Dicen los buenos analistas que la fortaleza de un movimiento alcista no se ve en las subidas, sino en las correcciones. Si esto es cierto, ayer tuvimos una autíéntica exhibición de fuerza en Wall Street que deja todo a favor de la ruptura alcista definitiva del movimiento lateral de los últimos meses. En efecto, corregir subiendo es una señal inequívocamente alcista.
Y es lo que hizo anoche Wall Street, con alzas del 0,49% para el Dow Jones, del 0,91% y de un impresionante 1,06% para el Nasdaq, si tenemos en cuenta que el miíércoles se había disparado el 3%.
Hubo un pero (siempre lo hay), que fue el escaso volumen de negocio. Pero es un mal menor y lo importante es que se confirme esta ruptura de resistencias hoy al cierre semanal. Algo que dependerá del dato de paro en EEUU, el más importante de la semana, que conoceremos a las 14:30 hora española.
El consenso espera la destrucción de 105.000 puestos de trabajo despuíés de los 131.000 del mes anterior, con la tasa de paro subiendo hasta el 9,6%. Cualquier dato mejor que este puede culminar el ataque alcista. Tambiíén conoceremos el ISM de servicios, para el que se prevíé tambiíén una nueva caída.
Ayer, las demandas semanales de subsidios cayeron ligeramente cuando se esperaba una subida, las ventas pendientes de viviendas decepcionaron y los pedidos de fábrica tambiíén fueron peores de lo previsto. La productividad cayó con fuerza, en línea con los pronósticos.
Los principales centros comerciales publicaron unas ventas en agosto sorprendentemente buenas gracias a las ofertas de vuelta al cole y a las ventajas fiscales. HP se hizo finalmente con el control de 3PAR, por el que batallaba con Dell, gracias a una nueva subida de su oferta.
El euro subió una vez más frente al dólar, el petróleo hizo lo propio hasta 74,94 dólares y el oro se fue hasta 1.253,4. Los bonos siguieron cayendo con fuerza ante la marcha de la bolsa, y su rentabilidad alcanzó el 2,63%.
