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Autor Tema: Estamos ante una crisis de la bolsa que durará una díécada.  (Leído 412 veces)

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Estamos ante una crisis de la bolsa que durará una díécada.
« en: Septiembre 02, 2010, 05:25:59 pm »
Las bolsas occidentales van a permanecer en crisis durante buena parte de la próxima díécada, incapaces de proporcionar rentabilidades consistentes durante varios años. Así­ lo cree el último análisis de Longview Economics.

Este reputado servicio de análisis considera que una serie de indicadores económicos apuntan a que Occidente va a entrar en la “díécada de la crisis”, incapaz de resistir toda una serie de shocks económicos, y que las valoraciones bursátiles todaví­a se están recuperando de los excesos del año 2.000. Ahora bien, admite que es probable que le queden dos o tres años más a la tendencia alcista cí­clica actual. Más allá, advierte de que las previsiones son negativas por tres razones principales:

1. Los ciclos de largo plazo.

Longview cree que hay pruebas contundentes de la existencia de ciclos a largo plazo (ondas si lo prefieren) tanto en la economí­a como en los mercados financieros. Normalmente duran entre 20 y 30 años y se caracterizan por tendencias de largo plazo, ya sea de apalancamiento (endeudamiento) o desapalancamiento.

La crisis de la deuda soberana en Europa es el último ejemplo de ello. Longview cita una investigación de McKinseys según la cual dos de los tres últimos grandes mercados alcistas en EEUU en los últimos 100 años han estado acompañados por un gran proceso de apalancamiento de la economí­a. Se trata de la tendencia de los años 20 y la que comenzó en los 80 y acabó en el año 2000. Sólo la tendencia de 1951-1968 no implicó un incremento significativo de la deuda de la economí­a.

La tendencia bajista de largo plazo que siguió al mercado alcista de los años 20 fue de la mano de un desapalancamiento a largo plazo. Y ahora, según Longview, parece que este desapalancamiento está en marcha en Occidente, acompañando a la nueva tendencia bajista de largo plazo.

2. Un entorno macro estructural preocupante

Los indicadores macroeconómicos estructurales son para preocuparse. Occidente tiene niveles ríécord de endeudamiento que, junto a una demografí­a más díébil, una reducida creación de dinero y el riesgo de la deuda soberana, crean un entorno muy difí­cil para el crecimiento económico a largo plazo.

Longview selecciona una serie de paí­ses desarrollados candidatos a una crisis de deuda: Bíélgica (alta deuda sobre PIB, ajuste estructural medio necesario); Italia (alta deuda sobre PIB y bajo crecimiento, aunque con un díéficit público pequeño); Japón (alta deuda sobre PIB, elevado díéficit, pobre demografí­a, bajo crecimiento; Reino Unido (elevado díéficit y un sistema financiero exagerado); y tambiíén España y Portugal, aparte de la evidente Grecia.

Esta firma predice que “una crisis en uno de los mayores paí­ses de la lista causarí­a una fuerte turbulencia en los mercados y contribuirí­a a la continuidad de la tendencia bajista de largo plazo”. Por eso, su mayor preocupación es una crisis de deuda en EEUU. Este paí­s sigue pudiendo endeudarse con el resto del mundo porque el dólar es la moneda de reserva global, pero Longview cree que, si no puede mantener la confianza en su divisa, se producirá una huida masiva de los activos en dólares. Este escenario es factible, a su juicio, si el desempleo se mantiene tan alto, se incrementa el quantitative easing o se percibe una mayor laxitud en el presupuesto.

3. Las valoraciones se están recuperando aún de los excesos de 2000

Esta firma sostiene que las valoraciones durante la crisis crediticia nunca han alcanzado los niveles exageradamente bajos desde los que suelen comenzar las tendencias alcistas de largo plazo, ya que los excesos de la economí­a no se han purgado suficientemente. Con el rally desde marzo de 2009 claramente por encima de los niveles medios de largo plazo, Longview espera que el máximo de valoración de 2000 -el pico de la burbuja TMT- debe seguir purgándose.

La conclusión es que, despuíés de tres díécadas de endeudamiento creciente en Occidente, el proceso de desapalancamiento está muy lejos de terminar. Con perspectiva histórica, predice que este proceso provocará tormentas económicas que pueden llevar a nuestros paí­ses a una situación a la japonesa, con una díécada perdida y una tendencia bajista estructural en la bolsa. Un superciclo de las materias primas tambiíén puede prolongar este efecto, porque la demanda de los paí­ses emergentes impulsará sus precios.

El resultado es que las economí­as occidentales son cada vez más vulnerables a numerosos shocks, y seguramente no van a poder ofrecer una expansión continuada durante varios años. Eso, combinado con unas valoraciones bursátiles muy por encima de la media del ciclo, da “un entorno en el que la actual tendencia bajista estructural de la bolsa probablemente va a durar mucho”.