer se hizo público que UBS ha emergido con otro 2,3% de las acciones. Lo que pretende Telefónica es forzar una junta extraordinaria de accionistas para someter a la votación general su propuesta, petición que a priori es imposible puesto que debería ser el consejo de administración quien hiciera ese trámite.
