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Autor Tema: Príéstamos 'bullet' del capital riesgo: la burbuja estallará en 2014  (Leído 392 veces)

Eguzki

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Pocas veces la economí­a mundial, en general, y la española, en particular, han estado tan endeudadas, tanto a nivel empresarial como familiar. La dinámica de proveer deuda barata y abundante que siguió el sistema financiero, con los bancos a la cabeza, en el periodo anterior a esta crisis económica (2005-2007), ha arrojado algunas sombras a futuro.


A juicio de los expertos, una de ellas la representan las operaciones de adquisición de compañí­as realizadas, parcialmente, o en su totalidad, mediante príéstamos bullet (cuyo principal se paga enteramente a vencimiento).

Aunque no existen demasiados datos públicos, en España, operaciones como la compra de Cortefiel por los fondos de private equity CVC, PAI y Permira; Levantina, adquirida por Charterhouse e Impala Capital (ahora en manos de sus acreedores); Avanza, por Doughty Hanson; Bodybell, por Dinamia; y Ono (tambiíén por varios fondos), sólo pagan, en su mayorí­a, intereses por la deuda contraí­da; reservando el pago del principal a su vencimiento, a partir de 2013 y 2014.
Esto es algo que ha suscitado advertencias por parte de algunos observadores del mercado sobre la formación de una burbuja de deuda latente. Algo que no sólo afectarí­a a la órbita del capital riesgo, sino a empresas de la economí­a en general, como Planeta (en la compra de Editis), entre otros ejemplos.

¿Quíé pasará?
«Existen grupos que pueden pagar, pese al deterioro de sus negocios, el pago del servicio de su deuda, pero ¿podrán cancelar el principal cuando venza?», se preguntan desde una firma anglosajona de capital riesgo.

En el pico del ciclo alcista, algunos de estos príéstamos llegaron a incorporar, por cortesí­a de la banca, acuerdos covenant-lites, que dispensan a los prestatarios de cumplir las tradicionales condiciones de vigilancia que imponen los bancos (covenants). í‰ste fue el caso de la compra del gigante de la venta de medicamentos en Reino Unido, Alliance Boots, por la firma americana KKR y su fundador Stefano Pessina, por más de 14.000 millones de euros en 2007.

OPV
Las salidas a bolsa, como la protagonizada recientemente por el grupo tecnológico Amadeus, son una posible ví­a para algunas compañí­as que se encuentran endeudadas.

La propia Amadeus fue adquirida en 2005 por las firmas de capital riesgo británicas BC Partners y Cinven mediante una oferta pública de adquisición (opa) de acciones que conllevó su exclusión bursátil. Iberia, Lufthansa y Air France, los tres accionistas de referencia del sistema de reservas de viajes hasta ese momento, decidieron permanecer en el capital. Ahora, dentro de la OPV-OPS, unos 910 millones se han destinado a reducir la deuda de 3.288 millones, lo que la deja en una cantidad equivalente a 3,25 veces su ebitda estimado anual.

No obstante la opción de la salida a bolsa no es válida para todos. «Los gestores de fondos tienen ahora la sartíén por el mango, y no están dispuestos a comprar acciones de cualquier compañí­a, lo que influye mucho en el precio a pagar en la salida a bolsa», dicen desde un banco francíés.

A ello se ha unido las turbulencias bursátiles de los últimos meses, tras un comienzo de año esperanzador en los mercados. Algo que ha frustrado los estrenos de grupos europeos, como la compañí­a de ocio Merlin Entertainment, el grupo de moda New Look o el competidor de Amadeus, Travelport.

Casi todos ellos tambiíén están en manos del capital riesgo. En España, al fabricante de envases Mivisa y Telepizza, les gustarí­a seguir los pasos de Amadeus. Otra opción para sortear la barrera de la deuda puede ser la emisión de bonos corporativos, previos a la fecha de vencimiento del principal, de manera que se pueda acompasar su pago con la capacidad de generación de caja de la compañí­a.

í‰sta es la opción mejor en opinión del operador de cable Ono, controlado por los fondos Providence, Quadrangle y Thomas H. Lee. La compañí­a ha acordado la refinanciación del 80% de sus vencimientos de deuda (por 3.600 millones de euros) hasta 2013. A cambio, eso sí­, de pagar más comisiones e intereses hasta esa fecha, emitirá bonos corporativos y saldrá a bolsa mediante una Oferta Pública de Venta y de Suscripción de acciones.

Refinanciaciones
La tercera opción natural de muchas de estas compañí­as es su compra por un tercero, que adquiera el capital y refinancie la deuda a medio plazo. Claro que las condiciones que ofrece ahora la banca (con necesidad de reducir su balance y su riesgo) son muy distintas a las de cuando fueron adquiridas estas compañí­as. Algo que rebaja sustancialmente las valoraciones y los precios a obtener por ellas.

La cuarta ví­a (decidida por ejemplo por los tres fondos que controlan Cortefiel) ha sido la de recomprar parte de la deuda de la compañí­a con descuento.

La necesidad de lograr mejoras operativas en las compañí­as para no fiar todo a la recuperación económica y del sistema crediticio (y poder pagar la deuda) ha llevado a muchos de estos inversores invisibles a realizar cambios en los equipos directivos de empresas participadas.

Rosalí­a Portela sustituyó en el cargo de presidente a Eugenio Galdón en ONO. Pablo Juantegui se ha situado al frente de Telepizza (controlada por el fondo Permira y la familia Ballvíé) y John de Zulueta ha sustituido a Gabriel Masfurrol, en USP Hospitales, cuyo control accionarial ha pasado a manos de los acreedores de la compañí­a.

Movimientos en definitiva para evitar que 2014 se convierta en una suerte de año fatí­dico para las empresas con más deuda y sus dueños.