El mercado nos ha dado una fuerte señal de compra que justifica subir el nivel de riesgo de su cartera. Pero no sabemos todavía si el rebote marca el inicio de una nueva tendencia.
Los mercados tienen una tremenda propensión a desafiar al consenso por sorpresa. Si hace sólo un par de días que subrayábamos nuestro desacuerdo con las visiones apocalípticas de los agoreros, ayer un par de buenos datos en EEUU más unos potentes indicadores en Asia desataban una de las más violentas reacción alcista de los últimos meses. Algo que sugiere que teníamos razón al pensar que los mínimos recientes estaban descontando todas las malas noticias que cabía esperar a corto plazo. Pero, ¿realmente hemos salido de la cueva?
No es fácil ver el mundo en gris cuando el mercado lo ve en blanco y negro. Eso era verdad cuando el mercado era demasiado pesimista y sería igualmente verdad si el mercado cae ahora en un exceso de optimismo. Las cifras de confianza en EEUU no sugieren una rápida caída en deflación, pero tampoco invalidan un escenario de desinflación a medio plazo. Asimismo, sabemos por las últimas encuestas industriales en Asia que el crecimiento sigue siendo robusto en China e India. Las perspectivas de una doble recesión en las economías occidentales se desvanecen, pero eso no anula el riesgo de sufrir un largo período de estancamiento económico en Europa y EEUU.
Una recuperación sostenida de las bolsas requiere unos potentes cash flows empresariales, un continuo progreso en el desapalancamiento, una reconstrucción de la tendencia de los ingresos personales en las economías occidentales y una vuelta de la confianza a los niveles anteriores a la crisis - sobre todo en Estados Unidos. Las empresas lo están haciendo bien y algunos estudios recientes sugieren que el desapalancamiento avanza más rápido de lo esperado hace algunos meses por las instituciones internacionales. Eso es positivo a medio plazo, pero todavía es problemático para el empleo y los ingresos a corto plazo. De ahí la debilidad en EEUU y la mayor parte de Europa que se puede considerar una precondición para un (posible) mayor crecimiento en 2011.
En eso estamos y un rebote de un día en las bolsas no cambia el escenario. Sólo podemos decir que la sesión de ayer refuerza nuestra idea de que los recientes mínimos han marcado la parte baja de una corrección dentro de un movimiento lateral que, EN ALGíšN MOMENTO, puede transformarse en una nueva tendencia si las condiciones macro mejoran en los próximos meses.
Hasta quíé punto un inversor puede adelantar el proceso es tema de percepción del riesgo y liquidez disponible. Los inversores agresivos que supieron vender al inicio/durante la corrección acertaron al ir en contra del consenso en los últimos días y al incrementar su exposición a la bolsa. Bolságora elevó la semana pasada su nivel de riesgo desde el 10%-15% hasta el 35%/40% y luego el 50%-60% según los mercados en que se opere.
Nos sentimos cómodos con esta exposición y rechazamos correr por detrás de los precios. Las bolsas seguirán con altibajos y hará falta paciencia para elevar la exposición, cosa que haremos sólo siempre y cuando el riesgo estíé estrictamente controlado. Esa era la situación la semana pasada pero será menos evidente si el rally se fortalece.
Alain Galibert es consejero delegado de Bolságora.