Wall Street sufrió ayer su sexta caída consecutiva hasta nuevos mínimos anuales despuíés de que el miíércoles perforase los primeros soportes críticos. Así que los bajistas pueden dictar sentencia hoy si confirman esta píérdida de soportes en cierre semanal. Una sentencia que significaría el fin del ciclo alcista que comenzó en marzo de 2009 y la reanudación de la tendencia bajista anterior que nos puede llevar incluso a los mínimos de entonces.
No obstante, la sesión dejó una puerta abierta a la esperanza, puesto que los índices redujeron notablemente las caídas al cierre hasta el 0,42% para el Dow Jones, el 0,32% para el S&P 500 y el 0,37% para el Nasdaq. En todo caso, es un movimiento que se justifica simplemente por la sobreventa, así que tampoco hay que confiar demasiado en íél.
El cierre semanal dependerá en buena medida del dato de paro de junio que conoceremos hoy antes de la apertura de EEUU. Se espera que el desempleo haya vuelto a aumentar en 100.000 personas despuíés de una reducción de 431.000 en mayo, con una subida de la tasa de desempleo hasta el 9,8%. Tambiíén conoceremos los pedidos de fábrica.
Ayer los datos económicos volvieron a ser negativos y alimentaron los miedos a un vuelta a la recesión: el ISM industrial cayó más de lo esperado, las ventas pendientes de vivienda se hundieron el 30% tras el fin de las ayudas fiscales y las demandas semanales de subsidios subieron cuando se esperaba un descenso. Lo único positivo fue el gasto en construcción, que cayó menos de lo esperado. Tampoco convencieron las ventas de los principales fabricantes de coches.
El euro, a pesar de todo, siguió escalando y superó los 1,25 dólares. El petróleo cayó con fuerza hasta 72,95 dólares y el oro retrocedió tambiíén de forma contundente hasta 1.206,7. Los bonos subieron de nuevo, con lo que su rentabilidad cayó al 2,93%.