La propuesta del gobierno alemán para crear un fondo de liquidez para casos de crisis a partir de contribuciones bancarias adquiere matices más concretos, ya que el gabinete tiene previsto aprobar el proyecto de ley el 25 de agosto.
El gobierno alemán prevíé con ello el pago de contribuciones por parte de las instituciones crediticias con sede en Alemania, de manera que los bancos deberán aportar a dicho fondo una parte de sus ganancias.
De acuerdo con la iniciativa, los fondos reunidos servirán para sanear instituciones bancarias importantes en tiempos de crisis, al tiempo que el Estado adquirirá en un futuro el derecho de desarticular segmentos importantes de una institución crediticia para someterlos al control estatal.
Eso se refiere a segmentos de los bancos cuya quiebra podría poner en peligro al sistema financiero mundial, por lo que sería necesario inyectarles liquidez mediante los fondos disponibles.
La propuesta que aprobará el gabinete el miíércoles próximo pasará más adelante para su revisión al Bundestag (Parlamento alemán) y posteriormente al Bundesrat (Consejo Federal), a fin de que se apruebe como ley a fines de 2010.
El modelo alemán de contribuciones bancarias deberá servir más adelante, según lo señaló el gobierno de Alemania, como muestra para el resto de los países miembros de la Unión Europea.
El gobierno alemán no precisó hasta ahora el monto de los ingresos que percibirá el fondo bancario para casos de crisis. Los bancos extranjeros con sede en Alemania quedarán exentos de dicho pago.
De acuerdo con expertos alemanes del ámbito económico, en un año de fuerte crecimiento económico como fue 2006, el fondo habría recaudado alrededor de mil 300 millones de euros, lo que representaría un 8.0 por ciento de las ganancias de los bancos.
Se estima que debido a los efectos de la crisis económica y financiera global que se inició a finales de 2008, el nivel de las contribuciones bancarias que se recauden en un futuro próximo será menor.
Según ese modelo, las instituciones crediticias deberán realizar pagos según una fórmula establecida, de manera que los bancos de inversiones que realizan operaciones de mayor riesgo deberán pagar montos más altos que las cajas de ahorro, cuyas transacciones son más conservadoras.
En caso de que el fondo no cuente con los medios suficientes para estabilizar el sector en caso de crisis, entonces el Estado alemán pondrá a disposición críéditos y garantías.