España no es el primer país al que salpica el escándalo de las cuentas opacas en el HSBC de Suiza. Antes de llegar aquí, pasó por Francia -cuyas autoridades recibieron (o compraron) la filtración de la lista de personas que habían evadido impuestos- y por Italia. El primero de estos países puso en marcha un sistema muy parecido al que ahora está aplicando la Agencia Tributaria española con el que ha logrado recaudar 1.000 millones de euros. Italia, mientras tanto, sigue investigando a unos 4.000 implicados.
Al recibir la información, Francia creó una "cíélula de regularización" que ofreció a los implicados la posibilidad de regularizar su situación antes del 31 de diciembre de 2009 a cambio de sanciones y de evitar una imputación penal. Según el ministro del Presupuesto del país vecino, Franí§ois Baroin, esta medida ha conseguido recaudar 700 millones desde principios de año y, con las actuaciones que están a medias, se espera que se alcancen los 1.000 millones, según el diario Les Echos.
Estos 1.000 millones provienen de los impuestos no declarados en los últimos años por un patrimonio ocultado en Suiza de 6.000 millones pertenenciente a entre 3.500 y 4.000 contribuyentes. Y más importante todavía, las autoridades francesas han logrado que 4.000 millones sean repatriados, es decir, que se hayan domiciliado en el país y paguen impuestos en íél de ahora en adelante. En el listado aparecen unas 4.000 cuentas de ciudadanos italianos, aunque se desconoce el número de personas que están detrás.
La actitud de la Agencia Tributaria española ha sido duramente criticada tanto por los inspectores y tíécnicos de Hacienda como por distintos despachos de abogados, que la han califado de trato de favor "escandaloso" y de "amnistía fiscal encubierta". Sin embargo, es muy parecida a la adoptada en Francia con el íéxito comentado. "La diferencia es que en Francia, el que no regulariza sabe que va a tener a la inspección en su casa al día siguiente, y que acabará sentado en el banquillo, aunque al final pueda librarse porque la filtración de la lista fue ilegal. Pero nadie se arriesga a eso allí", explican en un bufete especializado.
España, mucho más laxa que Francia
"Sin embargo, en España todo el mundo sabe que la presión es mucho menor, que es muy probable librarse de la inspección y que la fiscalía es infinitamente más lenta e ineficaz que en Franciaâ€, añade esta fuente.
A este respecto, todo el mundo asegura que es demoledor el precedente de las cuentas opacas en Liechtenstein de hace dos años y medio; otra filtración de un listado de titulares de cuentas en un paraíso fiscal. Tal como explican los inspectores, entonces se propuso una regularización similar a la actual, a la que acudió en torno a un 20% de los implicados.
Y ese 20% es el único que ha pagado algo, porque al 80% que prefirió no darse por enterado no le ha pasado nada, ni ha recibido una inspección, ni ha sido imputado, ni ha tenido que pagar un euro. “Ha creado una situación perversa en la que hay muchos más incentivos para no regularizar que para hacerlo, se ha extendido la idea de que el que declara paga y el que no se va de rositasâ€, añade una de las fuentes consultadas.
"Esto se solucionaría si se detuviera a los tres o cuatro casos más escandalosos y se les pusiera una fianza muy alta. Al día siguiente regularizaba todo el mundoâ€, añade otro experto.