Vuesa merced como yo habrá escuchado eso de que las prisas no son buenas consejeras. Y es verdad…, en la mayoría de los casos.
Precisamente, las prisas han sido las verdaderas responsables de la actual crisis. La ganancia rápida, el resultado rápido de la inversión. Nos han indo acostumbrando poco a poco a ver el mercado financiero como un casino donde “jugar a bolsaâ€. Un sitio donde obtener ganancias rápidas sin apenas esfuerzo. Estas prisas por obtener beneficio se sumaban a las prisas que teníamos algunos (me meto dentro el primero) en perder nuestro dinero…, sin saberlo, claro.
Las prisas llegaron tambiíén al mercado inmobiliario. Pequeños empresarios que no tenían mayores problemas que los de su gestión diaria, se convirtieron en muy poco tiempo en magnates, en los nuevos gurús del ladrillo, eran el ejemplo vivo del íéxito. Los bancos, que tenían prisa por sumarse a esta fiebre, prácticamente “regalaban†el dinero para que, en muy poco tiempo se pudiera construir y vender…,y revender lo mismo y más caro, en una espiral que muy pocos vieron al abismo que nos conducía. Había que hacerse rico en poco tiempo, había que conseguir el íéxito de forma fulgurante…, hasta el inglíés se podía estudiar con muy poco esfuerzo, a toda prisa, con solo un puñado de palabras.
Y estas prisas, cuando han desaparecido, nos han dejado el escenario…, como un solar.
¿Y creen que nos servirá esto de lección?. A usted y a mí, seguramente sí. Pero poco más. Ahora que es cuando hay que darse prisa por intentar salir es cuando, de forma exasperantemente lenta, se empieza a pensar en cómo y cuándo salir de esta crisis. No hay que tomar decisiones a tontas y a locas, nos dicen…; podrían ahorrarse de esta frase las ultimas cinco palabras y no nos mentirían. Hasta el director de una entidad financiera dijo hace muy poco que no había que tener prisa por resolver el ajuste inmobiliario, aunque a renglón seguido si comentara que había que darse prisa en comprar una vivienda…, distintas velocidades de los relojes, por lo que se ve.
El esfuerzo, el tesón, el trabajo bien hecho, la inversión razonable y razonada, la humildad…, el respeto a estos valores son los que nos sacarán y nos están sacando de la crisis. Esto es lo que nos volverá a dar confianza y sabiduría, necesarias, para no volver a cometer los mismos errores.
Hasta dentro de quince días.
Vale.
Oberon.