Telefónica lleva a PT a sus máximos en Bolsa
Entre las operadoras, hay una que brilla con luz propia. Es Portugal Telecom, la única entre las grandes que ha dejado atrás la grave crisis bursátil provocada por el estallido de la burbuja tecnológica en la primavera de 2000.
La semana pasada, la portuguesa superó los 8,93 euros, lo que dejó la acción a sólo 36 cíéntimos de su máximo histórico de aquel marzo de hace diez años cuando se vivieron los últimos coletazos del boom. Con subir un 4% desde ese nivel, PT superaría su ríécord y se convertiría en la primera en Europa en romper el maleficio.
Eso sí, la compañía ha tenido ayuda externa en su milagro bursátil. No han sido sus fundamentales ni sus perspectivas de crecimiento ni sus dividendos los que han logrado distanciarla tanto de sus hermanas europeas. Más bien ha sido una de ellas la que lo ha hecho posible. Se trata de Telefónica y de su oferta de 6.500 millones de euros para comprar a PT su participación en la operadora brasileña de móvil Vivo, cuya propiedad comparte con la española.
Telefónica presentó su propuesta a Portugal Telecom el 6 de mayo, pero nada trascendió hasta el día 11. Y desde entonces Portugal Telecom no ha hecho más que subir. La operadora se ha anotado un 20% al alza, frente a caídas en el índice selectivo de la Bolsa de su país y a una inapreciable subida en el sectorial europeo de telecos.
Este comportamiento es una buena noticia para Portugal Telecom y para sus accionistas, pero tiene consecuencias negativas para su equipo gestor. El primer ejecutivo, Zeinal Bava, ha luchado a brazo partido desde hace mes y medio para que los inversores rechacen la oferta de Telefónica por Vivo. La decisión se tomará en la junta del miíércoles y el riesgo para PT es que ganar este envite supone la inmediata píérdida de su victoria bursátil.
Los directivos son conscientes de ello y tambiíén lo son los accionistas. Los de origen portuguíés parecen dispuestos a asumir la bajada, pero convencer a los extranjeros con el argumento de que se cercena el crecimiento futuro de Portugal Telecom es más difícil, porque no tienen ninguna necesidad de permanecer en la operadora para comprobarlo. Su meta es hacer las máximas plusvalías y buscar otra inversión.
La única posibilidad de que PT no se desplome si se rechaza la venta de Vivo es que los accionistas descuenten una opa hostil de Telefónica. Y eso tampoco serían buenas noticias para la portuguesa.
