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Autor Tema: El mensaje oculto de los cuentos de hadas  (Leído 7809 veces)

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El mensaje oculto de los cuentos de hadas
« en: Junio 04, 2010, 10:45:37 pm »


Tras la aparente inocencia de los populares cuentos de hadas se oculta una simbologí­a que trasciende la mera linealidad de la narración. Casi todos ellos suponen pruebas iniciáticas para el o la protagonista, que debe superar los obstáculos más difí­ciles con el fin de alcanzar su culminación espiritual. Blancanieves, bajo el signo del siete o La Bella Durmiente, bajo el doce, son ejemplos del mágico simbolismo que esconden los cuentos.


El hombre, orgulloso de sus logros tecnológicos, ha espantado al mundo de los elementos, arrinconándolo contra las cuerdas de un duro psicologismo y venciíéndolo sin remedio. Sin embargo, a poco que nos descuidemos, los cuentos reaparecen, a veces enmascarados, otras, a cara descubierta.


¿Quíé yace oculto en la intimidad de esos cuentos en apariencia tan inocentes, tan infantiles? ¿Quíé sucederí­a si realmente fuíéramos capaces de erradicar de nuestra mentalidad, invadida por el ordenador, los aleteos de unas hadas beníéficas o los gruñidos amenazadores del ogro simbólico?

Extrañará el hecho de que hasta hace algún tiempo los cuentos de hadas se contaran no solamente a los niños sino tambiíén a los adultos. Por las noches, cuando aún no se enseñoreaba de ellas la televisión, niños y adultos se reuní­an y los cuentos de hadas pasaban de boca en boca para encanto de todos. Porque los cuentos llevan en sí­ todos los elementos del mito y la tradición que los hacen increí­blemente fascinantes.

En un hermoso artí­culo sobre la tradición, Antonio Medrano la compara a un hilo de oro que recorre, enriqueciíéndolos, los diferentes momentos de nuestras vidas. Es hora de que comencemos a preguntarnos por quíé el mito del superhombre, por ejemplo, que ha cubierto con una máscara su faz de Híércules para convertirse en Superman, sigue planeando sobre nuestros momentos de ocio. A poco que indaguemos sobre la razón de la persistencia de todos estos arquetipos invencibles, hallaremos esa veta conductora, ese “hilo de oro” que va formando una ruta y una trama fundamental para nuestro psiquismo.





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Re: El mensaje oculto de los cuentos de hadas
« Respuesta #1 en: Junio 04, 2010, 10:46:18 pm »
LA NECESIDAD NO ES Sí“LO DE LOS NIí‘OS


No solamente el niño necesita de la ilusión que entrañan los cuentos de hadas. Los adultos tambiíén. Si analizamos los “culebrones” de la televisión hallaremos en ellos todos los elementos del cuento de hadas. Recontados en forma “light”, por supuesto, pero sin poder ocultar su origen en las peripecias de una Cenicienta o de una Blancanieves. ¿Quíé tienen entonces estos aparentemente inocentes relatos que captan de tal modo el interíés y la afectividad de todos?



Todos los personajes de los cuentos tienen un profundo significado esotíérico: los elementos son sí­mbolos, repletos de intimidades reveladoras, y las aventuras que en ellos se narran responden a antiquí­simos rituales iniciáticos. Es indispensable que un cuento de hadas tenga un final feliz, lo que no sucede con las sagas. Las sagas son relatos históricos y aristocráticos que narran, habitualmente, hechos heroicos.
El híéroe, en las sagas, puede morir.

En los cuentos de hadas no existe la muerte para sus híéroes, y si alguno de ellos es muerto accidentalmente, de inmediato se ponen en marcha poderes sobrenaturales para volverlo a la vida. Los contenidos de las sagas son generalmente folklóricos y no mí­ticos, por lo que no se perturban si sus híéroes encuentran un desenlace dramático. Por el contrario, el cuento de hadas no integra elementos históricos, sino que se mueve totalmente en un mundo mágico. Las gentes, los animales, hasta el sol y la luna se transforman, hablan, aparecen o desaparecen, los bosques y todo lo que contienen pasan de la vigilia a un sueño de muchí­simos años y luego otra vez a la vigilia feliz, de acuerdo con las necesidades del relato. El híéroe y la heroí­na se encontrarán al final de la narración, se casarán, y “serán felices y comerán perdices”.

Una aparente excepción a esta regla serí­a la versión de Caperucita Roja que nos da Perrault. En ella, el cuento termina cuando el lobo, habiendo hecho entrar en confianza a la niña a travíés de la imitación de la voz de la abuela, se lanza sobre Caperucita y la devora. Perrault no concibió este relato como un cuento de hadas, sino como una moraleja folklórica, para enseñar a los niños a desconfiar y a no entretenerse cuando se les encomienda una tarea. De los cuentos de hadas tomó solamente el hecho de que un animal puede hablar. Pero ya en la versión de los hermanos Grimm, el relato se convierte en un cuento de hadas, introduciendo la figura del leñador que mata al lobo y, abriíéndole la barriga, libera a Caperucita y a su abuela. Desde entonces, la sabidurí­a supraconsciente de los narradores ha elegido el final adecuado.

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Re: El mensaje oculto de los cuentos de hadas
« Respuesta #2 en: Junio 04, 2010, 10:46:51 pm »
LAS PRUEBAS INICIíTICAS

Las pruebas que tienen que superar el híéroe y la heroí­na son siempre sí­mbolos profundos del camino iniciático. Al ir sorteando las amenazas o al soportar con dulzura y resignación las humillaciones e injusticias, los personajes van logrando su alquimia espiritual.



De la misma manera que el filósofo hermíético repite una y otra vez, sin cansarse, los pasos que lo llevarán a completar la Gran Obra, transmutando su plomo-materia en puro oro espiritual, Cenicienta logra su transmutación final a travíés de una serie de pruebas cotidianas que soporta con dulzura, sin perder nunca su buena voluntad hacia quienes la ofenden.

í‰sta es una clara alusión a la necesidad que tenemos todos de aprender de cada situación que nos ofrece la vida, sea íésta agradable o desagradable, hasta lograr que todo nuestro ser se eleve espiritualmente hacia la luz de la felicidad última e imperecedera, aquella que surge de nuestras buenas acciones y de la pureza y dulzura de nuestro corazón.

En cuentos sencillos, aparentemente inocentes, se esconde toda la enseñanza esotíérica de las religiones, haciíéndonos revivir la “edad de oro” mí­tica, en que los hombres hablaban y se comunicaban con los animales, encontrando un autíéntico Paraí­so Terrenal en que vivir.

Siempre los temas rondan alrededor de un híéroe o heroí­na que soportan graves angustias y tienen que enfrentarse a poderes titánicos. Para vencerlos podrán ser ayudados por otra serie de fuerzas sobrenaturales. Así­ hacen su aparición las hadas, los gnomos, los pájaros hablantes, y la aventura transciende del plano natural al supranatural, cobrando toda su importancia mí­stica.

El final feliz es una expresión de todas las enseñanzas esotíéricas que nos dicen que la única verdadera felicidad se halla en la superación de los obstáculos materiales enquistados en nuestro más í­ntimo yo.


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Re: El mensaje oculto de los cuentos de hadas
« Respuesta #3 en: Junio 04, 2010, 10:48:15 pm »
LA ALQUIMIA Y LOS CUENTOS

Se ha hablado de la alquimia, y será necesario recordar que la formación del cuento de hadas ha sido notablemente influenciado por el Oriente y la cultura árabe que penetró en Europa por España. Estos elementos tienen su origen en la mencionada alquimia, que ha marcado los cuentos de hadas con los sí­mbolos del oro y la plata, el rey y la reina, y que finalmente patentiza en la unión del híéroe-heroí­na el logro del Andrógino, la unidad final y definitiva.

La increí­ble atracción que ejercen los cuentos de hadas se debe a que nos revelan una naturaleza í­ntima que está llena de posibilidades morales, psí­quicas y espirituales, en forma clara y sencilla, pero repleta de atractivo y poesí­a. Hacen que nuestro espí­ritu se ensanche con la promesa de un final feliz, logrado en la integración personal y en la unidad última enriquecedora. Con su dulzura, los personajes de los cuentos de hadas nos dan una lección de paciencia y bondad.



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Cenicienta ayuda con afectuosa dedicación a la toilette de sus hermanastras, que parten para el baile sin hacerles una zancadilla, y sentada entre las cenizas del hogar, próxima a la chimenea que es sí­mbolo de la comunicación entre el cielo y la tierra, no se queja ni se venga.

Blancanieves, injustamente agraviada, no organiza una acción “comando” con los siete enanos para asaltar el castillo de la bruja malvada a punta de armas, autíénticas o improvisadas.

Todas estas peripecias son sí­mbolo del camino mí­stico, rodeado de sombras en la parte inicial del trayecto, pero aliviado luego progresivamente hasta la iluminación final.

Recordemos lo dicho por Mircea Eliade, ese profundo conocedor de los mitos y el esoterismo: “Todo ser humano desea experimentar ciertas vivencias de situaciones peligrosas, enfrentar tribulaciones excepcionales, penetrar en el otro mundo, y se puede experimentar todo esto leyendo u oyendo cuentos de hadas”.

Se ha alegado que el cuento de hadas es excesivamente pueril, que su simbolismo es demasiado simplista y lleva al niño a menospreciarlo, sintiíéndose superior cuando considera que “ya ha pasado esa etapa de niñito”. Sin embargo, cuando el niño escucha y el adulto narra estas historias, los rodea un clima de magia y se les revela una sabidurí­a de la cual es muy difí­cil sustraerse.

Para captar en su totalidad la necesidad que nuestro espí­ritu tiene de estas narraciones, no tenemos más que recordar el hecho de que en muchos paí­ses de Oriente son muy populares aún los narradores de cuentos. Modernamente provistos de un artilugio para amplificar el sonido de su voz, narran continuamente los mismos cuentos a una multitudinaria audiencia que los escucha embobada una y otra vez.

Si se fuerza a los niños prematuramente a aceptar sin descanso el mundo materialista que los adultos hemos forjado, sus ideas y conceptos, en años posteriores, carecerán de fuerza y de imaginación. Dice el esoterista Rudolf Steiner que los conceptos abstractos de los cuentos pueden convertirse en imágenes.

Al contemplar una imagen se involucra tambiíén nuestro sentimiento, y si la imagen es verdadera tiene un efecto armonizante sobre nuestro cuerpo: es curativa y nos hace bien. No hay que impedir que el niño utilice su fantasí­a: si lo hacemos, toda su vida espiritual perderá fuerza y le veremos deprimirse progresivamente.


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Re: El mensaje oculto de los cuentos de hadas
« Respuesta #4 en: Junio 04, 2010, 10:49:01 pm »
Es interesante introducirse en la significación de los elementos y personajes de los cuentos. Esto nos aportará datos adicionales sobre su importancia.

En La Bella Durmiente del Bosque, la rana que pronostica a la reina (atribulada porque no tiene hijos) que pronto dará a luz una niña, simboliza, al vivir en el agua y en la tierra firme, la facultad de captación de la atmósfera espiritual, y es por lo tanto augur del tiempo que vendrá. “A la princesa reciíén nacida la rodean en la fiesta doce hadas. Pero las hadas del reino eran trece, y sucedió que el rey y la reina sólo tení­an doce platos de oro para servirlas, así­ que dejaron de invitar a una.”

Doce son los signos del zodí­aco, por los cuales recibí­a el hombre su sabidurí­a. Las mujeres sabias o hadas personifican las fuerzas que se ejercen entre el cielo y la tierra. Pero ¿y la decimotercera? Antiguos mitos hablan de un consejo de los dioses que constaba de doce consejeros y un decimotercero: Loki o Ludur, el exterminador, el Lucifer de los nórdicos, que siempre mantiene cierta oposición. De puntillas, el mito se cambia las ropas por las de las hadas y se mete en el cuento. “Al terminar el banquete cada una de las hadas concedió una gracia a la niña. Cuando ya once habí­an hablado se presentó la decimotercera, que exclamó: La princesa se pinchará con un huso el dí­a de su decimoquinto cumpleaños y caerá muerta”. Pero el hada número doce no habí­a hablado todaví­a y para anular la fatal sentencia se adelantó y dijo: “La niña no morirá, sino que quedará dormida en un sueño profundo que durará cien años”.

El hada decimotercera simboliza la Tierra, que lleva dentro de sí­ el aguijón de la muerte. Cuando el prí­ncipe llega a despertar a la Durmiente, nunca se aclara de dónde viene, pero viene a cumplir el destino. La Bella Durmiente es un cuento sobre el destino.

En Blancanieves “La reina cosí­a junto a una ventana. Caí­an los copos de nieve. Mirando caer la nieve la reina se pinchó un dedo. El rojo de la sangre se destacaba sobre el fondo blanco: ¡Ah! si pudiera tener una niña blanca como la nieve, de labios rojos como la sangre y el cabello negro como la madera de íébano”.

La nieve cae del cielo, y su blancura siempre ha sido connotación de pureza. La imagen “rojo como la sangre”, ¿no nos trae a la memoria el corazón? La niña será de corazón afable y sensible. El negro de los cabellos alude a la fortaleza de la que luego tendrá que hacer alarde para superar sus tribulaciones. Cuando la reina muere y aparece la madrastra, el espejo es el Gran Consultor: “Señora reina, eres como una estrella, pero Blancanieves es mil veces más bella”.




Esotíéricamente, el espejo es el ojo universal que todo lo percibe. Decimos, cuando se trata de autojuzgarse: “Hay que ponerlo frente a un espejo”. El espejo es la conciencia de la reina, que le grita la verdad. La madrastra echa a Blancanieves del castillo, así­ como el hada mala de la Bella Durmiente deja su profecí­a, pero ¿son malas en realidad? ¿o son simplemente el instrumento del destino para que las heroí­nas encuentren la felicidad?

Blancanieves tiene siete años, encuentra a siete enanos que hacen siete preguntas, la camita adecuada para ella es la número siete…

-La Bella Durmiente es, esotíéricamente, el cuento del doce, la cifra del espacio;
Blancanieves es el cuento del siete, la cifra del tiempo, y en Caperucita Roja, la criatura terrestre, ya no hay número alguno.

Blancanieves es más bella que la reina porque íésta simboliza la belleza terrestre, y Blancanieves la belleza del alma surgida bajo el influjo de la nieve. Se pincha con el peine ponzoñoso que le trae la madrastra, pero los enanos ponen remedio (hay que recordar que tambiíén la Bella Durmiente se pincha con el huso). Aquí­ es la imagen del mundo terrenal obrando como espina irritativa sobre el mundo del alma.

Finalmente, aparece la manzana, el fruto de la Tentación, que sume a Blancanieves en un profundo sueño, encerrada en su ataúd de cristal, imagen de la forma en que el alma humana se halla hoy en el mundo.

La Bella Durmiente, Blancanieves y Caperucita Roja son cuentos arquetí­picos, cuyo tema es el destino, el descenso del alma desde las regiones etíéreas hasta las terrestres y su posterior ascenso, ya purificada y transmutada. í‰ste es el mundo de fantasí­a que no debemos dejar perecer y que nos espera todas las noches cuando, a la cabecera de la cama de un niño, pronunciamos las palabras mágicas: “í‰rase una vez…”.

No hay que temer que el niño se canse de oí­r un cuento una y otra vez: siempre le parecerá escucharlo por vez primera; ni tampoco hay que extrañarse de que el niño nos pida que repitamos un cuento muchos dí­as seguidos: tal vez ese particular relato contenga situaciones que le afectan particularmente.

Al finalizar, procuremos afirmar la sensación mágica, diciendo: “y si pudiíéramos encontrar el castillo, verí­amos allí­ al prí­ncipe y a la princesa ahora…”, o bien: “el que contó íésto, estuvo presente el dí­a de sus bodas…”.

Dejíémonos llevar por la emoción del relato: que nuestras expresiones sigan la alegrí­a o la tristeza del cuento y que nuestra voz suba o baje de tono de acuerdo al personaje que habla. Y jamás expliquemos a un niño por quíé, racionalmente, el cuento de hadas es tan bello. Le quitarí­amos la ilusión.

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Re: El mensaje oculto de los cuentos de hadas
« Respuesta #5 en: Junio 04, 2010, 10:49:33 pm »
SIMBOLISMO PSICOANALíTICO DE LOS CUENTOS DE HADAS

Bruno Bettelheim, psicoanalista y profundo conocedor de los cuentos de hadas, dice que un niño por debajo de la edad escolar no es capaz de captar explicaciones cientí­ficas que requieran un pensamiento objetivo. Así­ pues, el niño experimentará el mundo a semejanza de sus padres y de lo que ocurra en el seno de su familia.

Ni las proyecciones infantiles ni la dependencia en las imágenes protectoras, tales como el ángel de la guarda, nos darán una seguridad absoluta, pero visto que uno no podrá proporcionársela, es preferible utilizar las imágenes y proyecciones que carecer de seguridad. A partir de los siete años, aproximadamente, ningún niño considera estas historias como reales, pero de todas formas siguen cumpliendo sus necesidades internas.


El hecho de encontrar una tinaja o una botella, como en El espí­ritu de la botella, o de proteger a un animal o ser protegido por íél, como en El gato con botas, son circunstancias cotidianas que, al convertirse en grandes cosas, animan al niño a que piense que sus pequeñas hazañas reales son verdaderamente importantes, aunque en un primer momento le parezca mentira.


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Re: El mensaje oculto de los cuentos de hadas
« Respuesta #6 en: Junio 04, 2010, 10:50:02 pm »
PROBLEMAS EDíPICOS

En Blancanieves, el personaje femenino que siente celos no es la madre, sino la madrastra; de este modo se desplaza la agresividad de la psiquis materna hacia otra psiquis ajena y los problemas edí­picos quedan limitados al poder de nuestra imaginación. Cuando la reina se pincha un dedo, la inocencia sexual (la nieve) y la pureza contrastan con el deseo sexual simbolizado por la sangre roja. Los cuentos de hadas preparan al niño para que acepte el trauma de la primera menstruación o, más tarde, de la primera relación sexual.

Los cazadores (Blancanieves, Caperucita Roja) simbolizan la figura paterna protectora que, actuando como padre sustituto, se arriesga a contradecir los deseos de la madre perversa y salva a la niña.

En Cenicienta, el fogón simboliza la madre y el vivir cubierta de cenizas puede ser sí­mbolo de los esfuerzos por mantener la relación con la madre o volver a ella. Y así­ se podrí­a seguir indefinidamente, pues los cuentos de hadas son ricos en sí­mbolos de todos los tipos.

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Re: El mensaje oculto de los cuentos de hadas
« Respuesta #7 en: Junio 04, 2010, 10:50:39 pm »
LA VIOLENCIA EN LOS CUENTOS

¿Por quíé la violencia de los cuentos de hadas no cala en los niños? No se puede negar que hay violencia y mucha: Barba Azul guarda los cadáveres ensangrentados de sus esposas, el ogro del cuento se ha comido ya antes a varios niños y luego, engañado, se come a sus hijas…

Pero la maldad y la violencia nunca dejan de ser castigadas. El malo es siempre malo y es castigado. El bueno es siempre bueno y es recompensado. No hay personajes ambivalentes, que tanto desconciertan e inquietan al niño.

Cenicienta, Blancanieves, La Bella Durmiente, son ejemplos de dulzura femenina.
Pulgarcito, El sastrecillo valiente, los siete cabritillos, están repletos de astucias para salir de los aprietos, pero ninguno de estos híéroes es violento. Los personajes ambivalentes, con bondad/odio/agresión cambiante y recurrente, tipo James Bond, con licencia para matar, no tienen lugar en los cuentos de hadas.


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Re: El mensaje oculto de los cuentos de hadas
« Respuesta #8 en: Junio 04, 2010, 10:51:48 pm »
LA LITERATURA INFANTIL, COMO FUENTE DE ESOTERISMO

La Literatura Infantil es sin duda alguna, uno de los vehí­culos mágicos en el cual pasamos de la inocencia de la niñez a la realidad del adulto. Sin embargo aquellas imágenes que nos cautivaron de niños tení­an un doble propósito:

Por un lado, entretenernos. Y por otro, entregarnos las semillas del esoterismo, que podrí­an echar raí­ces en nuestro espí­ritu.




El mundo infantil interacciona directamente entre el mundo real y el mundo mágico.
Por ello, para un niño, todas las entidades mágicas, como hadas, duendes, áneles,etc., son reales.

Cuando ya es adulto, la enseñanza esotíérica, la cual es una especie de evocación, le revive esos procesos, y se produce un estado de fusión, de comunicación profunda, entre el cuento infantil y el lector.

Así­ pues, la iniciación esotíérica –al margen de los ritos particulares que puedan existir y llevarse a la práctica en una determinada escuela – no estriba ni más ni menos que en «una cultura de la inteligencia del corazón».

En este sentido, todos los grandes maestros esotíéricos, ya se trate de iluminados, de profetas o, simplemente, de profundos conocedores del aspecto espiritual del mundo, no tratan de esconder nada sino que, por el contrario, se esfuerzan en mostrar la autíéntica y oculta realidad de las cosas a los profanos.

Al mencionar «la inteligencia del corazón» estamos refiriíéndonos a esa capacidad que tiene el ser humano de intuir aquellas verdades que se escapan generalmente al dominio del razonamiento.

Por este motivo los textos iniciáticos y esotíéricos, y especialmente los cuentos infantiles, no son, aparentemente, lógicos. Lo que pretenden es crear en el lector una determinada reacción que pueda ser el primer paso hacia un autíéntico Conocimiento.

Se dirí­a que se trata de generar un impacto que eleve al discí­pulo del nivel primario de la razón, a la sinrazón, si la semilla ha fructificado en terreno fíértil.

Fuente: http://www.portalnuevaera.com/ (Tomado de mozartinfantil.galeon.com).

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Re: El mensaje oculto de los cuentos de hadas
« Respuesta #9 en: Junio 04, 2010, 11:01:47 pm »
Desentrañando claves

Adentrándonos en los relatos en concreto, si tomamos La bella durmiente, encontramos que en el reino del padre de esa niña reciíén nacida eran trece las hadas, y sin embargo se invita sólo a doce, y la treceava resulta el hada fatí­dica. En esto hay una profunda significación esotíérica, que va mucho más allá de la popular superstición con el número 13, pues el 13 en numerologí­a profunda es un número positivo vinculado al cambio espiritual. En cuanto a que se invite a doce a la fiesta: podemos asociar esto con los doce apóstoles, los doce dioses olí­mpicos en Grecia, los doce signos astrológicos, los doce pares de Francia que secundaban a Carlomagno, los doce caballeros que acompañaron al Rey Arturo en la mí­stica aventura de la Tabla Redonda, las doce horas de Apolonio de Tyana. El 12 aparece en muy diferentes culturas como número clave. Las hadas de íéste y otros cuentos tradicionales no son meramente personajes de fantasí­a, sino que se corresponden con criaturas de otras dimensiones a las que han hecho referencia muchos clarividentes. Estos seres vivirí­an en otro plano, más sutil, y tendrí­an justamente la misión de ayudar a los seres humanos. Once de las hadas le ofrecen a la niña diversos dones, como virtud, belleza, riquezas, etc.; la número 13 —ofendida por no haber sido invitada al bautismo— maldice a la reciíén nacida pronosticando su muerte a los quince años; a su vez, el hada número 12, que aún no se habí­a manifestado, aminora esto diciendo que solo será un sueño de cien años. Vemos claramente, haciendo "otra" lectura distinta, el trabajo que los Señores del Destino realizan antes de cada nacimiento, balanceando los míéritos o demíéritos de quien va a nacer y marcando su suerte.

El sueño de la bella durmiente, y el sueño en que caen todos los habitantes del reino, es desde otro punto de vista ese "dormir" en vigilia que para Samael Aun Weor y otros autores esoteristas es la condición actual del ser humano. Una zarza enorme cubre el palacio y a los durmientes, lo que puede evocar la zarza ardiente que encontró Moisíés en el desierto, y alude a la necesidad de ciertos conocimientos para lograr despertar realmente la conciencia.

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Re: El mensaje oculto de los cuentos de hadas
« Respuesta #10 en: Junio 04, 2010, 11:02:14 pm »
Las hermanastras de La Cenicienta no eran, contra todo lo que se ha creí­do, feas —al menos no en el cuento de los Grimm— pero sí­"de corazón duro y negro". A quienes se han acercado valiíéndose de la lógica común a este relato, les ha sorprendido la frialdad del padre, favoreciendo siempre a las que en definitiva no eran sus hijas de sangre; aquí­ debemos recordar el sentido alegórico, e interpretar que ese padre equivale al Ser interior de cada uno, nuestra Conciencia más profunda en otros tíérminos. Desde la perspectiva religiosa: ese Dios que en muchos casos resulta duro, pero que en definitiva actúa como el perro pastor que muerde a las ovejas para que no se desví­en de la buena ruta y se precipiten en un barranco.

Las palomas y otras aves ayudan a Cenicienta a separar el grano para poder ir al baile. Esto nos habla de otra realidad oculta: la relación que puede darse entre un alma pura y esas "ánimas" que son la parte espiritual de los animales.

Por tres veces Cenicienta baila con el prí­ncipe, y al llegar la noche (no la medianoche, que es algo que agregaron versiones posteriores) se escapa para no ser reconocida. El número 3, la acción realizada por tres veces, es un elemento tambiíén constante en este tipo de historias tradicionales. Vale recordar el profundo sentido Cabalí­stico del 3.

Culminando con la peripecia de Cenicienta, la muchacha apela a su madre difunta; acude a su tumba a la hora de la imposibilidad, y es allí­ donde aparece la solución. Aquí­ percibimos dos elementos de inusitada hondura: el aspecto maternal-espiritual, simbolizado en el catolicismo por la Virgen Marí­a, que puede prestar ayuda a quien transita un camino de búsqueda trascendente; pero tambiíén está la tumba, o sea —hermíéticamente hablando— la "muerte que nos da vida".

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Re: El mensaje oculto de los cuentos de hadas
« Respuesta #11 en: Junio 04, 2010, 11:02:47 pm »
Blancanieves es el cuento más conocido de los Grimm. Aquí­ tambiíén la heroí­na es huíérfana y tiene madrastra. Reparemos en la frecuencia de tal circunstancia en este tipo de historias; la madrastra es una mala madre, y analógicamente la vida puede ser una dura madrastra cuando no logramos una adecuada relación con ella. Ese espejo en que se mira la reina nos remite al tema de la imagen, de la máscara y el rostro; los espejos estaban presentes siempre en las ceremonias de iniciación de la genuina Rosacruz, y el espejo tiene relación directa con las artes mágicas, con ciertas capacidades taumatúrgicas y con el comunicarse con otras dimensiones. La reina, al enterarse por el espejo que ya no es la más linda, le pide al cazador que mate a Blancanieves y que le traiga como prueba de ello el corazón, los pulmones y el hí­gado (harto significativa la relación de estos órganos con aspectos de la "anatomí­a oculta" del hombre). Los siete enanos son justamente los gnomos, contraparte espiritual de los minerales a los que aluden todas las añejas enseñanzas populares y esotíéricas. Hay un aleccionante texto de Paracelso, relacionado con estos inocentes obreros subterráneos que toman la forma de diminutos ancianitos.

La reina no solamente es mala, es una hechicera de la "mano izquierda", y tiene el poder de las metamorfosis mágicas (por tal motivo puede volverse vieja). Por tres veces visita a Blancanieves y íésta no la reconoce; le ofrece primero un lazo que le quita la respiración, luego una peineta que casi la envenena, y por último una manzana emponzoñada. En los dos primeros casos los enanos llegan y la salvan, pero no sucede lo mismo en el tercero. Blancanieves permanece como si estuviera muerta, en estado de latencia, hasta que se presenta el prí­ncipe y la revive. Aquí­ se reitera el tópico de la "salvación por el amor" —presente tambiíén en La bella durmiente — que tiene cierta relación con misterios como el Andrógino y el erotismo trascendente.

Es interesante reparar en el sí­mbolo de la manzana. Este se remonta a Adán y Eva en el Gíénesis. Es equivalente a la tentación aquí­ tambiíén. Lo pecaminoso como prohibido.

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« Respuesta #12 en: Junio 04, 2010, 11:03:15 pm »
Otros cuentos de los Grimm

Hansel y Gretel muestran por un lado la capacidad que da el estado de alerta, de conciencia, para superar las trabas y acechanzas que nos coloca la vida y sus avatares. Esto en el caso del primer abandono de los niños en el bosque, pues en el segundo las migas de pan que Hansel esparce en el camino son comidas por los pájaros. La casa de caramelo encierra otra enseñanza: por fuera dulce, amarga y siniestra por dentro. Tambiíén aquí­ Hansel se salva con habilidad y astucia. De su peripecia por el bosque —el camino del buscador de la verdad— Hansel y Gretel vuelven con joyas y piedras preciosas, que son ni más ni menos que los "bienes espirituales" ganados con la experiencia.

Caperucita Roja por su parte, debe recorrer el bosque (que es la vida) donde encuentra al lobo (los múltiples peligros y acechanzas) para visitar a su abuelita (la sabidurí­a de los ancestros). Es devorada, junto a su posibilidad de sabidurí­a, por el lobo, por la vida. Sin embargo algo late en ella, al igual que en aquella Sofí­a de los gnósticos asediada por la oscuridad, y por ello recibe ayuda encarnada en el cazador (la fuerza Superior) que la salva a ella y a la abuelita.

El caso de Pulgarcito es el de todo aquel que siente el llamado de la aventura del espí­ritu. Es pequeño, como pequeños somos todos enfrentados al misterio de la existencia. Con audacia, valentí­a y entereza va dando sus primeros pasos, aplicando tambiíén la inteligencia (por ejemplo: en el episodio de los ladrones en la casa del cura). Es devorado primero por una vaca y luego por un lobo (animales emblemáticos). Se salva en el primer caso apelando a sus propios recursos, o sea haciendo creer que la vaca hablaba, lo que hace que la maten, la abran y íél pueda salir. Del vientre del lobo lo rescata su propio padre. Aquí­ la sugerencia es notable: nuestro Padre trascendente —ese "Padre nuestro que estás en los Cielos" de la plegaria por excelencia enseñada por Jesucristo— salva al peregrino del Camino de la Verdad de los riesgos e incluso de las caí­das y despistes.

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Re: El mensaje oculto de los cuentos de hadas
« Respuesta #13 en: Junio 04, 2010, 11:03:45 pm »
Si reparamos en otros cuentos de los Grimm vamos a encontrar más referencias a criaturas de carácter fantástico. En La ondina del lago el molinero realiza un pacto con una criatura sutil de las aguas, en el cual desaprensivamente cambia a su futuro hijo por riquezas. Aquí­ â€”como enfatizamos antes con relación a las hadas y gnomos— debemos aclarar que no se trata de mera imaginerí­a sino que el argumento da carnadura a "reales" fuerzas sí­quicas presentes en la naturaleza, que son neutras en realidad y que utilizadas sin precaución y sin el conocimiento debido nos llevan tarde o temprano a la desgracia. Pero este relato posee otros elementos de rica significación: cuando ese niño, destinado por su inconsciente padre a la ondina del lago, cae —ya mayor— en poder de esa fuerza que habita las aguas, su mujer —a travíés del sueño— logra obtener los recursos para salvarlo. Esto es puro y autíéntico "esoterismo"; todos los maestros y escuelas genuinas han considerado que es en el llamado Mundo Astral, la dimensión de los sueños ni más ni menos, donde realmente podemos tomar contacto con las verdaderas claves de la Sabidurí­a profunda. En el final del relato, el hombre salvado de la ondina del lago y su mujer, son separados mucho tiempo por el Destino; esto trae, en cierta manera, el antiguo arquetipo de las "almas gemelas", que se buscan —a travíés de muchas existencias— hasta encontrarse plenamente un dí­a.

Podemos todaví­a recordar más referencias a los misterios esotíéricos en los Hermanos Grimm. En La casita del bosque, donde las tres hermanas se pierden al ir a llevarle la comida al padre siguiendo los granos que íél habí­a dejado esparcidos por el camino (y que las aves se comen en cada ocasión), estamos ante un "encantamiento" —pues el viejo que encuentran es un prí­ncipe, y los animales sus servidores—que nos remite a realidades concretas de la magia como el fenómeno de la "licantropí­a". Las tres hermanas sufren la misma "prueba", pero solamente la salva —atendiendo a la alimentación de todos los personajes y dejando de lado el egoí­smo— la menor. Ella es premiada y las otras castigadas con el encierro en una oscura cueva (esto se puede interpretar como la Ley del Destino operando).

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Re: El mensaje oculto de los cuentos de hadas
« Respuesta #14 en: Junio 04, 2010, 11:04:13 pm »
Andersen, Barrie y Carroll

Hans Christian Andersen, el escritor daníés, del igual modo que los Grimm realizó un trabajo de rescate de leyendas populares escandinavas la pasada centuria.

Tal vez más sentimentales y románticos que los cuentos de los hermanos alemanes, los de Andersen son algo menos el resultado de una fidelidad a los relatos tradicionales, que una creación personal, en la cual la impronta del autor está mucho más presente. Si nos detenemos en La hija del mar, más conocida como La Sirenita, encontramos por un lado la evocación de criaturas en apariencia fantástica pero que personalizan a fuerzas sutiles que habitan en realidad las aguas marinas (las legendarias "nereidas"; la presencia de tales criaturas es permanente en nuestra cultura desde hace milenios). Desde otro ángulo, la historia de "la sirenita" es simbólicamente la peripecia de cualquier ser humano atraí­do por algo más que el presentismo materialista y fenomíénico, que busca con ahí­nco "otras" realidades intangibles. Todos somos de alguna manera esa sirenita que tení­a una inexplicable nostalgia por el mundo de la superficie que no conocí­a, y que luego de poder contemplarlo al conjuro del amor ya no va a poder olvidarlo. La sirenita muestra luego un posible camino de mayor trascendencia, que se abre para quien estíé dispuesto a transitarlo: a travíés del renunciamiento, y de un amor generoso y desinteresado, ella logra por fin —superando pruebas y zozobras— elevarse a una dimensión incomparablemente mejor que aquella en la cual habitaba.

El patito feo o El más feo (como se lo conoce tambiíén) delinea una historia moral con raigambre esoterista: la conclusión es que las apariencias resultan engañosas, y que la fealdad relativa de pronto encierra en su interior una riqueza y una belleza insospechadas. Nos habla de la necedad de nuestros conceptos subjetivos, relacionados con nuestra estrecha experiencia, que nada tienen que ver con la verdadera realidad de las cosas.

Como culminación de este acercamiento a la simbologí­a esotíérica de los cuentos de hadas, podrí­amos evocar a dos autores considerados clásicos del relato para niños, que sin haber abrevado —como los anteriores— en fuentes tradicionales, por ví­a indirecta sí­ fueron impregnados por ciertos arquetipos inequí­vocos de una perspectiva esotíérica. Se trata de J. M. Barrie, el autor de Peter Pan, y de Lewis Carroll, el padre de Alicia en el paí­s de las maravillas.