Crash 1987-2010: "No puedo darles garantías de que hemos arreglado el sistema
por Lara Fernández en cotizalia.com
Los mercados y las autoridades reguladoras estadounidenses creían haberlo hecho todo para evitar otra fuerte sacudida bursátil como la del 19 de octubre de 1987, cuando el Dow Jones de Industriales se derrumbó más de un 20% en un día en el que se negociaron 600 millones de acciones, según la SEC (la Comisión de Bolsa y Valores del país). Sin embargo, aunque las innovaciones tecnológicas han hecho al mercado más resistente y eficiente, la historia ha vuelto a repetirse, eso sí, en menor medida y con menor duración. De hecho, los investigadores lo han denominado el flash crash (el crash relámpago).
En el fondo, la SEC sabía que una caída como la de aquel 'lunes negro' de 1987 podía repetirse. Ya lo predijo el entonces presidente de la entidad regulatoria, David Ruder, cuando, ante un comitíé del Senado estadounidense meses despuíés de crash, confesaba: "simplemente no puedo darles garantías de que hemos arreglado el sistema". Unas declaraciones premonitoras.
En ambas sesiones, la de 1987 y la de 2010, los primeros problemas aparecieron, de hecho, en el mercado de futuros, que aceleraron un declive. Ambos mercados se retroalimentaron y arrastraron hasta provocar una verdadera oleada de pánico. El pasado 6 de mayo, en cuestión de 10 minutos, Wall Street llegó a caer hasta un 9,8%. Las operaciones, ejecutadas en milíésimas de segundo, alcanzaron los 19.000 millones de acciones. En un primer momento, las informaciones apuntaban hacian un error ortográfico y humano, aunque despuíés cobró fuerza la teoría de los programas de trading automático, que hicieron saltar stop loss en un mercado sin profundidad. En cualquier caso, la venta masiva se contagió a todas las partes del mercado bursátil.
Los analistas no han tardado en relacionar ambos desplomes y establecer un paralelismo entre el crash de aquel 'lunes negro' de 1987 y el flash crash de 2010. The Wall Street Journal señala cómo en ambos casos los profesionales abandonaron el mercado. En 1987 todas las grandes firmas se retiraron, según Chris Concannon. socio de Virtu Financial LLC, una compañía especializada en el mercado electrónico de Nueva York, que siguió negociando durante las fuertes fluctuaciones de hace ahora un mes.
En ese momento, los operadores de transacciones a alta velocidad que normalmente insuflan liquidez al mercado apagaron los ordenadores. Tambiíén se retiraron los fondos de cobertura que llevan a cabo transacciones rápidas. Algo parecido sucedió en 1987. Concannon explica que en todas las sacudidas bursátiles "grandes firmas retiran sus intereses de compra y venta del mercado".
Otra similitud entre ambos desplomes deriva de las previsiones de los expertos. Antes de aquel 19 de octubre, muchos coincidían en que las oscilaciones del mercado le llevarían a una corrección, tras registrar un alza del 40% ese mismo año, como consecuencia de la racha alcista que comenzó dos años antes. Tambiíén 12 meses antes de esta última caída, los analistas se mantenían expectantes a medida que el Dow Jones experimentaba una escalada que le llevó a registrar subidas del 60% frente a mínimos de marzo de 2009.
Pero no es la única coincidencia. Ruder, el ex presidente de la SEC y actualmente profesor de la Universidad Northwestern, en estos momentos forma parte del comitíé de Gobierno que examina lo que sucedió durante el crash relámpago. Esa jornada de pánico, la del 6 de mayo de 2010, fue uno de los dos responsables de que Wall Street cerrara el peor mes de mayo en 70 años y el peor mes en 12 meses. El otro protagonista, cómo no, es la deuda del Viejo Continente.