Por... Guillem Martínez Pujol
El monumental atasco de más de 100 kilómetros que colapsa desde el 14 de agosto una autopista cercana a Pekín ha destapado las carencias en infraestructuras y otros servicios básicos de la que los economistas califican ya como segunda potencia económica mundial.
Las retenciones se iniciaron hace once días entre la capital china y Huai''an, en la provincia de Hebei, y Jining, en la región autónoma de Mongolia Interior, dentro de la Autopista Nacional número 110, que une Pekín con el Tíbet.
La vía canaliza gran parte del tráfico pesado desde Pekín hacia el oeste del país, con el paso continuado de camiones de varias toneladas de peso, lo que ralentiza la circulación y erosiona la calzada.
Paralelamente al atasco, que inmoviliza a miles de automóviles y camiones, han florecido pasatiempos como las siestas improvisadas o las partidas de cartas entre conductores para amenizar la espera, y tambiíén un mercado de víveres a precios desorbitados, al que los afectados se ven obligados a acudir.
“No sólo me molesta la congestión, sino tambiíén los vendedores. Los fideos instantáneos se venden a cuatro veces su precio originalâ€, se lamentó un camionero chino atrapado, apellidado Huang.
Las autoridades achacaron el atasco a los preparativos para la reparación de la vía, que oficialmente empezó este lunes y se alargará durante varias semanas, hasta el 16 de septiembre.
“La insuficiente capacidad de tránsito provocada por los trabajos de mantenimiento (...) es la principal causa de la congestiónâ€, declaró al periódico oficial “Global Times†un miembro sin identificar del Buró de Gestión de Tráfico de Pekín.
No obstante, la explicación extraoficial del enorme embotellamiento apunta al transporte ilegal de carbón desde las cuencas mineras del norte del país, que, a falta de ferrocarril, debe hacerse de manera prácticamente íntegra por carretera.
Más de dos tercios del consumo energíético de China proviene del carbón y la provincia de Shanxi era la cuna tradicional de este combustible en China, pero en los últimos años se descubrieron y empezaron a explotar numerosos yacimientos en la región de Mongolia Interior, lo que desplazó los flujos de camiones a otras vías.
En este sentido, el periódico “Beijing News†citó los testimonios de transportistas que explicaron que la autopista 110 se convirtió en la principal salida de carbón de Mongolia Interior, debido, entre otras cosas, a que carece de controles policiales, circunstancia que permite la circulación libre de camiones cargados con carbón sin declarar.
El caso del atasco gigantesco resume parte del problema al que se enfrenta el ríégimen comunista- el crecimiento económico desaforado de las últimas tres díécadas, cercano al 10 por ciento anual, ha superado en ritmo al avance del propio país.
Aunque se trata de cifras sin consolidar, a principios de mes China ascendió oficiosamente al segundo escalón mundial tras superar en PIB a Japón en el segundo trimestre de este año- en tíérminos nominales (sin tener en cuenta la variación de los precios), 1.33 billones de dólares por 1.29 millones de dólares.
Este impulso se traduce, por ejemplo, en el parque de vehículos, al que su unieron 13.5 millones de nuevos turismos en 2009 y que se prevíé que aumente en otros 15 millones de coches este año, una progresión que las carreteras chinas son incapaces de absorber.
En Pekín, el Centro de Investigación para el Transporte de la capital china pronostica siete millones de vehículos circulando en 2015, mientras que sus infraestructuras viarias son capaces de digerir, en las actuales circunstancias, sólo 6.7 millones de coches.