Los bancos de la zona euro se enfrentan a 195.000 millones de potenciales píérdidas adicionales hasta finales de 2011, lo que supondría una segunda oleada de la crisis financiera. El Banco Central Europeo dijo ayer en su Informe de estabilidad financiera que el impacto de la crisis desde su inicio en 2007 hasta este año superará el medio billón de euros. Ese lastre adicional de 195.000 millones se explica por la crisis fiscal, que puede imponer mayores cargas financieras a los bancos por la subida de los tipos de interíés de la deuda.
El BCE estima que los bancos deben aumentar su colchón de provisiones en 90.000 millones este año y en 105.000 millones el próximo. Pero tambiíén pone deberes a los gobernantes: "La responsabilidad de los Gobiernos radica en acelerar la consolidación fiscal", explicó su vicepresidente, Lucas Papademos. Otros organismos, como el FMI, opinan que ese fetichismo del díéficit puede ser perjudicial porque lastra el crecimiento económico.