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Autor Tema: El mensaje de Toy Story 3…  (Leído 357 veces)

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El mensaje de Toy Story 3…
« en: Agosto 23, 2010, 11:53:02 pm »
Por… Gabriela Calderón de Burgos

No he visto hasta ahora una pelí­cula que explique de manera tan didáctica que la libertad es un valor en sí­ que no debe ser sacrificado a cambio de otros valores y que íésta es asegurada a travíés de los derechos de propiedad privada.

En Toy Story 3 los juguetes con dueño pasan a ser obsoletos cuando el dueño crece y por lo tanto son olvidados en alguna bodega o, peor aún, clasificados como basura. Cuando Andy (el dueño) deja de jugar con sus juguetes, estos montan la “Operación vuelta al juego”. Más o menos como cuando un trabajador pierde su trabajo e intenta recuperarlo o busca otro. Lamentablemente ellos concluyen que “ya nadie va a jugar con nosotros” (líéase, “ya nadie nos va a contratar”).

Frente al prospecto de quedarse en un ático o terminar en el basurero los juguetes consideran que la guarderí­a Sunnyside es el paraí­so en la tierra. Ahí­ parecí­a que tendrí­an una oferta ilimitada de niños que siempre jugarí­an con ellos (siempre habrí­a trabajo). El juguete lí­der de la guarderí­a, Lotso, les promete que nunca serán abandonados (líéase: despedidos) porque en ese mundo los juguetes no dependen de un dueño (es decir, no hay propiedad privada). Lotso les prometió muchas cosas: “Tenemos control de nuestro destino”; “Ya no sufran, ¡pronto tendrán la diversión que tanto han esperado!”

Inmediatamente se identifica la estructura de poder en la guarderí­a. El Ken es la obediente mano derecha de Lotso. El “Bebote” (una muñeca grande y tuerta) es la fuerza detrás del poder del dictador. Hay dos cuartos: el de la clase privilegiada  y el de los disidentes. En el primer cuarto de los niños mayores que no destruí­an a los juguetes solo ingresaban aquellos que obedecí­an al dictador. En el segundo cuarto de niños menores que eran bruscos con los juguetes iban todos los juguetes que se negaban a obedecer a Lotso.

El contraste es claro: en el mundo de la propiedad privada (la casa de Andy) los juguetes suelen ser cuidados y hay una relación mutuamente beneficiosa entre el dueño y sus juguetes. En el mundo sin propiedad privada (la guarderí­a), los juguetes sin dueño viven bajo la tiraní­a de un juguete que les prometió el paraí­so.

En el mundo con propiedad privada los juguetes tení­an libertad de entrar y salir de la casa del dueño. En el mundo sin propiedad no tení­an libertad de escapar. Los que se fueron a la guarderí­a sacrificaron libertad a cambio de la seguridad de que nadie los abandonarí­a. Pronto se vuelve evidente que aquellos que sacrificaron libertad a cambio de seguridad perdieron ambas cosas.

Finalmente, cuando todos los juguetes están a punto de escapar de la guarderí­a Barbie nos da una lección en gobierno citando a John Locke: “¡La autoridad deberí­a derivarse del consentimiento de los gobernados, no de la amenaza del uso de la fuerza!” Si su hijo o hija comprenden a su corta edad este mensaje, el futuro de nuestro paí­s se proyectarí­a mucho mejor. Lástima que los que compusieron nuestra constitución no lo comprendieron, pero nunca es tarde. Todaví­a pueden ver Toy Story 3.
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« Última modificación: Agosto 23, 2010, 11:56:09 pm por pharma »