A la espera de un nuevo mínimo del Ibex
por Josíé Antonio Fernández Hódar
Desde enero, el Ibex 35 ha dibujado cuatro mínimos sucesivamente más bajos. El primero de ellos en los 10.000 puntos y el último a las puertas de los 8.500 puntos. Por una cuestión de estíética, que aunque pueda parecer una tontería, en bolsa funciona.
Y si la caída de enero a junio se ha desarrollado en dientes de sierra, la vuelta al alza, cuando tenga lugar, adoptará una forma similar a la caída precedente. Nos falta por ver dos fondos sucesivamente más altos para comenzar a trazar una incipiente directriz alcista que enmarque el movimiento.
Lo que toca ahora es bajar, pero no se le ocurra preguntar hasta dónde, porque las oposiciones al cuerpo de adivinos bursátiles, por culpa de la crisis, están restringidas. Queda por ahí algún liberado sindical que se atreve a poner fecha al final de la caída, pero despuíés del repaso que el pasado jueves dio Luis María Anson a los liberados en su columna de El Mundo, Canela Fina, no creo que le quede a ninguno gana de destacarse.
Esta semana de gozo y disfrute de los oseznos, no nos vamos a meter con ellos. Da gusto verlos retozar y dar volteretas, son como niños. Tampoco nos vamos a meter con lo sindicatos. Ya se les ha dicho lo que no está escrito, pero como no leen, porque saber, saben, no sirve de nada. Y como nadie se atreve a ponerles las peras al cuarto, tiempo y papel perdido.
En cuanto al Gobierno, es que si no te metes con ellos te da algo. Es de elogiar la coherencia de Corbacho capaz de cambiar de blanco a negro en menos de veinticuatro horas. El apoyo incondicional que le da la vicepresidenta Salgado, que le desautoriza en cuanto abre la boca. Y para que hablar de la piña que forman los tres vicepresidentes con los ministros Blanco y Sebastián.
El presidente Zapatero dice de ellos, como nosotros de los oseznos, «es que son como niños». Y así nos va. Prueba de ello, es la percepción que la comunidad financiera tiene de la seriedad de este Gobierno que, en el tema de las energías renovables, pretende cambiar las reglas del juego cuando las inversiones ya están hechas.
Y lo ha hecho en un momento en el que está subvencionando el arranque de viñas, que más de uno se ha plantado cobrar la subvención, proceder al arranque y poner un huerto solar, tambiíén subvencionado. De momento los megavatios no se pueden embotellar, pero aunque fuese posible, un servidor prefiere un Rivera del Duero antes que una copa de vatios, aunque estíén elaborados con voltios de crianza.
Esta semana las energíéticas han recibido palos hasta en el DNI. Red Elíéctrica, el trasportista del sistema elíéctrico se ha llevado la peor parte. El precio puede subir o bajar para el usuario, pero el trasportista seguirá cobrando. Que yo sepa, la luz no se lleva en cántaros y se reparte con un cazo. De todas formas, el recorte no va a ser profundo, porque si Wall Street aguanta el tipo o sube, nosotros subiremos, a pesar de nuestro Gobierno.