La reforma fiscal para los contribuyentes de mayor renta -como dijo Zapatero- se abre paso. Aunque todavía no se conoce oficialmente el alcance de la reforma, entre las opciones que maneja Hacienda -y que tienen mayores probabilidades de prosperar- está la elevación de los tipos de gravamen que se aplican a las plusvalías, las llamadas ganancias patrimoniales en la jerga actual. Según fuentes solventes, la idea es equiparar su tributación al tipo mínimo del Impuesto sobre la Renta, que hoy está fijado en el 24%. En la actualidad, las ganancias patrimoniales tributan al 19% como regla general, o al 21% a partir de los 6.000 euros anuales.
Las fuentes consultadas consideran que una decisión en esta dirección tendría un doble efecto. Por un lado, y desde el punto de vista político, la elevación del tipo impositivo sería bien recibida por los sectores más cercanos al PSOE, entre otras cosas porque equipara el tratamiento de fiscal de las rentas del trabajo con las del capital, una vieja reivindicación de la izquierda, aunque sea en el tramo inferior. En tiempos de oposición, el Partido Socialista hablaba, incluso, de la necesidad de establecer un tipo progresivo en función del marginal de cada contribuyente. Es decir, que las rentas del capital tributaran igual que las del trabajo,
En tíérminos económicos, igualmente, la elevación de las plusvalías supondría un aumento relevante de la recaudación. Según cálculos de FUNCASim, el simulador del IRPF que ha puesto en marcha la Fundación de Cajas de Ahorros, Hacienda ingresaría unos 1.100 millones con el aumento de los tipos de gravamen. Recientemente, la Fundación Ideas -vinculada al PSOE- elaboró algunas propuestas fiscales en las que estimaba que una subida del tipo de las plusvalías hasta el 25% (un punto más de lo que ahora se plantea Hacienda) supondría una recaudación adicional de 1.150 millones de euros. Por lo tanto, en línea con lo que estima FUNCASim.
La reforma fiscal para aumentar la fiscalidad de las rentas más elevadas no acabaría ahí. El Gobierno podría estar estudiando, igualmente, elevar el tipo marginal máximo del IRPF del 43% al 45%, en línea con lo aprobado recientemente en Cataluña, Baleares o Asturias. O lo que es lo mismo, se elevaría del 21,5% al 23,5% el tramo estatal ya que el 50% restante es responsabilidad de las comunidades autónomas. De concretarse esta propuesta -que hoy por hoy aparece en un segundo plano- Hacienda recaudaría unos 400 millones de euros adicionales, según el simulador del IRPF que utiliza Funcas para sus estimaciones. Claro está, siempre que el tipo máximo se aplique, como ahora, a partir de los 52.360 euros, ya que cabe la posibilidad que los nuevos tipos se pongan en funcionamiento a partir de una cantidad superior.
Declaraciones reales
La importancia de este simulador de Funcas radica en que su base de datos son unos 900.000 declarantes del Impuesto sobre la Renta reales, lo que le otorga una gran representatividad. No se trata, por lo tanto, de un modelo economíétrico, sino de declaraciones efectivamente presentadas ante las delegaciones de Hacienda.
De concretarse estas dos medidas, el Gobierno recaudaría 1.500 millones de euros adicionales, y lo que es todavía más relevante en tíérminos políticos. Compensaría el desgasta electoral que le ha supuestos adoptar dos medidas tan duras como son la congelación de las pensiones y la rebaja en un 5%, como media, del sueldo de los empleados públicos.
Las rentas del capital ya tributaban al 25% antes de la primera reforma del IRPF que hizo el Gobierno. En 1999, las retenciones bajaron hasta el 18%, excepto para dividendos. Y posteriormente se redujo hasta el 15%. Con la llegada del Partido Socialista a Moncloa, y en aras de lograr una mayor equidad fiscal, el tipo impositivo subió de nuevo hasta el 18%, pero el año pasado se aprobó una nueva vuelta de tuerca con el objetivo de aumentar la recaudación.
El tratamiento fiscal de las rentas del capital es muy variado en Europa. Según el estudio elaborado por la Fundación Ideas, que preside el ex ministro Jesús Caldera, en el Reino Unido existe un tipo fijo del 18% sobre todas las plusvalías, con un mínimo exento de 10.100 libras por contribuyente (ejercicio fiscal 2009-2010).
En EEUU, por su parte, las personas físicas tributan sobre el total neto de todas sus plusvalías al igual que lo hacen por otro tipo de rentas, pero el tipo impositivo que se aplica a las plusvalías a largo plazo (las obtenidas a lo largo de un periodo superior a un año) es del 15%, mientras que las plusvalías a corto plazo se gravan al tipo marginal de cada contribuyente.
En Alemania se ha establecido recientemente un impuesto sobre las plusvalías para los activos financieros (acciones, obligaciones, fondos, etc.) adquiridos a partir de 2009. El tipo general es del 25%, si bien se aplican distintos recargos por parte de los gobiernos de los Estados federados, con lo que el tipo efectivo se acerca más al 30%