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Autor Tema: Los Mundos sumergidos  (Leído 1590 veces)

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Los Mundos sumergidos
« en: Mayo 26, 2010, 07:23:40 pm »
LOS MUNDOS SUMERGIDOS
En el desenvolvimiento del estudiante, llega un tiempo en que pierde todo deseo por cosas
materiales, así­ como el temor a la muerte, y entra en retiro bajo el cuidado y observación
de un hermano avanzado. De esta manera, penetra en su propio yo sumergido, y se ve de
pronto confrontado por entidades como animales, a las cuales nos parecí­amos en un tiempo;
íéstas tienen que desarraigarlas de su naturaleza. Tambiíén se encontrará, cara a cara, con quienes
lo atormentaron en el pasado, y con aquellos a quienes íél atormentó; pues, ahora ha de
hacer frente a su mal pasado, lo mismo que al bien.
Sentirá como si de nuevo hubiera vuelto a ser un animal sin luz; pero la razón de que se lo
prive de esta luz, es que, si llega a ser vista por fuerzas más obscuras, despertará antagonismo
en íéstas. Sólo más tarde, se da cuenta de que todaví­a posee esa luz y que puede utilizarla.
Se puede llamar infierno a este mundo; pero no es el infierno de las religiones ortodoxas.
Hemos de estudiar sus diversas densidades y sus estructuras atómicas; sus ilusiones lo mismo
que sus verdades; porque tenemos que descender aun más profundamente, hasta que alcancemos
la máxima profundidad del mal y de la intolerancia.
A medida que pasamos revista a nuestro pasado animal, cuando adorábamos a las fuerzas
del mal, como nuestros dioses, nos damos cuenta, de que la intolerancia nos afecta, tambiíén,
en las esferas más elevadas y, de que aquí­ podemos atacar las raí­ces de este mal y destruirlo.
En estos infiernos vemos como adorábamos la sangre de nuestras ví­ctimas y las
sacrificábamos sin tener en cuenta sus sufrimientos; y cómo, a nuestra vez, íéramos
igualmente atormentados. De esta manera, aprendemos que no podemos hacer sufrir, sin
pagar la penalidad correspondiente.
Es fácil trazar un mapa de estas regiones, como lo es trazar el de lugares de nivel más
elevado; se podrí­a escribir muchos libros acerca de tales regiones.
Sin saberlo el estudiante, el átomo Arquitecto enví­a una Inteligencia del átomo Nous,
cuando el estudiante está en las regiones inferiores, a fin de protegerlo de grave sufrimiento al
retornar de estas profundidades, donde estas condiciones inferiores lo pueden atacar.
Esta Inteligencia es la estrella que guí­a al estudiante durante su peregrinaje y lo vigila,
no permitiendo que nada lo aterre al punto que pueda ser perjudicado. El estudiante no se da
cuenta de tal Inteligencia, hasta que es llamado a someterse a la ordalí­a, de sumergirse en las
profundidades de sus condiciones inferiores, entonces tal Inteligencia aparece ante íél resplandeciente
y protectora.
La belleza de estas esferas inferiores se intensifica; pues los moradores de ellas emplean
sus artes para glorificar sus propias personas, y aparecen con belleza maligna, más deslumbrante
que la que presenciamos en desfiles escíénicos. Se revisten del mal de sus esferas y uno
llega a sentir simpatí­a hacia los antiguos anacoretas, quienes fueron tentados, probablemente,
más allá de su resistencia; pues tal malignidad lo envuelve a uno en una atmósfera de anhelos
pasionales y mentales intensificados.



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Re: Los Mundos sumergidos
« Respuesta #1 en: Mayo 26, 2010, 07:24:09 pm »
Lo mejor que se puede hacer en favor de quienes moran allí­, es alentarlos y mostrarles la
manera de ascender a un estado más elevado de conciencia. Rige allí­ un gran Iniciado, quien
trata de encaminarlos hacia una esfera más elevada. Este lleva en su frente banda de hierro y
su rostro es inolvidable. Le recuerda a uno la antigua leyenda copta sobre dos hermanos; uno
de ellos desciende a las esferas inferiores, para auxiliar a las almas aprisionadas; el otro vino a
Palestina para proyectar luz en las tinieblas del corazón del hombre. Hermógenes y su hermano
gemelo Jesús fueron los nombres dados en esta leyenda.
Uno se da cuenta así­ de que, por muy bajo que el hombre se hunda, hay siempre un Iniciado
amigo, que se le enví­a para levantarlo, cuando íél aspira a ascender.
Aquí­ nos encontramos grandes instructores que nos esclavizarí­an y nos utilizarí­an, si
fuera posible, en este mundo fí­sico. Estos se unen, a veces, en grupos y nos muestran sus poderes
sobre los que trabajan en la tierra, y cómo pueden controlar los acontecimientos, impregnan
a cortesanas con sus cualidades de ambición y las emplean para fines polí­ticos. Las
naciones que emplean a las cortesanas de esta manera, están, usualmente, bajo el signo elemental
de una mujer.
Las propiedades elementales, que utilizan estos magos, han sido arrojadas de la luna, e
insertadas en las porciones más bajas de los cuerpos que utilizan como instrumentos. Estos
magos desarrollan un perí­odo de grandeza alrededor de estas cortesanas hasta que han realizado
sus propósitos. Despuíés, las destruyen.
Los estudiantes pueden ver, con frecuencia, estas propiedades elementales alrededor de
una persona. Aparecen como un enjambre de abejas. Uno debiera mantenerse alejado de tales
ambientes; pues las gentes pueden quedar infectadas de tales cualidades; de la misma manera
que, uno puede adquirir una enfermedad impura de naturaleza venusiana.
Los magos de estas esferas conocen todas las cosas de este mundo, y han influenciado a
algunas organizaciones. Como hemos dicho antes, ciertas áreas del mundo están bajo la protección
de seres jerárquicos. El mundo está, tambiíén explorado y bajo la influencia de tales
magos. No obstante, ellos están limitados en su poder para el mal; pues las fuerzas blancas sólo
les permiten actuar al objeto de enseñar al estudiante necio a hacerse inteligente; de manera
que en su estudios futuros no practique la magia por mera curiosidad.
Los magos tienen el poder de intensificar la palabra, dándole influencia hipnótica. Los
predicadores sienten, con frecuencia, tal influencia y, muchas veces, es el principio de un despertamiento
religioso, que, en muchos casos, aumenta la atracción sexual. Esto puede probarse
por el aumento en la proporción de los nacimientos, despuíés de haber agitado las emociones
de las gentes. Estos magos siempre tratan de producir adoración sexual, y los niños, nacidos
bajo tales condiciones, son generalmente desequilibrados. Así­ mismo, más tarde en la vida,
sus cuerpos astrales son impresionados, más fácilmente, por las entidades inferiores.
Es bien sabido que, cuando la luz es más brillante, las sombras son más obscuras. Estando
fuera del cuerpo, hemos visto lugares, donde una pared muy delgada separaba un templo
de gran santidad de un templo en el que se rendí­a culto al mal más grande.

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Re: Los Mundos sumergidos
« Respuesta #2 en: Mayo 26, 2010, 07:24:33 pm »
Cuando penetramos en estas esferas del intelecto intensificado, se nos dice que se nos dará
gran poder, y la sabidurí­a secreta más elevada, si rendimos nuestras almas a ellos. El estudiante
sabe, probablemente, que hay en la tierra escuelas de Yoga mental, que enseñan sistemas de lógica
que, con el tiempo, los ayudarán a impresionar y dirigir mentes, como quieran. Tales escuelas
son como la de los magos cuyos procesos de lógica demostrarán que lo negro es blanco.
Nunca discutimos o argí¼í­mos sobre cosas espirituales en los planos superiores; pero las
esferas inferiores nos ponen en contacto con intelectos brillantes, pero no inteligentes, que casi
nos abruman, y nos sentimos atraí­dos a este magnetismo, que estos escolásticos sádicos y
brillantes poseen. Con sus argumentos, hacen ver cuán bello es el mal, que el mundo está regido
por el mal y que, con el tiempo, tendremos que sucumbir a su dirección dominadora.
El estudiante se siente casi perdido en la crueldad de estas esferas, y recibe instrucción,
la cual, según se le dice, sacudirí­a los cimientos mismos de la atmósfera mental, si se aplicara
a este mundo fí­sico. Pero al retornar a sus condiciones normales, el Intimo le dará un antí­doto
para equilibrarlo. Esto será como una sensación de justicia.
A esta altura, una clase de substancia atómica despierta, en la mente del estudiante, una conciencia,
que lleva en sí­ misma el bálsamo precioso. Esto alcanza a mucho más allá de lo que clasificarí­amos
como bien o como mal; porque contiene, según se nos dice, la fuente de lo que podrí­a
llamarse el bien del mal y el mal del bien. Pero estas cualidades están igualmente equilibradas.
En este perí­odo de transformación, se nos da este “bálsamo” intermitentemente y, algún
dí­a, una vez hayamos evolucionado más allá de nuestro cuerpo y de sus estructuras, entraremos
en este elemento, y nos encontraremos más allá de lo que se llama bien y mal.
Esta conciencia de oro nos revelará, entonces, nuestro sendero individual y nos dará un
perí­odo de descanso absoluto, en nuestro propio mundo y en todo lo que se encuentra dentro
del mismo. Aquí­ se nos da la paz y la serenidad, llamadas Nirvana por los yoguis, que han
respirado su perfume. Y somos saludados y reconocidos, como a quienes han retornado, por
fin, de un largo peregrinaje de trabajo y experiencia. Durante el próximo siglo esta bienaventuranza
será acordada a muchos.

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Re: Los Mundos sumergidos
« Respuesta #3 en: Mayo 26, 2010, 07:25:22 pm »
En estos mundos sumergidos, el estudiante lee los registros de su pasado, y ve cuando,
debido a grandes males y sufrimientos de su parte, empezó a buscar una seguridad interna y
más elevada y pidió tal guí­as. Este se puso, entonces, en contacto con los poderes del bien, y
le instruyó con respecto a su vida diaria.
Estos Seres vinieron a nosotros en nuestros dí­as de Lemuria; nos enseñaron a construir
templos donde pudieran colocar sus dioses familiares y, por medio de íéstos, enseñar al pueblo.
En aquellos dí­as tení­amos piel como la de los animales, con los cuales podí­amos comunicarnos;
pues poseí­amos atributos instintivos similares. Nos comunicábamos tambiíén con nuestras
tribus con la ayuda de signos y sí­mbolos y podí­amos emitir sonidos que parecí­an gritos de
niños e infantes. Los dioses familiares nos enseñaron, tambiíén, el empleo de sonidos; pues ellos
podí­an analizar nuestros deseos, y proyectar sus inteligencias en nuestros cuerpos astrales; no
obstantes que nuestras mentalidades se estaban desenvolviendo lentamente, no podí­amos
transmitir nuestros pensamientos más que por medio de nuestra conciencia astral. A medida que
evolucionamos, aprendimos a conversar con la ayuda de ciertos sonidos musicales.
En estos mundos sumergidos, revoleteantes huestes de entidades se arremolinan a nuestro
alrededor, nos importen su atmósfera de malestar y nos piden ayuda. Cada una de estas entidades
quisiera que les prestáramos atención individual, y nos preguntan sobre las esferas superiores.
Parecen desauciadas; su luz está encubierta y no tienen poder para levantarse; ellas
nos piden que las ayudemos a llevar sus pensamientos hacia adentro.
En ciertas íépocas, estas entidades son llevadas a otra esfera, en la que se reúnen para recibir
dos clases de instrucción. Una de sus propias inteligencias malignas, y otra de Seres más
resplandecientes. Con frecuencia, vemos a estos Seres más elevados descender a los niveles
inferiores, a fin de elevar las vibraciones de estas gentes sumergidas. Este descenso al propio
pasado de uno, está simbolizado en el trabajo de Híércules, limpiando los establos de Augias.
Una vez que el Instructor ayuda al estudiante a salir de su cuerpo y le ha enseñado a viajar,
lo lleva, a veces, a estas regiones inferiores, para ayudar a otro estudiante, que ha calculado
mal sus poderes, y se encuentra en dificultades.
El lector se dará cuenta, probablemente, ahora de por quíé los yoguis tratan de liberarse
de nuevas encarnaciones en este mundo.
Los Iniciados nos enví­an este mensaje de bienvenida: “En esta nueva Era, muchos se
ajustarán a la Ley y la mantendrán”. Esto quiere decir que muchos se sintonizarán con la
energí­a de la Aurora de Juventud, y que la riqueza de una nación consistirá en sus realizaciones
morales; por cuanto tendrá que escoger su propio sendero; sea para bien o para mal, y la
historia nos enseña que, quienes eligen la senda equivocada son destruí­dos por los cataclismos
de la Naturaleza.

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Re: Los Mundos sumergidos
« Respuesta #4 en: Mayo 26, 2010, 07:25:47 pm »
En estos mundos sumergidos, observamos cómo estas mentes brinllantes e intensas se
combinan en una energí­a colectiva, al objeto de introducir desarmoní­a en la industria y en el
comercio. Estas mentes son grandes estudiantes y maestros avanzados de las leyes de la riqueza;
ellas discurren modos y maneras de aumentar la riqueza del hombre, a fin de que, más
tarde, puedan utilizarlo como instrumento de destrucción.
Platón ha dicho: “El mejor gobierno es el que hace más en favor de los individuos más
pobres”. En el gran Congreso internacional, que vemos reunirse en el futuro, los grandes ideales
se convertirán en leyes, y varias naciones se unirán para promover la prosperidad de todos
dentro de sus fronteras. La nación que trate de fomentar su crecimiento a expensas de los más
díébiles, con el tiempo, se verá colocada en la posición similar a la de íéstas.
En un libro escrito por un Iniciado, he leí­do: “A medida que los hombres se reúnan alrededor
de sus propios portales, serán colocados en sus propias cámaras de Consejo y se les
hará leer sus propias leyes”. Esto quiere decir que, cuando el hombre estíé desarrollado internamente,
descubrirá el lugar y la posición que le corresponde en la Naturaleza. Leemos tambiíén:
“Mientras el hombre estíé cegado por sus pasiones y deseos, continuará prisionero”.
El estudiante desciende ahora a densidades todaví­a más hondas, al objeto de recuperar
sus conocimiento perdido. Aquí­ contempla a la Gran Inteligencia, que le ofrece sus poderes y
le revela sus verdades. El estudiante tiembla ante los lí­mites de sus dominios. Despierta en íél
la memoria de la magia natural y de sus posesiones malignas de aquellos dí­as; porque, a pesar
de haber sufrido la penalidad de su mal pasado, todaví­a posee tales átomos. Aquí­ ha de realizar
una tarea difí­cil; ha de anular la mentalidad de tales átomos, para que no puedan actuar,
por más tiempo, en los centros inferiores de su cuerpo fí­sico.
Esto se consigue de la siguiente manera: Primeramente, obtenemos la información que
tales átomos poseen, y buscamos, internamente, el poder para purificar su atmósfera. Pero, al
buscar guí­a, evocamos la oposición de los mismos, y esto atrae enjambres de entidades malignas,
que se ciernen y se mantienen a nuestro alrededor, durante este perí­odo, y a las cuales
tambiíén intentamos elevar a un plano superior.
Cuando damos luz a nuestros átomos inferiores, íéstos nos sirven. Los yoguis los llaman
Informantes; por cuanto se convierten en instrumentos que nos informan sobre las operaciones
de nuestro Enemigo Secreto.
A esta altura, nos encontramos con sus señores, los cuales tratan de aterrorizarnos con
sus atmósferas nocturnas que, aparentemente, vocean sus deseos, con un golpe ensordecedor
de poder positivo, sobre nuestros Escudos de Plata; aunque detrás de íéstos nos sentimos seguros.
Cuando tropezamos con un mago, utilizamos nuestros propios poderes mágicos, al objeto
de aliviarlos, por un tiempo, de su agoní­a mental; pues estos magos sufren intensamente, a
pesar de sus grandes poderes. En agradecimiento, nos piden perdón por haberse entremetido
en nuestro trabajo. Por nuestra parte, tratamos de curar sus mentes, y elevarlos a una atmósfera
atómica más transparente.
De esta manera, aprendemos una nueva ley, o sea, que podemos elevar a las gentes de
una vibración a otra; lo cual, momentáneamente, los aliviará de su malestar. Asimismo, descubrimos
que, al realizar esta obra, eliminamos condiciones similares de nuestros propios
cuerpos inferiores.
Esta clase de trabajo dura por algún tiempo, y dependerá de nuestro servicio a los demás,
el tiempo que habremos de continuar en tal obra, antes de quedar libres de los estratos de
nuestra naturaleza inferior.

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Re: Los Mundos sumergidos
« Respuesta #5 en: Mayo 26, 2010, 07:26:12 pm »
En estos infiernos, aparecen gentes vestidas como cuando estaban en la tierra, y dedicadas
a ocupaciones similares. Esto es una ilusión, aunque para ellos es muy real. Percibimos
aquí­ gran agoní­a, por cuanto gentes de naturaleza similar están juntas, y sus hábitos terrenos
quedan expuestos para que todos los vean. Los de mente naturalmente reservada no pueden
ocultarse y, al darse cuenta de ello, su sufrimiento se intensifica.
El estudiante observa a la mente criminal, cavilando sobre sus actos; ve tambiíén un número
incontable de seres, que han de ser clasificados y llevados a secciones compactas, bajo
la guí­a de los Dispensadores de Luz, cuyo trabajo es promover el crecimiento de realizaciones
internas. Muchas cosas sorprendentes ocurren en las secciones de criminales y, con frecuencia,
uno encuentra a personas a quienes conoció, cuando viví­an en esta tierra.
Se encuentran, tambiíén, aquí­ sacerdotes que fueron destructivos en la tierra, lo mismo
que aquellos que pusieron sus almas al cuidado de otros. Sus facciones aparecen moldeadas
por la atmósfera de estos lugares; alargadas, ojos como de pez, rostros enflaquecidos que miran
siempre de soslayo, como temiendo ser descubiertos.
Los que quebrantan las leyes fí­sicas están separados de los que quebrantan la espirituales,
y cada tipo emana su olor particular. Estas dos clases son muy destructivas, y se pueden cobijar
bajo el flúido astral del cuerpo de un míédium. Al emplear a estos seres para trabajo público
pueden intensificar la imaginación de la concurrencia y llevar sus mentes a lí­mites anormales
de pensamiento.

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Re: Los Mundos sumergidos
« Respuesta #6 en: Mayo 26, 2010, 07:26:46 pm »
En la sección religiosa, aunque intensamente intelectual y formada de entidades de la
misma clase, viven en un ambiente tan pesado que, con el tiempo, se ven forzados a buscar,
internamente, más luz, que los lleve a la encarnación. Con frecuencia, hemos visto nobles sacerdotes,
revestidos de sus ornamentos, rodeados por tipos que tratan de discutir sus enseñanzas.
Estos son auxiliares, a quienes tratamos de ayudar siempre que es posible.
El míétodo de conversar con estas gentes sumergidas es por medio de la telepatí­a; se nos
dice que, en los estados más profundos, tenemos que emplear los antiguos sonidos vocales, de
los que hemos hablado anteriormente.
Ninguna entidad maligna puede adherirse a nosotros, salvo que la atraigamos con el pensamiento
o seamos negativos en nuestras acciones. El míédium negativo, que evoca fácilmente
estas condiciones inferiores, hace que su cuerpo astral llegue a infectarse con estas formas parásitas,
que agotan su vitalidad. Estas absorben su fuerza vital; lo cual explica el apetito
anormal que los míédiums sienten.
Esto hace ver la necesidad de poseer un cuerpo y una mente limpios y gozar de buena
salud. Las personas enfermas y sensitivas tienen que contender con más de lo que se cree,
porque atraen las larvas de estos estados sumergidos.
En la nueva Era, nos veremos atacados por desórdenes mentales; debido a esto, hemos
de desarrollar el Escudo de Plata, a fin de quedar inmunes a condiciones antinaturales. Los cirujanos
y míédicos del porvenir tendrán que desarrollar su capacidad para comprender tales
condiciones; pues son muy pocos, en el Occidente, los capaces de atender, comprensivamente,
a estos extraños casos, que empiezan ya a manifestarse; pues pocos de ellos han desarrollado
el tercer ojo, que percibe lo que la vista normal no puede ver; no obstante, hemos encontrado
míédicos de mente limpia, que son clarividentes inconscientes, pero que reconocen instintivamente
tales casos.

El estudiante empezará ahora a analizar las fuerzas del mal, que actúan en la tierra, y se
pondrá, frecuentemente, en comunicación con adeptos que viven en partes lejanas del mundo.
Así­ aprenderá un sistema de yoga, que apresurará su desenvolvimiento inferior, y se dará
cuenta de que es vigilado por muchos ojos, pues, si ha sido fiel, ellos ejercerán una presión
conjunta para hacerlo avanzar tan rápidamente como sea posible. El yoga occidental, por ser
un míétodo de desenvolvimiento rápido, debido a que no tenemos la holganza del Oriente, y a
que, en el Occidente, hay pocos obreros, es necesario preparar un número de adeptos, con
tiempo, para la manifestación del Gran Iniciado, quien ya ha venido, pero todaví­a no se ha revelado.
De la misma manera que, el gran Nazareno tuvo sus setenta discí­pulos secretos, que
esperaron su advenimiento, así­ tambiíén hay un número de seres preparados y esperando en el
Occidente.

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Re: Los Mundos sumergidos
« Respuesta #7 en: Mayo 26, 2010, 07:27:15 pm »
En el futuro, se dará a la humanidad informes, ahora reservados, sobre los lamas, sacerdotes
y profetas que se han retirado, a fin de ayudar al hombre en su desenvolvimiento. Entonces,
sabremos que estas grandes almas, constituyen un poder conjunto, que impulsa el
bienestar espiritual y moral del mundo. El estudiante debiera estar siempre alerta, para recibir
comunicaciones de China, del Tibet y de otras partes del mundo, especialmente desde Amíérica,
donde hay varios de ellos. El estudiante puede recibir, fácilmente, tales mensajes desde tan
grandes distancias, porque el pensamiento es más ligero que la electricidad.
Algunos de estos Instructores y los pupilos de los mismos nos parecerán extraños, por
cuanto no se ajustan a nuestros míétodos de vivir; al principio, pueden parecernos simples e
infantiles; sin embargo, dentro de sus propios lí­mites de vibración, exceden en mucho a los
llamados cultos y educados, de acuerdo con las normas de Harvard y Oxford.
Probablemente, interesará al lector saber que, ni el estudiante, ni su Instructor, conocen
al fin a que están destinados, hasta los tres meses o un poco menos.
Cuanto más profundamente penetra el estudiante en sus mundos interiores, y en la oposición
de los mismos, más latente deviene su llamada personalidad. Porque el conocimiento
que obtiene no lo dota de las cualidades, que el hombre de negocios trata de adquirir; una de
las grandes artes del yogui es hacer olvidar su personalidad; pero sus palabras quedarán para
siempre en la mente de uno. Este poder lo desarrolla al punto, que puede casi desarraigar el
recuerdo de su apariencia personal. Esto quiere decir que, los yoguis pueden manipular sus
atmósferas, de tal manera que la mente no registre sus vibraciones. Esta es una forma peculiar
de invisibilidad, aunque no de desmaterialización. Por experiencia hemos conocido a un Instructor
aparecer en un momento de gran crisis, para luego despuíés desvanecerse repentinamente.
Al penetrar en los estados inferiores, no respondemos al principio, a las condiciones
atómicas de los mismos. Nuestras mentes propenden a quedar confusas, y nuestros cuerpos,
astral y mental, toman la apariencia del perí­odo elemental de la luna, lo que les da una forma
alargada, y nos parecemos a la obra de algunos de nuestros escultores modernos, que han sido
capaces de llegar hasta sus antecesores primitivos y atraer substancias atómicas de tales edades.
Si analizamos la tendencia del pensamiento, que obra en silencio en la juventud de hoy
dí­a, descubriremos rebelión contra la llamada expresión acadíémica del arte. Porque estos
hombres han despertado, dentro de sí­ mismos, estos díébiles ecos de un pasado lejano, más
allá de la forma y de sus diferentes atributos; y de la misma manera que trabajan a base de pasados
remotos, es de esperar que tambiíén trabajarán desde el remoto futuro, en que se manifestarán
las substancias atómicas del sol.
Al contemplar el ojo discernidor las obras modernas de tales hombres, se dará cuenta de
que íéstos han alcanzado la realización de cosas que, para esta Era, han pasado inadvertidas.
En las esferas inferiores, lo mismo que en las superiores, encontramos una intensidad de expresión
que, en lo futuro, se transferirá a la expresión artí­stica del mundo. Allí­ a la belleza no
se la llama belleza, sino el sí­mbolo de aquello a lo que el Intimo desea que respondamos; es la
expresión de la Realidad, manifestándose por medio de la forma.
El estudiante buscará, con frecuencia, entre artistas y escultores, a los que han desarrollado
sus Escudos de Plata; desgraciadamente encontrará muy pocos que hayan alcanzado tal
desenvolvimiento, y, de consiguiente, la luz que viene del Intimo.
En el perí­odo intermedio de la Nueva Era, a estos artistas, que han perdido sus vocaciones
y han tenido que trabajar por cosas materiales, por ser incapaces de expresarse creativamente,
se les dará libertad para expresarse a sí­ mismos.
Cuando los artistas malignos trabajan, a veces se inspiran, inconscientemente, en una
fuente que está más allá del bien y del mal, y por ello su genio maligno les castiga.
Artistas y escultores son, con frecuencia, yoguis naturales; porque, cuando se sumergen
enteramente en su obra, siguen una dirección natural, en la que se encuentran los átomos que
llevan al yogui a un estado de bienaventuranza inconsciente; a una forma de Nirvana; en tales
momentos, un Rembrandt o un Velázquez, pondrán en su obra la substancia que hará de ella
una obra maestra, capaz de dominar a las mentes de quienes la estudian. Whistler reconoció
que, fueron los veinte minutos de trabajo inconsciente, los que hicieron el retrato de su madre
la obra maestra, que se encuentra en el Museo de Luxemburgo. En tales obras, encontramos
que la pincelada se dió, al parecer, sin esfuerzo, con precisión y seguridad, convirtiendo a tales
cuadros en valores inapreciables.
El mundo trata a nuestros artistas sin consideración a su sensibilidad; trata de acorralarlos
en sus propios planos de pensamiento. Mentes comerciales e industriales han esclavizado,
con frecuencia, a genios; con objeto, según dicen, de “hacer un buen negocio comercial”.
Cuando se analizan las obras de los grandes artistas, se descubre, con frecuencia, que
trabajaron sobre base cientí­fica, y que muchos de sus descubrimientos se adelantaron a su
tiempo. Claudio Monet, cuyas teorí­as sobre el color fueron ridiculizadas, al principio, y, más
tarde, resultaron cientí­ficamente correctas, es un ejemplo. Se puede citar tambiíén a Miguel
Angel, a Leonardo Da Vinci, a Rembrandt y a otros

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Re: Los Mundos sumergidos
« Respuesta #8 en: Mayo 26, 2010, 07:27:47 pm »
El estudiante descubrirá que ninguna creación, fí­sica o mental, se pierde jamás, y encontrará,
en los mundos superiores e inferiores, museos en los cuales tales obras se exhiben todaví­a.
En esos museos, vemos arte malo, lo mismo que bueno, y uno queda sorprendido ante las
creaciones malignas dejadas por los artistas anormales y pervertidos de Roma y de la Atlántida.
En medio de tales creaciones, el estudiante queda solo y descubre en su naturaleza inferior
cualidades similares a las de tales obras. Muchas veces, desearí­a destruir esas cosas, creadas
por mentes ignorantes y bajas; porque ellas, con sus átomos inferiores, influyen sobre los artistas
jóvenes, quienes luego, multiplican las producciones de tales obras malignas.
El Enemigo Secreto intenta, constantemente, entorpecer a los estimulados por fuerzas de los planos
superiores, que dan al artista claridad de percepción. El Enemigo Secreto trata, así­, de deformar la mente,
hasta que el artista pierde de vista su propósito original. De consiguiente, el artista no debiera dar a conocer
su obra hasta que estíé completa; pues el Enemigo Secreto utilizará a los amigos para criticarla y desalentarlo.
Algunas de las obras maestras más grandes del mundo han sido destruí­das, de esta manera, por
la intromisión de un extraño. El poema inconcluso “Kubla Khan”, de Coleridge es un ejemplo clásico.
El Enemigo Secreto intentará imponer en los tipos creadores el elemento de pereza;
quienes están bajo tal influencia hablan, con gran autoridad sobre las artes; pero producen
muy poco. Toda clase de artista necesita trabajo fí­sico fuerte; porque un cuerpo sano, como
hemos dicho antes, da una mente positiva; los artistas díébiles, de cualquier profesión que sean,
rara vez son fortalecidos por sus sistemas superiores e internos.
Confiamos que estas enseñanzas ayudarán a la juventud a alcanzar la sabidurí­a, mientras
son jóvenes y fuertes. Porque el arte es un ideal que se ha de llevar a su culminación, y los jóvenes,
con frecuencia, malgastan sus momentos supremos perdidos por los atajos.
Hay diferentes ciencias enseñadas por diversos sistemas de yoga, y alguna tratan de estos
mundos sumergidos. Se enseña a los estudiantes a evocar tales condiciones y a gobernarlas,
así­ como a clarificar las atmósferas de personas que las han atraí­do.
En todo este trabajo, el estudiante no ha de seguir sus inclinaciones, sino que ha de buscar la
dirección interna correcta. No ha de buscar poder personal; pero, si es fiel, será colocado, a su
tiempo, donde pueda aspirar al poder sobre la Naturaleza y servirla impersonalmente. De la misma
manera que el carpintero ha de aprender su oficio y cómo usar sus herramientas, así­ tambiíén el
estudiante ha de hacer su aprendizaje, bajo asociados más avanzados de su escuela.
La mente occidental está muy ocupada; le falta la tranquilidad de la mente oriental, y el
yogui occidental ha de obtener su salvación desde dentro y no desde fuera.
Penetrar en las esferas inferiores es como ser enterrado; porque el estudiante penetra en
una atmósfera extraña a su naturaleza, y tarda algún tiempo en despertar en ella y recordar sus
experiencias anteriores, y el mal que hizo en esta región más densa. Sin embargo, aunque esto
es, al parecer, real, íél sabe internamente que es ilusorio.
El estudiante encuentra, en estos planos internos un Instructor que le pregunta por quíé
está allí­ y cuál es su relación con tales planos. El estudiante se da cuenta, entonces y poco a
poco, que posee elementos de naturaleza animal y maligna; pero tambiíén siente la presencia
de un cordón, que lo liga a su Intimo, y esto le da un fuerte sentimiento de protección y de
confianza. Luego, a medida que se eleva de vuelta a este mundo fí­sico, sentirá que renace
constantemente. En resumen, descenso significa muerte; ascenso nacimiento.
Cuando las personas mueren, están todaví­a aprisionadas en su cascarón astral. Este es
una substancia flúida, que registra sus pasiones y deseos; y estos elementos las mantienen inclinadas
hacia la tierra; porque un cordón delgado los conecta con sus cuerpos en descomposición.
Estas son las apariciones que vagan por los cementerios; pues toma tiempo considerable,
antes de que el alma pueda desprenderse de esta conexión astral.

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Re: Los Mundos sumergidos
« Respuesta #9 en: Mayo 26, 2010, 07:28:16 pm »
En los primeros dí­as del cristianismo, los ancianos o sacerdotes podí­an salir de sus cuerpos
y ayudar a sus fieles, en el momento de la muerte. Penetraban los tres velos de ilusión, o
sea, el purgatorio, que envuelve a la tierra, rompí­an este cordón astral por un proceso de levitación
o por medio de un canto de cualidad mántrica, y llevaban al fiel a un lugar de despertamiento
donde quedaba al cuidado de auxiliares de ese plano. Este no es siempre el cielo, sino
esferas que reflejan el verdadero carácter del alma liberada.
Muchos se preguntarán; ¿por quíé se entierra a la gente cerca de una iglesia? El origen de
esta costumbre está en que el toque de campanas hací­a vibrar el cordón astral y lo rompí­a. La
ceremonia de la misa por los difuntos tení­a, tambiíén, por objeto libertar al alma. A veces, se
enví­a a los estudiantes a los cementerios a cortar estos cordones, por medio de intensa concentración
y, tambiíén, para dominar el temor.
El temor es una de las cosas que el estudiante ha de dominar; porque, en las esferas inferiores,
se encontrará cara a cara con cosas de naturaleza terrible; pues el Enemigo Secreto utiliza
el temor como una de sus armas y ataca al estudiante con apariciones, similares a la del
Guardián del Umbral.
Como las fuerzas elementales leen fácilmente nuestra verdadera naturaleza, tratan con
frecuencia, de aterrorizarnos, si nos introducimos en su territorio. Por esto es que muchos sensitivos
temen a la oscuridad y no gustan de caminar de noche por los bosques. El yogui registra estas condiciones, las analiza, se detiene un momento y, entonces, enví­a todo su amor a tales
lugares. El lector deberí­a probar estos experimentos, al sentir este temor; notará así­, que se
desvanece repentinamente y, al penetrar de nuevo en tales lugares, sentirá que le dan la bienvenida;
porque se reconoce que no destruye a la Naturaleza, sino que la ama. Los jardines
tambiíén responden a quienes les enví­an amor.
Se instruye, tambiíén, al estudiante sobre la manera cómo ha de tratar a las entidades que
frecuentan tales lugares, para que vuelvan a sus propias esferas; pues, generalmente, han sido
evocadas y sacadas de su condición normal, y se las ha de ayudar a volver a ella. Es, precisamente,
este deseo de ayuda lo que las hace aparecer, a veces, ante una persona. Los magos utilizan,
frecuentemente, a elementales inferiores, para sacudir la mente de un sensitivo.
Algunas viejas familias, que han sido prominentes en la historí­a de una nación, tienen,
con frecuencia, una fuerza elemental compuesta de mal, que se cierne sobre ellas, y se tarda, a
veces, muchos siglos en disipar tales fuerzas. En tiempos antiguos, los magos, que habí­an sido
maltratados, sabí­an cómo manipular potencias elementales, en forma de maldiciones hereditarias.
Hay, en la actualidad, más magia negra de lo que la gente se da cuenta, y hay muchas
organizaciones que rinden, deliberadamente, culto al mal y tratan de destruir todo lo que sea
de naturaleza espiritual.
Las personas, en los estados inferiores, que todaví­a se apegan a sus apetitos mundanos,
no tienen, al parecer, remedio; por cuanto no han dejado tras de ellas una fuerza de amor que
los lleve a esferas superiores. El amor es uno de los instrumentos más poderosos del mago
blanco para ayudar a la evolución del hombre; el amor, que las almas dejan tras de ellas, es
una fuerza inconmensurable, que les ayudará a recuperar sus posesiones internas. Algunas razas,
que saben esto, enseñan a los niños a que los recuerden y rueguen por ellos. Los que así­
ruegan no debieran tratar de atraerlos a este mundo, sino enviarles aspiración para que se eleven
más alto.

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Re: Los Mundos sumergidos
« Respuesta #10 en: Mayo 26, 2010, 07:28:44 pm »
El hombre corriente cree que, al morir, descansará de todo trabajo y gozará; pero encuentra
la vida tan activa allá como aquí­. El ateo, que no cree en la vida despuíés de la muerte,
se encuentra dentro de un cascarón que lo mantiene prisionero durante siglos.
Al morir la persona, es recibida por un ángel que ha registrado todos sus actos internos y
externos pasados, a los que pasa revista; pues ha de juzgar y balancear tales actos en sí­ mismos.
Esto hará que la persona gravite hacia su propio nivel. Al mismo tiempo, su Intercesor le
sugerirá que ponga su causa en sus manos y, luego, tratará de llamar la atención del Intimo,
ante el cual presentará el caso. Si la persona pide perdón con empeño, se le hará justicia,
atemperada con misericordia.
El Angel de la Muerte no posee la naturaleza del Enemigo Secreto, aunque aparece
en una vestidura gris neutral; ayuda y guí­a al alma, protegiíéndola a travíés de las densidades
de la atmósfera fí­sica. El sensitivo siente la presencia de ese Angel por el susurro
que producen las alas en el aire. Esto parecerá juego de imaginación; sin embargo, es
verdad.
Este Ser no es elemental, sino que pertenece a un orden diferente de inteligencia, que
acompaña a cada individuo desde una evolución remota. Este Angel se nos dió como signo de
que nunca estamos sin la ayuda de nuestro Creador. Posee los elementos de todas nuestras naturalezas
y de la Realidad.
Hay diferentes clases de muerte, lo mismo que hay diferentes clases de vida. Lo
que es muerte para una persona, puede, a veces, ser vida para otra. Cuando muere uno
que, por su desenvolvimiento, está muy por encima de sus semejantes, sus atmósferas
abandonadas pueden estimular a las que poseen estructuras atómicas inferiores. Respiramos
materia limpia, lo mismo que sucia, así­ como las hojas muertas nutren nueva vida.
Por esto, se supone que las reliquias de una persona santa, curan el cuerpo e iluminan la
mente.
La realización que nos llega, cuando somos conscientes de la presencia de nuestro Intimo,
nos hace mirar a nuestros mundos fí­sicos y mental, desde puntos de vista diferentes; y
nos damos cuenta del por quíé hemos encarnado en esta Era. Esto nos da valor para pagar
nuestras deudas kármicas y buscar internamente nuestra liberación. Nuestra práctica de yoga
nos da la determinación de incrementar nuestra relación interna y de trabajar, como desea
nuestro Intimo, sin tener en cuenta lo que nos rodea.
Esta es la razón de que hayamos hablado tanto sobre nuestras esferas animales inferiores,
al objeto de que el estudiante busque y aspire, interiormente, a su Escudo de Plata y haga nacer
su poder interior y secreto, para situarse más allá de su propio tiempo y lugar.