Hace meses que los máximos directivos de La Casera y Trina tienen el japoníés como lengua materna. La multinacional nipona Suntory adquirió el pasado año el fabricante de refrescos Orangina Schweppes. Un movimiento que, vía talonario, le abrió las puertas de la anhelada Europa. Pero esta operación, por sí sola, no es suficiente para un conglomerado empresarial que abarca los refrescos sin alcohol, el whisky, la cerveza, el vino, el agua mineral o los gimnasios, entre otros negocios.
"Me veo capacitado para disputar la dualidad de Coca-Cola y Pepsico, pero es muy difícil hacerlo sin adquisiciones", aseguraba Nobuhiro Torii, el presidente del grupo Orangina Schweppes -y cuarta generación de la familia fundadora de Suntory- en un encuentro con periodistas españoles.
En el punto de mira: Europa del Este, Oriente Medio y el norte de ífrica. Y en el objetivo, fabricantes de refrescos que facturen cerca de 1.000 millones de dólares. "Queremos que en tres años el 30% de los ingresos sean internacionales, y alcanzar el 40% en cinco años si encontramos nuevas marcas", apuntaba Torii. De esta forma, el grupo duplicaría su facturación actual y esquivaría el envejecimiento de su mercado domíéstico, donde crecer se ha convertido en una tarea cada vez más complicada. No en vano, Suntory lanza cada año cerca de 200 nuevos productos para captar nuevos consumidores.
La compra de Orangina Schweppes conllevó un desembolso cercano a los 2.500 millones de dólares (2.020 millones de euros). Un precio que los directivos de Suntory ni confirman ni desmienten porque, a la hora de hablar de volúmenes de inversión o gasto en I+D, cae un opaco telón. "Esos datos no son públicos", recalcaban los directivos japoneses para esquivar las cuestiones espinosas que le planteaba la prensa. Sin embargo, Torii sí que asumía que rentabilizar la adquisición de Orangina Schweppes será "difícil" y que podría prorrogarse hasta 10 años. Dependerá de las compañías que se pongan a tiro. Mientras, durante los próximos tres años Suntory mantendrá la hoja de ruta que habían trazado los anteriores dueños del Schweppes, los fondos de capital riesgo Blackstone y Lion Capital. Un periodo de tiempo que Suntory aprovechará para conocer a los consumidores europeos, cuyos gustos son diametralmente opuestos a los nipones. En España, Trina, Schweppes y La Casera seguirán siendo sus marcas clave. En el caso de esta última, su salto internacional será en Italia, donde ya está dando los primeros pasos.
Una empresa que nació en un viñedo y hoy cultiva rosas azules
Suntory nació en un viñedo a los pies del Monte Fuji. Sorprende que un conglomerado que abarca 209 empresas, naciera a finales del siglo XIX vinculado a una actividad con escasa tradición en Japón como el vino. Hoy gestiona dos bodegas en Francia, Chí¢teau Lagrange y Chí¢teau Beychevelle, pero no tiene intención de entrar en el negocio del vino en España. Actualmente, el 55% de sus ingresos procede de las bebidas sin alcohol y de la alimentación, el 36% del negocio del alcohol y el 9% de otras actividades, entre las que destaca la reciente producción de rosas azules.