Las autoridades reguladoras de Estados Unidos evitaron que los bancos a los que American International Group (AIG) aseguró millones de dólares en valores aceptaran píérdidas cuando se rescató a la aseguradora, por lo que esas entidades fueron las más beneficiadas en ese rescate, publica el diario The New York Times.
“Amnistía para los grandes bancosâ€, asegura el diario en sus páginas, en las que repasa el contenido de los documentos oficiales del rescate de la aseguradora, una operación que, al permitir el pago a los bancos según los acuerdos que íéstos tenían con AIG, perjudicó a los contribuyentes estadounidenses.
Mientras el Congreso de EE.UU. celebra una audiencia sobre el rescate en la que participa el ex consejero delegado de AIG, Joseph Cassano, el Times explica que “las autoridades ignoraron las recomendaciones que recibieron para que forzaran a los bancos a que aceptaran píérdidas en sus negocios†con la aseguradora.
“Esa decisión costó a los contribuyentes miles de millones de dólares en pagos extras a los bancos y contrasta con la línea dura que la Casa Blanca tomó en 2008 cuando forzó a los prestamistas de Chrysler a firmar píérdidas al rescatar al gigante automovilísticoâ€, destaca el diario. Según el New York Times, las autoridades estadounidenses destinaron unos 46.000 millones de dólares de dinero público a entidades financieras como Goldman Sachs, Sociíétíé Geníérale, Deutsche Bank y Merrill Lynch.
Los documentos sugieren que “los reguladores adoptaron una actitud punitiva sólo hacia AIG y perdonaron demasiado a los bancos durante el rescateâ€, ya que además, dentro de esa operación, se obligó a la aseguradora a renunciar a su derecho a denunciar a los bancos con los que tenía negocios.
Según el New York Times, despuíés de que la Comisión del Mercado de Valores de EE.UU. (SEC) acusara a Goldman Sachs de fraude al ocultar información de un producto que vendió vinculado al derrumbe hipotecario, algunos ejecutivos y accionistas de AIG pidieron cursar una demanda contra el banco.
Las posibilidades de conseguirlo son muy pocas, debido a la cláusula que la entidad aceptó en su rescate. AIG, que en su momento fue la mayor aseguradora del mundo, tuvo que ser rescatada por las autoridades estadounidenses en septiembre de 2008, cuando la situación de los mercados financieros la colocó al borde de la quiebra.
Entonces la Reserva Federal de Estados Unidos inyectó en las cuentas de AIG 182.000 millones de dólares en ayudas federales