La Comisión Europea aprobará el próximo miíércoles 15 de septiembre nuevas normas para reducir los riesgos de los mercados de derivados financieros, que han sido acusados de agravar la reciente crisis de deuda en la eurozona. El Ejecutivo comunitario propondrá además medidas para limitar la especulación con las ventas a corto al descubierto y los seguros para cubrir el impago de la deuda (CDS, por sus siglas en inglíés) en situaciones de emergencia.
Los líderes europeos, encabezados por el presidente francíés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, habían pedido reiteradamente a Bruselas medidas para luchar contra la especulación con este tipo de instrumentos, a la que culpan de encarecer el coste de financiación de los Estados y de precipitar los problemas que obligaron a acudir al rescate de Grecia.
El Ejecutivo comunitario propondrá normas comunes en la UE para restringir o prohibir temporalmente en situaciones de emergencia operaciones que amenacen la estabilidad financiera como las ventas a corto o los CDS. Se trata de evitar que se repitan casos como el de Alemania, que en plena crisis de la eurozona en mayo prohibió las ventas a corto al descubierto sin consultarlo con el resto de socios, lo que agravó la situación.
Además, con la reforma del sistema de supervisión financiera de la UE, que será ratificada por la Eurocámara a finales de mes, se creará una autoridad bursátil europea que tendrá potestad para prohibir estas operaciones en todo el territorio comunitario. Las ventas a corto son apuestas bajistas sobre el valor de una acción. El inversor pide prestados los títulos que piensa que van a bajar y los vende. Cuando caen los recompra más baratos para devolverlo.
Por lo que se refiere a los mercados más amplios de derivados, el plan de la UE se refiere a los derivados extrabursátiles (conocidos por la sigla inglesa OTC), que son valores negociados y comerciados en privado directamente entre dos partes, fuera de los mercados organizados. Se trata de contratos entre dos partes ligados al valor futuro del activo subyacente, como los tipos de interíés, o el petróleo.
El comercio de estos derivados se ha disparado en la última díécada, y su mercado mundial supone en la actualidad cientos de billones de euros. Pero en los años de gestación de la crisis, los operadores subestimaron el riesgo de incumplimiento crediticio.
La UE quiere dotar al mercado de mayor transparencia y para ello exigirá que se negocien versiones normalizadas de estos instrumentos en cámaras de negociación centralizadas que absorban gran parte del riesgo de incumplimiento crediticio. Todas las demás operaciones estarían sometidas a la obligación de registro.
Las nuevas normas tambiíén exigirán de las instituciones financieras un mayor depósito de garantía y un mayor nivel de fondos propios para las operaciones que no pasen por la cámara de negociación centralizada.