Oficialmente, Francia no tiene un plan grandioso para reducir la enorme deuda soberana que ha fomentado los temores sobre la estabilidad financiera europea, pero poco a poco, el gobierno ha indicado que ha reducido miles de millones de euros del gasto presupuestario.
Mientras naciones como Alemania, Gran Bretaña y España han anunciado públicamente drásticas reformas y reducciones de decenas de miles de millones, el presidente Nicolas Sarkozy y otros líderes franceses han anunciado planes de ahorro uno por uno, con frecuencia en reuniones privadas y siempre evitando la palabra "austeridad".
Ello se debe a que muchos franceses toman esa palabra como un insulto. Tanto gobiernos de izquierda como de derecha han preferido tradicionalmente salir de las crisis aumentando el gasto público.
Empero, Sarkozy ha roto esa tradición pero parece temer demasiado las protestas públicas - o la resistencia de su propio partido- para admitirlo.
Grecia, donde comenzó la crisis de la deuda europea, anunció medidas de austeridad por 30.000 millones de euros (37.600 millones de dólares) hasta fines de 2012, incluso reducciones de los servicios públicos y pensiones y mayores impuestos. Alemania piensa ahorrar 80.000 millones de euros para 2014 y Gran Bretaña piensa ahorrar 50.000 millones de libras al año.
El primer ministro Francois Fillon dijo a los legisladores de su partido UMP en una reunión privada que el estado reducirá los gastos en 45.000 millones de euros en los próximos tres años. La declaración fue filtrada luego a los medios franceses.
La semana pasada, Sarkozy ordenó la supresión de "gastos injustificados o excesivos", el fin del uso de fondos públicos para cazar anualmente en los predios de un castillo, reducir el número de vehículos oficiales y ordenar a su gabinete que viaje en tren en lugar de avión siempre que sea posible y que cuando lo hagan reduzcan el número de acompañantes.
Empero, todos esos ahorros serán mínimos.
Los mayores ahorros procederán de menores exenciones fiscales a los acaudalados y las corporaciones, calculados en un principio en 5.000 millones de euros este año, cifra que elevó el miíércoles el ministro del Presupuesto a 10.000 millones de euros.
Entre las 150 medidas anunciadas privadamente en la reunión del gabinete está la eliminación de 100.000 empleos públicos entre 2011 y 2013, al no reponer la mitad de los empleados que se jubilen, lo que ahorraría 3.000 millones de euros.
El legislador conservador Jean-Francois Cope dijo que ha llegado el momento de ahorrar y que la austeridad presupuestaria "no es un concepto maldito".
"Creo que los franceses nos están pidiendo que adoptemos decisiones responsables", dijo.
Además, el gobierno de Sarkozy piensa elevar la edad de la jubilación de los 60 a los 62 años y reformar el sistema de pensiones. El plan lleva años en preparación y unas 800.000 personas coparon las calles hace 10 días como protesta.
El presupuesto general francíés de este año contempla gastos por 384.000 millones de euros, pero recaudaciones por 268.000 millones de euros solamente, un díéficit de un 8%. Sarkozy prometió reducir ese díéficit al 3% en 2013 para cumplir las normas de la Unión Europea, sin explicar cómo.
Mientras tanto, la enorme deuda del país sigue creciendo: Subió a 46.500 millones de euros en el primer trimestre llegando a 1,5 billones de euros, el 80,3% del Producto Interno Bruto, según cifras difundidas el miíércoles.