La crisis diezma el atractivo de España para la inversión
España se desplomó el año pasado en las clasificaciones globales de flujos de inversión. La caída del 79,5% en las entradas la rebajó de la quinta a la vigíésima posición, mientras que un deterioro similar en las salidas la hizo pasar del síéptimo al decimosíéptimo puesto.
Cada estadística lo recuerda: 2009 fue el annus horribilis de la economía española, y no sólo en tíérminos de actividad y de empleo. El Informe Mundial sobre Inversiones, publicado ayer por la agencia de Naciones Unidas Unctad, refleja un descalabro del papel de España: recibió apenas 15.000 millones de dólares del exterior, frente a los 73.300 de 2008, lo que supone un desplome del 79,5%. La crisis financiera llevó a un importante frenazo de los flujos globales (37%), pero el caso español es especialmente alarmante. Tanto, que ha caído del quinto al vigíésimo puesto en la clasificación de países receptores.