El Zorro, Reno de Medici y Grissom
Tras un verano muy seco y caluroso, un Noviembre lluvioso se había apoderado del ecosistema. El agua imponía su ley y los habitantes se resguardan en sus madrigueras esperando un día de tregua para ponerse en acción. Algunos, como el Zorro, respiraban tranquilos ya que la Ministra no podría racionarles el agua a dos cazitos diarios por habitante:
- Zorro: ¡Menos mal que no pasaríé sed!, ya me estaba comenzando a angustiar, ahora si quiero beber, con levantar la cabeza al cielo el agua me entra sola en la boca.
El astuto habitante no podía comprender como puede haber tanto tonto mandando:
- Zorro: ¡Será porque hay tanto tonto votando!, -pensaba-.
Ensimismado en estos pensamientos estaba, cuando una voz conocida lo reclamó:
- Lince: Zorro, Zorro, ¡Zorroooooo.............! ¿estás en casa?
-Zorro: Si Lince si, ¡ya voyyyyy!.
- Lince: ¡Estamos de suerte amigo!. ¡Me ha tocado el viaje a Las Vegas de Radio Bosque! ¡Prepárate, nos vamos a los USA!.
- Zorro: ¡Otra vez no, viejo amigo!. ¡Quiero descansar un poco de tanto cruzar el charco!. Además se acercan las Navidades y .......
- Lince: ¡Si es solo una semana!, estaremos de vuelta en un periquete. Anímate Zorro, mi pareja no puede ir y no querrás que marche solo.
Aquel año era el de la suerte para el Zorro, en numerología era el 8, número kármico al que pertenece figuras tan dispares como Manuel Machado o Mick Jagger, y la fortuna le sonreía, tanto en la Bolsa como en lo personal y hasta indirectamente. El raposo no puedo negarse a la petición de su amigo y juntos volaron a la capital mundial de la diversión:
En Las Vegas, se alojaron en el Hotel MGM Grand en el 3799 de Las Vegas Boulevard. Uno de los más famosos de la gran ciudad de Nevada. La temperatura a la llegada de los dos habitantes de los Bosques de España, era de 43 grados centígrados, ¡demasiados grados para ellos!, por lo que decidieron cobijarse en la habitación hasta el anochecer.
Serian las 21 horas cuando los dos amigos se arriesgaron a salir de su lujosa habitación, bajaron al hall del MGM y salieron a dar una vuelta y disfrutar de ese espectacular ambiente nocturno de Las Vegas, con sus preciosas e increíbles luces de neón y su inigualable ambiente.
No habían andado 500 metros cuando un bullicio de gente, coches de policía y ambulancias les llamó la atención. Se acercaron y vieron tirado en el suelo y aparentemente muerto, algo que le resultaba conocido al Lince:
- Lince: ¡Se parece al ídolo del Hurón!.
- Zorro: ¿A quiíén....?
- Lince. Al hispano-italiano ese, el Reno de Medici.
- Zorro: No creo que lo sea, ¿quíé iba hacer en Las Vegas?.
- Lince: Ten en cuenta que esta es la capital mundial de juego y íéste jugar sabe bastante.
Llegaron más coches y una voz varonil pidió paso:
- ¡Dejen paso por favor!, Policía Científica de Las Vegas
Aquel rostro le resulto muy familiar al Lince, acostumbrado a visionar todas las series de Tele Bosque:
- Lince: ¡Si es Grissom, el del CSI!.
- Zorro: ¿Pero no es un personaje de ficción, amigo Lince?
- Lince: Eso creía yo, ¡pero ahí lo tienes!.
Nuevos personajes llegaron a tan concurrido escenario y otros dos conocidos del Lince se sumaron a Grisom
Lince: Vaya, ¡tambiíén están Catherine y Nick!, ¡esto es como ver la serie en directo!.
Catherine fotografiaba minuciosamente el escenario, mientras Nick y Grissom buscaban meticulosamente indicios, pruebas de lo que allí había ocurrido.
Levantaron el cuerpo y se lo llevaron al CSI para hacerle la autopsia.
Grissom se dirigió a los presentes.
- Grissom: ¿Alguno de ustedes vio lo ocurrido o lo conoce?.
- Lince: Si, yo creo conocerlo.
- Grissom: Pues venga con nosotros al CSI para tomarle declaración.
Ya en el CSI, el Lince, acompañado por el Zorro, prestó declaración. Y Grissom y su equipo se pusieron a investigar el caso.
En la sala de autopsias:
- Greg: Presenta traumatismos bursátiles varios por caída desde una gran altura.
- Grissom: Eso se ve a simple vista, hagámosle la autopsia para saber realmente cual fue la causa del óbito.
Greg puso en marcha la sierra circular y ya estaba a escasos centímetros del cráneo de Reno de Medici, cuando la firme mano de Grissom lo paró:
- Grissom: ¡Espera, parece que se ha movido!.
- Greg: ¡No puede ser, íéste está más muerto que el carracucas!
¡Efectivamente!, Reno de Medici, pese a todas las apariencias y pronósticos, ¡aún respiraba!. Los dos científicos pidieron una ambulancia y en 20 minutos Reno ya estaba entubado en un Hospital de Las Vegas.
Pero seguía la investigación.....
Grissom: Catherine, comprueba si en sus manos existen rastros de sangre. Y tu Sara, habla con la INTERPOL para que te envíen todos los datos de sus archivos.
La rubia y guapa ayudante se acercó al Hospital y roció las manos del convaleciente valor con Luminol y efectivamente, los signos eran más que evidentes. Reno de Medici era culpable de algo, ¿pero de quíé?.
Catherine tambiíén cogió una muestra de ADN del gravísimo paciente y volvió al cuartel general del CSI.
- Catherine: La sangre de las manos no pertenece a la victima, tiene distinto ADN.
- Grissom: Podría ser de alguna de sus victimas bursátiles. Existen valores que están eternamente en píérdidas y su única fuente de alimento es la sangre de los incautos que llegan a las Bolsas al final de un ciclo alcista.
- Nick: Entonces, ¿crees que es un valor vampiro?. ¡Un chupasangre!.
Grissom estaba a punto de contestarle cuando apareció Sara con noticias de la INTERPOL:
- Sara: Ha llegado la ficha de la Interpol. Este valor tiene antecedentes de mucha pena, arruinó a miles a finales de los ochenta en las Bolsas de España. Reno de Medici, alias Sarrió, fue uno de los valores de moda de la Bolsa Española a finales de los años ochenta, fue absorbida por una rival italiana de ahí su actual nombre. Llegó a cotizar a 27 euros, pero en la actualidad no dan más que 50 cíéntimos de euro por ella.
- Grissom: Gracias Sara, triste historia. Posiblemente alguna victima escarmentada lo tiró desde la azotea. Un ajuste de cuentas de pequeños inversores, quizá.
- Nick: Resulta increíble que existan seres de leyenda como este valor-vampiro.
- Grissom: Así es Nick, la leyenda del vampiro proviene de Europa central, pero se dan casos en todo el mundo. Se pasan años aletargados en su ataúd y de pronto, algo los despierta, chupan toda la sangre que pueden a los incautos y bien saciados, vuelven a su sueño.
No hay denuncias ni pruebas concluyentes, creo que no podemos hacer más. Caso cerrado chicos.
Semanas despuíés en el CSI:
- Grissom: Le veo muy recuperado, ¿volverá a los mercados a hacer de las suyas?
- Reno de Medici: Es mi vida Grissom, ¡no se hacer otra cosa!
- Grissom: De estrella rutilante de las Bolsas a estar tirado por ahí. ¿A quíé se debe ese cambio tan radical?
- Reno de Medici: Así es la vida de un valor Grissom, un día estás en lo más alto y otro en lo más bajo.
-Grissom: De acuerdo, ¡pero usted ha caído a lo más hondo!.
- Reno de Medici: No crea Grissom, peor le fue a Papelera Española, hoy tristemente desparecida.
- Grissom: No la recuerdo.
- Reno de Medici: Solo cotizaba en España.
Recuerde Grissom: “En los mercados nada se pierde, todo se transformaâ€.
- Grissom: ¡Lavoasier!, ¡fascinante!. Pero yo prefiero esta: “Nunca fue negocio invertir en un perdocioâ€.
- Reno de Medici: ¿Shakespeare?.
- Grissom: No, ¡El Zorro!, ¡debería leer su sección semanal!. ¡Adiós y que le vaya bien!
Los dos policías científicos miraban como Reno de Medici se perdía por los pasillos del CSI:
- Nick: Era solo una acción, ¡ pero ahí fuera existen millones!.
- Grissom: Lo se, pero no podemos hacer nada. Es las Bolsas europeas no tenemos jurisdicción. Vamos Nick, la suerte está echada
Mientras tanto, El Lince y el Zorro comentaban lo ocurrido:
- Lince: Este Grissom es un fenómeno, en un periquete analizó a Reno de Medici y se dio cuenta de su estado bursátil y financiero. ¡Lo caló rápido, eh!
- Zorro: Si amigo Lince, lo debería contratar la CNMV, pero claro, con lo que le paga el CSI...
- Lince: ¿Le contamos al Hurón que Reno de Medici es un valor vampiro?.
- Zorro: No creo que haga falta, íése es capaz de sacarle un buen dinero.
- Lince: ¿Y a los demás?
- Zorro: ¿Para quíé?, ¡si no harán caso!. Como decía Grissom: “La suerte está echadaâ€.
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