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Autor Tema: Códigos de barras proliferan y se diversifican...  (Leído 567 veces)

OCIN

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Códigos de barras proliferan y se diversifican...
« en: Junio 07, 2010, 04:54:48 pm »
Por...   RACHEL METZ

SAN FRANCISCO -- Antes, uno sólo notaba que habí­a un código de barras impreso en los empaques de algunos productos cuando los adquirí­a en una tienda, y el cajero deslizaba esas misteriosas lí­neas frente a un sistema electrónico. Pero recientemente, estos códigos aparecen en más lugares y son mucho más avanzados.

Algunos habrán visto a un pariente del código de barras tradicional. El llamado código QR, una maraña de pequeños cuadros, dispuestos de forma aleatoria dentro de un cuadrado más grande, está apareciendo en varios sitios, desde los carteles en las paradas del autobús hasta las ventanas de algún restaurante.

Si algún curioso mira uno de estos códigos y le saca una fotografí­a con la cámara del telíéfono celular, el dispositivo móvil puede mostrar una página de internet, una imagen fija o un video relacionado con el anunciante en cuestión.

Por ejemplo, Google Inc. está dando a los comercios calcomaní­as con códigos QR que los transeúntes pueden "escanear". Así­, pueden llegar a una versión móvil de la página de Google, donde los negocios pueden publicar cupones e información sobre sí­ mismos.

Pronto, los códigos podrí­an derivar en otras ví­as para conectarse con los consumidores, de una forma que las empresas pueden medir y controlar. Ello podrí­a ayudarles a dirigir los anuncios selectivamente a la gente que tendrí­a más probabilidades de responder a un mensaje u oferta.

Los intentos anteriores de hacer que los consumidores interactúen con los códigos de barras que remiten a algún destino en la Web no han resultado muy exitosos. En la díécada de 1990 surgió el CueCat, que permití­a a las editoriales añadir códigos de barras a su material impreso, a fin de que la gente deslizara algún dispositivo lector de bolsillo para llegar directamente a información relacionada, en sus computadoras.

El código QR (cuyas siglas en inglíés significan respuesta rápida) fue tambiíén lanzado en esa díécada, por Denso Wave Inc., una fabricante japonesa de electrónicos.

Pero lo que ha cambiado ahora es que los consumidores se involucran más con sus dispositivos celulares, no sólo para hacer llamadas telefónicas, intercambiar mensajes de texto y revisar su correo electrónico. Además, los llamados supertelíéfonos, que pueden conectarse a la internet, tienen tambiíén la capacidad de descargar fácilmente programas que les permiten "escanear" códigos en los productos, para obtener información más amplia de los mismos.

El código de barras impreso por ejemplo en una caja de galletas incluye una serie de números dispuestos horizontalmente, que un dispositivo lector coteja con información de una base de datos centralizada. Es así­ como el "escáner" del supermercado identifica el producto que alguien compra.

Los nuevos códigos, como el QR, pueden representar los datos en forma horizontal y vertical. Ello significa que pueden incluir mucha más información en un menor espacio, y algunos de ellos pueden informar al programa de "escaneo" de un telíéfono todo lo necesario sobre quíé página de internet o video mostrar, sin necesidad de consultar una base de datos.

Se desconoce cuántos de estos códigos se han implementado, pero podrí­an crearse miles de millones.

Google ha usado los códigos QR desde finales del año pasado para ayudar a promover cientos de miles de negocios en su servicio de listas de establecimientos locales, conocidas como Google Places. La compañí­a ha enviado calcomaní­as para colocarlas en las ventanas de los establecimientos.

La calcomaní­a dice: "Somos uno de los lugares favoritos en Google", e incluye un código QR en la parte inferior.

La idea se derivó del deseo de Google por reforzar su relación con los comercios y con los consumidores, dijo Ryan Hayward, gerente de "marketing" de producto para Google Maps, quien encabeza la distribución de calcomaní­as con los códigos. Por ahora, íéstos llevan a la versión celular de la página de un establecimiento en Google Places.

A la postre, Google podrí­a usar la tecnologí­a para mostrar videos y descargar aplicaciones, dijo Hayward.

Los códigos QR no son los únicos bidimensionales que podrí­an proliferar. Desde marzo, Fandango, un sitio que vende boletos para el cine, ha permitido que algunas personas que asisten a las salas obtengan sus entradas en sus celulares, almacenadas en forma de códigos "Datamatrix". Ese código, que se muestra en pantalla, se coloca frente a un aparato en la sala. Los usuarios no necesitan supertelíéfonos para que esta modalidad funcione.

Ted Hong, jefe de "marketing" de Fandango, dijo que la empresa querí­a probar el servicio porque más y más gente ingresa a Fandango mediante sus telíéfonos. Y algunas iniciativas similares de boleto celular han funcionado fuera de Estados Unidos.

Por ahora, la nueva opción expendedora de boletos está disponible sólo en algunas salas cinematográficas en los estados de California, Nueva York, Texas y Hawai. Para que se extienda esta variante, más salas tendrí­an que invertir en los "escáneres", distintos a los usados actualmente para leer los códigos de barras tradicionales impresos en los boletos.

Esos códigos no se adaptan a las pantallas de algunos telíéfonos y por eso Fandango está usando la tecnologí­a Data Matrix, dijo Hong.




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