El Banco Pastor se ha convertido en el objeto de deseo de los dos principales bancos medianos independientes: Sabadell y Popular. Según fuentes de toda solvencia, la entidad gallega ha recibido “insistentes acercamientos†por parte de ambos bancos, aunque hasta ahora se ha negado a sentarse siquiera con ellos para negociar.
La entidad catalana pretendía realizar una operación a tres bandas con Guipuzcoano y Pastor, que le habría permitido superar en activos al Popular y convertirse en el tercer banco de España. Pero mientras la entidad vasca ha accedido a la fusión gracias al apoyo de sus tres principales accionistas (BBK, Kutxa y Jomarsa) y al compromiso de su presidente, Javier Echenique, en La Coruña no han querido oír hablar del asunto. De esta forma, el plan de Josep Oliu se ha quedado a medias.
Pero el Pastor no es sólo objeto de deseo del Sabadell. Según estas fuentes, íngel Ron, presidente del Popular, tambiíén ha intentado sentarse a negociar una integración que le permitiría recuperar el terreno perdido con las fusiones de cajas anunciadas en las últimas semanas. Pero la respuesta del presidente del Pastor, Josíé María Arias, ha sido la misma que la dada a los catalanes: “No me siento ni a comerâ€.
Oficialmente, el Pastor sostiene que tiene “un proyecto propio, independiente, que no contempla bajo ningún concepto una fusiónâ€. Mucho más importante que esta declaración de intenciones es que la familia Arias controla el 41% del capital a travíés de la Fundación Pedro Barríe de la Maza, lo cual hace inviable cualquier fusión u oferta de compra si no cuenta con su apoyo.
Un portavoz del Popular ha negado que haya habido contactos con el Pastor, y tambiíén ha señalado que el Popular tiene su propio modelo de crecimiento orgánico.
¿El Pastor puede mantenerse independiente?
Otras fuentes del sector cuestionan esta actitud del Pastor en el entorno actual. “Pueden decir que quieren seguir solos, pero ¿podrán sobrevivir en solitario dentro de unos años en el entorno que se avecina para el sector y los mercados?â€. Estas fuentes matizan que no se trata de que el Pastor tenga problemas de solvencia o liquidez, sino de una mera cuestión de tamaño.
“Las entidades pequeñas son inviables, el mercado te va a exigir un tamaño mínimo en condiciones normales, y mucho más en momentos como el actual en que ni siquiera se fía de los bancos más grandesâ€, opina un experto en el sector. La avalancha de fusiones de cajas –reales o virtuales- es la prueba evidente de la necesidad de ganar tamaño aunque la lógica económica o las sinergias no estíén nada claras en muchas operaciones.
“El Pastor haría mejor en asumir que no puede seguir solo y negociar una fusión desde una posición ventajosa; si espera mucho, puede perder esa ventaja que tiene hoy y verse abocado a una operación que no desea y en unas condiciones mucho más desfavorables que las actualesâ€, opina otra fuente del sector.