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Autor Tema: La Amnistí­a fiscal encubierta a las cuentas suizas no recibe ni una solicitud  (Leído 345 veces)

Eguzki

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Hacienda fracasa en su intento de regularizar los fondos de las 3.000 cuentas de titulares españoles en Suiza, lo que podrí­a suponer la amnistí­a fiscal más importante desde la Transición.

La Agencia Tributaria ya envió un requerimiento alertando a los afectados, con lo que perseguí­a “iniciar un procedimiento de gestión tributaria con el objetivo de controlar el cumplimiento de sus obligaciones formales”. O lo que es lo mismo: que den cuenta de todos sus fondos en el extranjero y paguen al Fisco lo que deben por ellos.

“En la recta final del proceso de regularización el resultado es nefasto: el número de personas que ha aceptado la invitación de Hacienda es cero”, señalan fuentes cercanas a la investigación. “Ningún titular de esas cuentas se ha acogido al procedimiento”, añaden, con datos relativos a tres dí­as antes del cierre del plazo, que finalizó el miíércoles, dí­a 30 de junio. Otras fuentes, cercanas a la Agencia Tributaria, descartan que se haya producido una regularización masiva durante estos últimos dí­as, “salvo que haya otra nueva sorpresa que no nos dicen o hayan sido una absoluta minorí­a”, aseguran.

Desde la propia Agencia Tributaria, oficialmente ayer sólo se quiso confirmar a este periódico esa fecha de cierre, el 30 de junio, pese a que en el Ministerio de Economí­a se llegó a indicar que el periodo concluirí­a el 5 de julio. El propio requerimiento de Hacienda, al que ha tenido acceso EXPANSIí“N y está firmado el 16 de junio de 2010, da “diez dí­as hábiles a contar desde el siguiente a aquíél en que se reciba la notificación”, lo que, en un plazo normal de recepción, marca como lí­mite, de nuevo, ese 30 de junio.
¿Más plazo?
No obstante, otras fuentes apuntan que en privado y pese a lo dictado por el requerimiento, se está dando como fecha lí­mite el 5 de julio, lo que podrí­a ampliar el número de fortunas que se acojan al procedimiento de Hacienda... Lo que muestra lo espinoso y complicado que está siendo este asunto para el Gobierno.

Más allá de la fecha, ni la Agencia Tributaria ni Hacienda quieren aportar más datos relativos a este asunto. “Como en cualquier procedimiento o investigación rutinaria no comentamos nada al respecto”, alertan. Tampoco desde Urí­a Meníéndez –HSBC ha ofrecido asesoramiento gratuito a sus clientes con este despacho de abogados– dan información al respecto, por el lógico respeto al secreto profesional.

Los motivos
¿Quíé ha pasado? ¿A quíé se debe este resultado? Muchos expertos fiscales sugirieron en un primer momento –cuando Expansión.com destapó este caso el 23 de junio– a los titulares de cuentas en Suiza que regularan su situación para evitar el delito fiscal ante las autoridades españolas.

Pero su consejo inicial se topó con las declaraciones del director General de la Agencia Tributaria, Josíé Manuel López Carbajo, quien dos dí­as despuíés de destaparse la investigación dejó claro que el hecho de acogerse a la invitación de Hacienda no exonera automáticamente de un delito fiscal.

“En nada excluye la imposición de sanciones ni, en su caso, si hay pruebas suficientes, de denuncias por los delitos correspondientes”, dijo. Y el problema es que el delito fiscal puede acabar en pena de cárcel de cuatro años. Es el único del Código Penal que se puede evitar pagando y restaurando el perjuicio hecho a la Hacienda Pública, lo que, en cualquier caso, eleva el pago mucho más de lo prometido por Hacienda en su requerimiento de amnistí­a fiscal encubierta.

Ví­a de escape
Para evitarlo, Hacienda da la posibilidad de acogerse a lo que el argot jurí­dico llama la “excusa absolutoria”, lo que permitirí­a a los implicados pagar sus impuestos por iniciativa propia, con lo que la Fiscalí­a Anticorrupción podrí­a apreciar que no hay delito. Bastarí­a con pagar la deuda tributaria, los intereses y una sanción administrativa.

Así­, sólo se elevarí­a el pago, pero ahí­ no acaban los problemas. Otro motivo al que se achaca el fracaso de la regularización es que los requerimientos se refieren en exclusiva a las cuentas de HSBC, es decir, de una sola entidad.

¿Quíé ocurre si el contribuyente tiene otros elementos patrimoniales no declarados? Es decir, los clientes con cuentas en Suiza pueden tenerlas tambiíén en otros territorios o incluso paraí­sos fiscales, con lo que una vez que se retratan ante Hacienda, todas sus cuentas opacas salen a la luz. Suiza supone tirar de un hilo que puede destapar mucho más de lo deseado.