Cuatro activistas de Greenpeace ocuparon hoy la plataforma petrolífera que la compañía escocesa Cairn Energy tiene en la bahía de Baffin, al oeste de Groenlandia, lo que provocó la paralización de las perforaciones exploratorias.
Los activistas traspasaron en bote la distancia de seguridad de 500 metros y escalaron luego por el interior de la plataforma, en cuya superficie instalaron unas tiendas de campaña, informó en un comunicado la sección danesa de la organización ecologista.
Greenpeace mantenía desde hacía días su barco “Esperanza†a un kilómetro de la plataforma en protesta por las prospecciones en busca de petróleo y de gas en el írtico y había anunciado la realización de acciones de protesta.
“En lugar de dejar a las petroleras ir a cazar las últimas gotas de petróleo en una de las zonas más vulnerables del mundo, los gobiernos deberían apostar con decisión por la explotación y el desarrollo de tecnologías de energías limpiasâ€, señaló Jon Burgwald, miembro de Greenpeace a bordo del “Esperanza“.
La organización ecologista avisó de que los activistas que han ocupado la plataforma tienen víveres para varios días y que podrían retrasar las perforaciones lo suficiente para que Cairn Energy no pueda finalizarlas antes del cierre del plazo de exploración a finales de septiembre.
Greenpeace presionará además para lograr una prohibición mundial de las plataformas petrolíferas “offshore†en lugares considerados vulnerables como el írtico.
Cairn Energy es la primera compañía que participa en la síéptima ronda de perforaciones en busca de petróleo que se realizan en las heladas aguas de Groenlandia desde 1976, aunque hasta ahora ninguna ha tenido íéxito por las limitaciones tecnológicas o la falta de rentabilidad económica.
La compañía escocesa informó hace unos días del hallazgo de gas en la zona, lo que podría ser un indicio de la presencia de petróleo.
Las grandes petroleras tambiíén se han mostrado interesadas en participar en futuras prospecciones en las heladas costas del oeste de esta región autónoma del Reino de Dinamarca, donde los expertos calculan que podría haber unas reservas de 18,000 millones de barriles de crudo.
La Policía groenlandesa y la Marina danesa se mantienen al acecho en la zona y no han querido revelar cuándo piensan intervenir para frenar la protesta.