La vicepresidenta segunda del Gobierno español, Elena Salgado, subrayó el domingo la utilidad del fondo de garantía de depósitos de las entidades financieras españolas para hacer frente a eventuales crisis, pero abrió la puerta a ampliar la base gravada, limitada ahora a los depósitos, al tiempo que dejó entrever la posibilidad de que se extienda a otros pasivos como "las emisiones o los productos interbancarios".
A finales de marzo y tal y como adelantó El Confidencial, el Banco de España tenía previsto a propner a las cajas realizar una nueva derrama de carácter extraordinario para dotar al Fondo de Garantía de Depósitos en Cajas de Ahorro (FGDCA) de los recursos necesarios con los que atender compromisos pendientes, caso de la fusión por absorción de Cajasur por parte de Unicaja.
En rueda de prensa en el marco de la cumbre del G20 que se celebra en Toronto, Salgado defendió la apuesta europea por una tasa bancaria que evite que haya que rescatar más bancos con dinero de los contribuyentes y elogió el modelo español, porque el fondo es sufragado por el sector de forma proporcional y está disponible para todas las entidades.
Aunque no hay consenso en el G20, los países europeos ya han acordado establecer una tasa bancaria y Salgado garantizó que España no abandonará el fondo de garantía de depósitos, aunque sí podría adaptarlo para que no se calcule sólo en base a los depósitos, sino tambiíén con otros pasivos, como "las emisiones o los productos interbancarios".
Por otra lado, la vicepresidenta defendió la decisión europea y española de acelerar la consolidación fiscal para reducir el díéficit, aunque coincidió con el resto de miembros del G20 en la necesidad de impulsar el crecimiento. A su juicio, la consolidación fiscal generará confianza y íése es un factor "esencial" para el crecimiento.
Reducir los díéficits públicos a la mitad para 2013
El compromiso es rebajar el díéficit a la mitad para 2013 y estabilizar la deuda como porcentaje del PIB para 2016, dos objetivos que, recalcó Salgado, no implicarán nuevos ajustes en España ni supondrá "ninguna dificultad" porque las metas europeas son más ambiciosas. Recordó así que la previsión española es estabilizar la deuda en 2012 y situar el díéficit en el 3% en 2013.
"Para la estabilidad de la zona euro consideramos absolutamente imprescindible prestar atención a la consolidación fiscal; y tenemos que hacerla compatible con el crecimiento", por lo que las medidas de ajuste se han dirigido al gasto, en vez de a los ingresos, explicó. Al margen de esta cuestión, defendió la publicidad de los test de resistencia a los que se someten las entidades financieras, un compromiso que ya ha adquirido España y tambiíén la UE.
Abogó tambiíén por reforzar las instituciones financieras internacionales y destacó el consenso en torno a la necesidad de equilibrar las cuotas del Banco Mundial, donde España se encuentra entre los países infrarrepresentados. Respecto a las nuevas exigencias de capital que se quieren imponer a la banca para mejorar su solvencia, conocidas como Basilea III, recordó que está previsto que los trabajos concluyan para la próxima cumbre del G20 en Seul, en noviembre, para ponerlas en marcha antes de 2012, aunque habrá un periodo transitorio.
Según Salgado, no será sólo por el interíés de la banca, sino tambiíén de los diferentes países que quieren una implantación gradual para evitar que se constriña más la concesión de críédito a las empresas y los hogares.