Por... Josíé Luis de la Cruz Gallegos
¿Por quíé la pobreza representa el verdadero problema estructural de Míéxico? La razón es simple: los 47 millones de personas pobres que oficialmente se contabilizan en Míéxico representan una población que se ubicaría en el lugar 27 a nivel mundial, mayor que España, Ucrania, Colombia, Tanzania o Argentina.
El agravante es que en esa hipotíética nación nadie escaparía del flagelo de la pobreza.
Si bien dicho ejercicio ya dimensiona el desafío que la pobreza representa en Míéxico todavía se puede dar un paso adicional.
Dentro del universo de 47 millones de pobres existen 23 millones que no tienen para alimentarse “adecuadamenteâ€.
Siguiendo el esquema previo lo anterior representa una población que se encontraría en el lugar 50 del mundo, por encima de Taiwán, Australia, Siria, Rumania, Mozambique, Chile, Holanda o Camerún. La característica que este nuevo país tiene es que NADIE podría comer “adecuadamenteâ€, es decir la nación de 23 millones de pobres sufriría de hambre.
Llegado a este punto. ya puede entenderse el por quíé este es el verdadero desequilibrio en Míéxico, el que se traduce en los severos problemas sociales que afectan a la nación: los pobres citados no se encuentran en un lugar ficticio, todos ellos viven (algunos sobreviven) en las ciudades y el campo mexicano.
Evidentemente que al reconocer esto debería ser claro que las estrategias de la política económica oficial, las de los partidos políticos de oposición, de las organizaciones civiles y empresariales que tienen iniciativas propositivas para atender la crisis social que lo anterior representa y el esfuerzo de las universidades debería converger hacia la atención de dicho desafío.
¿Quíé tan grave es el problema? Tomando cifras de producción nacional debe iniciarse con el ejemplo más representativo, el maíz para consumo humano, y del cual depende la elaboración del alimento fundamental en la dieta nacional, la tortilla.
De acuerdo con estadísticas oficiales en 2008 la producción nacional fue de 23.5 millones de toneladas, y en dicho año la población mexicana era de alrededor de 106.7 millones, por lo que cada mexicano tuvo 604 gramos para alimentarse diariamente, ello suponiendo que no existió desperdicio, acaparamiento u algún otro desvío del maíz hacia el consumo humano.
¿Representa un problema lo anterior? En 1980 la cifra per cápita fue de 489 gramos o, puesto en otras palabras, en casi 30 años la producción nacional de maíz para consumo humano avanzó alrededor de 115 gramos (alrededor de 4 gramos por año).
En el caso del frijol, la producción nacional en 2008 fue de casi 994 mil toneladas. Realizando el mismo ejercicio que en el caso del maíz, ello se traduce en 26 gramos por día.
El resultado es contundente y menos alentador que en el caso del maíz: en promedio un mexicano no puede recibir ni 50 gramos de frijol nacional al día, ¿Cómo vivir con semejante limitante productiva? La respuesta es obvia: se tiene que importar.
Para el caso de la leche la evolución es similar: cada mexicano tiene únicamente 271 mililitros al día, suponiendo que tenga dinero para comprar su comida, es decir que no tenga problemas de empleo y bajos salarios, otro de los pendientes históricos del país.
Llegado este punto debería cuestionarse ¿De quiíén es la responsabilidad de encontrarse en una situación de insuficiencia alimentaria? La respuesta es evidente: el Estado y la burocracia política que gira a su alrededor y que cada proceso de elección busca el poder, sin atender el problema de las personas pobres.
Si bien existen iniciativas de otras partes de la sociedad ellas serán insuficientes si no encuentran la suficiente sensibilidad y eficacia en la acción de las esferas oficiales, teniendo como resultado que el verdadero problema de Míéxico, el hambre de los más pobres siga sin resolverse y generando mayores desequilibrios sociales.