Wall Street lanzó ayer el ataque a las resistencias críticas en que se encuentran los índices... y falló. Algo que no debería sorprender demasiado, puesto que todos los intentos anteriores desde abril habían fallado. Pero la fortaleza de la subida de las últimas dos semanas y la euforia en Europa parecían indicar que esta vez era la buena.
Sin embargo, el Dow Jones anuló una subida inicial de más de 100 puntos y acabó perdiendo 8, el 0,08%. El S&P 500 se dejó el 0,39% y el Nasdaq volvió a llevarse lo peor con una caída del 0,90%.
Aparte del fallo en las resistencias, esta vuelta en un día es una señal tíécnica inequívocamente bajista que debería provocar caídas de cierta intensidad en la apertura europea de hoy. Más allá, habrá que ver si el mercado es capaz de lanzar un nuevo ataque a las resistencias. Si no lo hace en breve, lo más probable es que los índices vuelvan a irse hacia la parte baja de la banda de cotización establecida desde el comienzo de la crisis de la deuda europea.
Precisamente, ayer las cosas estuvieron más calmadas en ese frente, lo que permitió que las bolsas europeas subieran con ganas. Sin embargo, un informe de S&P negativo con la banca española hizo caer al euro, aunque se mantuvo por encima de los 1,23 dólares.
El otro foco de atención del día fue el anuncio de que China piensa dejar flotar el yuan frente al dólar, una medida largamente reclamada desde EEUU. Sin embargo, el hecho de que no lo hiciera ya decepcionó a los mercados.
No hubo datos de interíés ayer en EEUU. El petróleo subió hasta 77,82 dólares mientras que el oro bajó hasta 1.240,7. Los bonos cayeron en precio pese a la vuelta atrás de la bolsa, y su rentabilidad subió al 3,24%.
Hoy martes tendremos las ventas de viviendas de segunda mano, para las que se espera una subida.