El presidente Alan García anunció el miíércoles la cancelación de la licencia de funcionamiento de la minera estadounidense Doe Run luego que el martes venció el plazo de diez meses otorgado por el gobierno.
"Se debe impedir que una empresa abuse del país o lo chantajee como es el caso de Doe Run. Vencido el plazo sin solucionar la contaminación ambiental se cancelará la licencia de funcionamiento", dijo García en su discurso anual por el día de la fiesta nacional.
El viceministro de Minas, Fernando Gala, explicó a The Associated Press "que probablemente el viernes o el lunes el gobierno publicará la resolución de cancelación oficial emitida por el Ministerio de Energía y Minas (MEM)".
El MEM indicó el miíércoles que Doe Run "no ha presentado la documentación sustentatoria que acredite la obtención del financiamiento, tampoco ha constituido las garantías, ni ha modificado el contrato de fideicomiso y no ha repuesto las cartas fianza ejecutadas".
La minera estadounidense tiene una deuda de 110 millones de dólares con proveedores y aún le falta ejecutar inversiones pendientes de un programa ambiental por unos 150 millones de dólares.
El viceministro de Minas indicó que el gobierno maneja un proyecto laboral alterno para los casi 3.500 trabajadores de la minera. "Hay una alternativa del Estado que está lista", indicó Gala.
Doe Run, subsidiaria de la estadounidense Renco, paralizó la totalidad de sus actividades en junio de 2009 y enfrenta serias dificultades económicas luego que un grupo de bancos le cortó un críédito vital el año pasado.
La minera, que opera desde 1997 el complejo metalúrgico de La Oroya en los Andes centrales del país, declaró al gobierno en marzo su imposibilidad de cumplir un programa ambiental obligatorio y que ha prorrogado desde 2004.
Según el portal de internet de la compañía el complejo metalúrgico de La Oroya transforma mineral poli-metálico en cobre, zinc, plata, plomo, indio, bismuto, oro, selenio, telurio y antimonio y nueve subproductos.
La ciudad de La Oroya figura en el sexto puesto en una lista de los diez lugares con mayor contaminación ambiental en el mundo, según el Instituto Blacksmith, una organización ecologista con sede en Nueva York.