Aunque la semana pasada no fueron capaces de lanzar el ataque definitivo y aunque todos los intentos anteriores han fracasado, los alcistas no se rinden. Ayer retomaron claramente el mando y lograron la cuarta subida consecutiva para Wall Street, lo que puede ser el inicio de, esta vez sí, el asalto final.
El Dow Jones se anotó el 0,78%, el S&P 500 se fue hasta el 1,11% y el Nasdaq se destacó claramente con un avance del 1,93%. De hecho, el selectivo Nasdaq 100 superó los máximos de principios de junio.
Con estas alzas, el S&P 500 se sitúa al filo de la importantísima resistencia de 1.130 puntos. Su superación dependerá seguramente de los cruciales datos económicos que vamos a conocer en las próximas sesiones, empezando hoy martes por las ventas minoristas, para las que se espera un crecimiento del 0,3% tras el 0,4% del mes anterior. Tambiíén se conocerán tambiíén los inventarios empresariales.
Ayer, las nuevas normas para el sector bancario impuestas por el Comitíé de Basilea no provocaron la temida reacción negativa porque finalmente no fueron tan duras como muchos temían, en especial para los bancos norteamericanos. De hecho, la banca fue uno de los sectores más alcistas en Wall Street.
En cuanto a las empresas, HP anunció una nueva adquisición por 1.500 millones de dólares, operación a la que se sumaron otras menores. El díéficit público tambiíén fue menos malo de lo esperado.
El euro continuó su festival alcista por encima de 1,28 dólares, el petróleo tambiíén escaló hasta 77,19 y el oro subió ligeramente hasta 1.247,1. Los bonos recuperaron algo del terreno perdido la semana pasada y su rentabilidad bajó al 2,74%.