Los bajistas retomaron ayer de forma contundente el control del mercado, que durante buena parte de la sesión estuvo en positivo, y provocaron una importante caída al cierre. El Dow Jones perdió el 0,98%, el S&P 500 se dejó el 1,01% y el Nasdaq volvió a llevarse la peor parte con un 1,22%.
Estas caídas empezaron a perforar los soportes críticos a los que habían llegado los índices en los últimos días. Hace falta que se rompan de forma más clara, preferiblemente al cierre semanal, pero ahora mismo las probabilidades están del lado de los bajistas.
Y si se perforan definitivamente, las consecuencias pueden ser muy graves, porque se cerraría toda la tendencia alcista que comenzó en marzo de 2009 y se abriría la posibilidad de sufrir caídas a niveles muy inferiores a los actuales.
La caída se concentró en la última hora de negocio, y sirvió de detonante la revisión del rating de España por parte de Moody's, en un entorno que sigue siendo extraordinariamente sensible con la crisis de la deuda de los países perifíéricos europeos.
En EEUU, decepcionó el índice ADP de empleo privado, que mostró una creación de empleo inferior a la esperada y que pinta muy mal para el dato de paro oficial del viernes.
A pesar de la caída de las bolsas, el euro recuperó terreno frente al dólar. El petróleo cayó ligeramente hasta 75,63 dólares, pero el oro siguió actuando como valor refugio y subió hasta 1.242,8. Los bonos corrigieron tras su espectacular rally, pero si rentabilidad se mantuvo por debajo del 3%.
Hoy jueves será otro día intenso con el ISM industrial de junio, para el que se espera una ligera caída. Tambiíén tendremos el gasto en construcción, las ventas pendientes de viviendas y las demandas semanales de subsidios.